La agenda sostenible marcó un horizonte temporal claro para lograr la neutralidad de carbono: 2050. ¿Cuál es la perspectiva para alcanzarlo?
A tan solo un cuarto de siglo de distancia del compromiso asumido de descarbonización, objetivo clave en la lucha para la mitigación del cambio climático, el panorama energético local brinda muestras de crecimiento en energías renovables, especialmente en biocombustibles y energías eólica y solar (para generación eléctrica o descontar demandas productivas locales), según datos oficiales.
Argentina ha planteado metas de un 30% de su matriz energética en renovables para 2030. En este marco, Aggreko, lanzó el “Informe sobre la Transición Energética en América Latina: estrategias, barreras y oportunidades”.
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En los últimos años, América Latina ha experimentado una importante transformación en su sector energético, con un creciente interés por fuentes de energía más limpias y sostenibles, además de la garantía de la seguridad energética. El potencial de Argentina en la transición energética es muy importante y está vinculado a nuestros recursos naturales clave, como el viento, radiación solar, litio y cobre; la implementación de soluciones basadas en la naturaleza, como sumideros de carbono; y la capacidad de impulsar nuevas tecnologías, como el uso de hidrógeno. Todo este potencial posiciona a nuestro país en el mapa global de jugadores relevantes en la transición energética.