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25 octubre, 2024

Eduardo Schaberger Poupeau, el argentino que capturó una increíble erupción en el Sol: “Me tomó por sorpresa”

Eduardo Schaberger Poupeau es fotógrafo y aficionado a la astronomía desde muy pequeño. “Lo hago por pasión y para compartirlo con la gente”, cuenta en diálogo con TN Tecno.

Uriel Bederman

03 de marzo 2024, 05:38hs

Video PlaceholderLa “enrome y rara” prominencia se eleva a más de 200.000 kilómetros, en el polo sur del Sol”. (Video: Eduardo Schaberger Poupeau)

“Pude capturar un evento increíble: una explosión que lanzó un chorro de plasma a más de 200.000 kilómetros de altura, desde el polo sur del Sol”, celebró en sus redes el fotógrafo argentino Eduardo Schaberger Poupeau, que además es un aficionado a la astronomía reconocido en ese ámbito. “Fue un espectáculo maravilloso”, agregó.

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Para conseguir esta fotografía —en detalle, en el video que abre este repaso— el instrumental empleado por Eduardo recorrió los 150 millones de kilómetros que separan a la Tierra del Sol. Si procuramos mayor precisión, el contador debería tomar como punto de partida a Rafaela, la ciudad santafesina en la que reside este fotógrafo de 50 años, un entusiasta por la astronomía desde los días de la infancia.

“Esta pasión comenzó cuando era un nene de 11 o 12 años. Y empecé a combinarlo con la fotografía más o menos en el 2007, cuando pasó McNaught, un cometa impresionante que se veía a simple vista. Fue entonces cuando reviví toda esto que nunca había perdido, pero que no estaba ejerciendo”, cuenta Schaberger Poupeau en diálogo con TN Tecno.

«Soy un apasionado por la astronomía desde que era un nene», dice Eduardo Schaberger Poupeau. (Foto: Ruth Theler)

– Aquel increíble chorro que vemos saliendo del Sol en la foto, ¿fue visible a simple vista?

– No. A esa columna de plasma la vemos cuando miramos el Sol con una protección adecuada, por ejemplo esos anteojos que se usan para ver eclipses, o con una máscara de soldar, que por cierto no es del todo aconsejable. Lo que nosotros vemos es la fotosfera del Sol, una capa de la atmósfera solar. Pero todos estos acontecimientos suceden en la cromosfera, que es una capa más delgada, con menos brillo, que está arriba de esa capa. Entonces no se puede ver a simple vista porque, diríamos en cierta forma, la gran luz que tiene la fotosfera no lo permite. Solo se puede ver con telescopios solares específicos, que no sirven para otra cosa. De esa forma se puede ver toda la cromosfera del Sol, estas eyecciones de plasma, filamentos sobre su superficie. Se ve toda una textura que parecen pelitos.

– ¿Estos telescopios son accesibles?

– El que usé para esta foto en particular tiene filtros de altísima precisión, que son extremadamente difíciles de hacer y por eso también son equipos muy caros. A eso le tenemos que sumar todas las cámaras que se están usando ahora. Los sensores son cada vez de mejor calidad. Yo, por ejemplo, en una sesión de fotos que dura a veces dos horas o más, donde estoy fotografiando el Sol en distintas longitudes de onda, puedo llegar a hacer 400 gigabytes de información. Después, procesar eso requiere equipos muy potentes informáticos para poder manejar ese volumen de información.

Eduardo Schaberger Poupeau, el argentino que capturó una increíble erupción en el Sol: “Me tomó por sorpresa”

– La escena solar que conseguiste, ¿te tomó por sorpresa o tenías todo ya preparado?

– Si las condiciones del clima lo permiten, prácticamente todos los días estoy haciendo fotos al Sol. Lo sigo constantemente. Tengo alertas en mi teléfono que me avisan si hubo alguna explosión solar o algo por el estilo, entonces estoy bastante al tanto de lo que está pasando. De todos modos, esta prominencia sí me tomó por sorpresa porque estos eventos no son predecibles. Pueden suceder en cualquier momento. Es muy rara —y por eso también la foto tuvo bastante repercusión— porque se produjo en el polo sur del Sol. Generalmente en los polos no se producen prominencias, sino más cerca de la línea del ecuador, donde se forman las manchas solares.

– Entonces, ¿cómo te enteraste de este evento?

– Lo vi a través de una red que te muestra más o menos en tiempo real cómo está el Sol. Justo estaba en mi ventana óptima de hacer fotos, que es más o menos a media mañana. Acá el clima estaba bastante complicado: había mucha turbulencia y nubosidad. Entonces armé mis equipos y empecé a hacer las capturas durante más o menos 12 minutos, y ya la prominencia empezó a desvanecerse. Es algo que no duró mucho tiempo, entonces fue realmente muy interesante.

– A un costado de los aspectos más técnicos, ver de frente al Sol no es sencillo. ¿Esa dificultad se traslada a la fotografía?

– La fotografía solar es bastante compleja de realizar porque, justamente, es uno de los peores escenarios. No solo por la intensidad de la luz, que hay que manejarla con muchísimo cuidado. Se pueden destruir los instrumentos o incluso quedar ciego si haces algo mal. Sí o sí se requieren filtros especiales, telescopios especiales, como decía.

Este es el peor de los escenarios, porque cuando está el Sol en el cielo hay mucha turbulencia en la atmósfera. Está calentando las distintas capas de aire y genera corrientes convectivas de calor hasta la alta atmósfera. Y cuando se calienta, el aire se empieza a moverse en distintas direcciones. Esto se traduce esto en la imagen que yo estoy viendo, que se sacude. A veces parece que está flameando, otras veces parece que fuera una sopa hirviendo. La imagen nunca está totalmente estable.

Un telescopio desarrollado por Eduardo Schaberger Poupeau para capturar fotografías solares. (Foto: Cortesía)

Un telescopio desarrollado por Eduardo Schaberger Poupeau para capturar fotografías solares. (Foto: Cortesía)

– Entonces, ¿cómo se toman las fotos?

– Se aplica una técnica que se llama “lucky imaging”, que vendría a ser algo así como imagen afortunada, donde se emplean cámaras astronómicas que son muy rápidas en capturar muchos frames por segundo. Hago pequeñas secuencias de video de muy alta calidad. Estoy tratando de tener la suerte, entre comillas, de que alguno de esos cuadros coincida con momentos de muy buena estabilidad en la atmósfera, que suceden en fracciones de segundo. Después, con un software especial, se analizan todas esas imágenes que se capturaron y se apilan para reducir el ruido digital que generan los sensores. De esa forma, tengo una imagen que después termino de procesar para darle un poco más de nitidez.

– Tu reciente fotografía tuvo gran repercusión…

– El reconocimiento es muy gratificante, porque esto lo hago más que nada por pasión y para compartirlo con la gente. Son cosas que a veces uno no sabe que el Sol, que es algo que ves todos los días, pueden estar pasando estas cosas. Entonces me resulta muy interesante poder compartirlo, como para no solamente causarle la sorpresa de que existe eso, sino de despertar el interés por la ciencia y por la astronomía.

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La pasión de Eduardo por la astronomía se mixtura, a diario, con su trabajo como fotógrafo familiar. En su recorrido que retoma aquel entusiasmo surgido en la niñez, no falta el reconocimiento. Sus fotografías solares recorren medios internacionales y el año pasado ganó un concurso organizado por el Observatorio de Greenwich, el más importante en el ámbito de la astronomía. También fue reconocido por la NASA. Además, la prestigiosa revista Nature publicó esa foto ganadora, catalogándola entre las 12 imágenes científicas del año.

“Fue un espectáculo maravilloso. Sin dudas valió la pena el esfuerzo”, concluye respecto a su reciente captura, aquella en la que Eduardo traduce la furia explosiva del Sol, para que la veamos todos.

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