Gracias a un mando personalizado, este Shiba Inu domina los juegos con una precisión que sorprende.
29 de julio 2024, 12:24hs
El caso de Peanut Butter, un perro que juega videogames, es uno de los más extravagantes en el mundillo gamer. Debido a su singularidad, este jugador ha cautivado a millones de personas y recaudó grandes sumas de dinero para caridad en los eventos en los que participa.
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¿Cómo es que un perrito aprendió a usar videojuegos y va camino a convertirse en una leyenda? Como veremos, lo cierto es que se trata de una dupla auxiliada por un ingenioso dispositivo para controlar aquello que ocurre en la pantalla.
Peanut Butter, el perro gamer
Según The Washington Post, que recoge la historia de Peanut Butter, las proezas de este perro comenzaron durante la pandemia de Covid-19, cuando su compañero humano, un tal James Stephens, decidió entrenarlo para que adquiera estas habilidades impensadas en un animal.
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Peanut Butter —de la raza Shiba Inu y cuatro años de edad— comenzó a usar videojuegos desde cachorro. James, que es electricista, además de amante del entretenimiento digital, desarrolló un mando personalizado para su perro, que controla los títulos mediante botones. Con el correr de las sesiones de entrenamiento, su mascota demostró un gran e inesperado talento.
Peanut Butter usa un mando especialmente diseñado para sus patas. (Video: Games Done Quick)
Sus juegos predilectos son Gyromite, que se lanzó en 1985 para la consola NES de Nintendo, y Ken Griffet Jr. Presents Major League Baseball, una entrega noventosa para los fans del béisbol.
“Esto llevó años de entrenamiento”, comentó James. “Quería entrenarlo para que hiciera algo especial cuando me di cuenta, cuando era un cachorro, de que era mucho más inteligente que la mayoría de los perros que había visto. Como soy un corredor de velocidad en videojuegos, para mí tenía sentido”, explicó.
Según se ha visto en las presentaciones en las que Peanut Butter se lleva todas las miradas, su entrenador apela a indicaciones verbales y a alimentos como recompensa. En ese sentido, podemos decir que se trata de una experiencia conjunta, ya que el perro toma las decisiones en función de los pedidos de James. De acuerdo a Gizmodo, todo el proceso se basa en una “combinación de tiempo y azar (…) mientras James intenta indicarle al perro que presione el botón justo cuando una pelota se acerca al bateador (…) y todo depende de si él baja su pata a tiempo”.
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En este momento la dupla tiene nuevos planes. El humano desarrolla un nuevo control para el perro, que le permitirá usar más juegos.
