(Desde Shenzhen, China) En 2018 Huawei estaba a punto de conquistar el mundo. Llegó a ser la segunda marca de smartphones más vendida del mundo, delante de Apple y detrás de Samsung. Y todos los pronósticos indicaban que alcanzaría la cima.
No pudo ser: como parte de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el gobierno de Donald Trump la acusó de que sus equipos servían para proporcionar información clasificada a Beijing y, en 2019, directamente prohibió a las compañías de su país tener cualquier trato con ella, por lo cual sus teléfonos dejaron de contar con los chips de Intel, el Android de Google y el Windows de Microsoft, por ejemplo.
En la práctica, sus celulares pasaron a ser casi inservibles fuera de China.
No fue todo. Meng Wanzhou, directora ejecutiva de Huawei e hija del fundador de la compañía, Ren Zhengfei, fue arrestada en Canadá a pedido de la justicia estadounidense, acusada por fraude, conspiración y usurpación por supuestamente haber mentido al banco HSBC sobre la verdadera relación de Huawei con una empresa llamada Skycom, poniendo al banco en riesgo de violar las sanciones de Estados Unidos contra Irán. La detención provocó un pico de tensión en las relaciones entre China y Canadá. La mujer fue liberada recién en 2021, tras llegar a un acuerdo para suspender el proceso judicial.
Pero además, Estados Unidos aplicó toda la presión posible sobre sus aliados para que no adquirieran los equipos de redes 5G de Huawei, líder en ese mercado, lo cual resultó en que el Reino Unido, Japón, Australia y Nueva Zelanda, entre otros, se volcaran por los principales competidores de la empresa china: Ericsson, de Suecia, y Nokia, de Finlandia.
Una seguidilla de golpes suficiente como para derribar a cualquier compañía, por grande que sea. No fue el caso de Huawei, que desde entonces dedica parte de sus esfuerzos y dineros a demostrar que sus espaldas son bastante anchas como para seguir compitiendo por ser un jugador de peso -y de punta- entre las empresas más importantes del planeta.
Se volvió a comprobar a mediados de mayo, en el Huawei Cloud Compass 2024, un evento organizado para más de 200 clientes de Latinoamérica para exhibir -y vender- las virtudes de su nube en medio del marco especial que brindan lo imponente de sus sedes en China.
Los invitados conocieron de primera mano experiencias de servicios, modelos de negocio innovadores y mejoras en la eficiencia operativa logradas, según los expositores, por la tecnología de la nube de Huawei.
Daniel Zhou, presidente de Huawei Latinoamérica.En su discurso de apertura, Daniel Zhou, presidente de Huawei Latinoamérica, insistió en el compromiso de la compañía para apoyar a empresas latinoamericanas en sus procesos de transformación digital. Sostuvo que “Huawei Cloud es la plataforma de nube con mayor crecimiento en Latinoamérica, lo que le permitió ocupar el tercer lugar en el mercado, con una base de 7.000 clientes en rápido crecimiento”.
Zhou agregó que “la transformación digital en América Latina está acelerándose, y el desarrollo de tecnologías como el 5G y la Nube se encuentra en una etapa crucial”.
Luego, en una mesa con periodistas, indicó que “la conectividad es el primer paso en la transformación digital y actualización de la industria. En mercados como China, gracias al rápido desarrollo de la infraestructura 5G, miles de innovaciones industriales están siendo implementadas y generando un valor tangible, como por ejemplo vehículos logísticos no tripulados, masificación de la telemedicina y educación inteligente”.
Para el ejecutivo, es importante que los organismos gubernamentales desempeñen un rol que promueva la innovación científica, la tecnología y el desarrollo de la economía digital, de la mano de una estrategia digital a largo plazo.
Zhou habló también de Pangu, su modelo de lenguaje de inteligencia artificial. En su opinión, puede adaptarse a cualquier tipo de empresa: “Tenemos una nube evolucionada, sobre la cual corre nuestra AI, que combina seguridad y sostenibilidad porque el valor del almacenamiento de información no reside en la tecnología sino en los casos de éxito de este mundo cambiante”.
Parte de los 200 invitados latinoamericanos al Huawei Cloud Compass 2024.Dijo también que Huawei está comprometida en construir infraestructura en Latinoamérica y reveló que en el primer trimestre del año los ingresos operativos de la compañía fueron de alrededor de US$ 24.700 millones, un aumento de 36,7% interanual, y su beneficio neto fue de US$ 2.720 millones, un aumento de 564% interanual.
De acuerdo con lo informado, Huawei Cloud se convirtió en el proveedor de servicios en la nube con mayor cantidad de nodos en la región. Cada año, lanza más de 40 nuevos servicios y atiende a más de 5.300 clientes, incluidas más de 60 instituciones financieras, más de 200 empresas de medios, más de 100 minoristas y más de 200 clientes de SAP en la nube.
En la Argentina, Cloud se enfoca en industrias de medios, fintech, logística, E-commerce, entre otras. Juan Bonora, VP de Huawei Argentina declaró: “Tenemos la red más rápida en la región con una latencia de menos de 50 milisegundos. Esto permite a nuestros clientes acceder a nuestros servicios de nube de una manera ágil, rápida y escalable”.
Entre los expositores estuvo Alejandro Morales, CEO de Gestión Compartida, una empresa del Grupo Clarín.
Además de las ponencias, la cumbre contó con mesas redondas temáticas por sector y el foro China-LATAM Business Connect.
Como parte del evento, también fueron invitados una treintena de periodistas de distintos medios de la región, entre ellos Clarín.
El campus de Huawei en Dongguan, pensado para impresionar
Una vista aérea del impresionante campus de Huawei en DongguanEn el campus de Dongguan se replica la arquitectura de12 ciudades europeas conocidas por sus universidades.La apertura del congreso se realizó en la sede de Dongguan de la empresa, el campus Ox-Horn, que evidentemente fue diseñado para impresionar a sus visitantes. Allí, donde está el centro de Investigación y Desarrollo de Huawei (que asegura invertir en esto el 23% de sus ingresos), hay 12 sectores o ciudades con una arquitectura inspirada en 12 ciudades europeas vinculadas a grandes universidades, como París, Verona, Oxford, Luxemburgo, Brujas o Bolonia.
En total son 108 edificios que costaron cerca de 1.500 millones de dólares donde trabajan entre 25.000 y 30.000 personas. Su construcción, que arrancó en 2015, tardó siete años. Incluye 7.8 kilómetros de vías recorridas por un sistema de trenes eléctricos que transportan a empleados y visitantes del complejo.
También se encuentra allí la biblioteca de la empresa, un enorme edificio que alberga 110.000 volúmenes en más de 20 idiomas y decenas de libros antiguos difíciles de valorar.
Inteligencia artificial, 5.5G y la nube, las apuestas de Huawei
Los invitados tuvieron la posibilidad de recorrer la otra gran sede de la empresa, la casa matriz en Shenzhen, donde trabajan unos 40.000 empleados.
Allí asistieron a demostraciones de vehículos autónomos para delivery y a la potencia del próximo standard en las redes: el 5.5G, que alcanza velocidades de descarga enormes, de 10 Giga por segundo.
Un prototipo de vehículo autónomo para delivery, que funciona con una red de 5,5G e inteligencia artificial.También pasearon por enormes salones que exhiben los últimos chiches electrónicos (pantallas 3D sin gafas y “telas” para pintar digitales, por ejemplo) y cómo se aplica industrialmente la tecnología de Huawei (aunque no se permitió tomar fotos, algo contradictorio con el hecho de hacer el recorrido con periodistas).
Se pudo ver el uso que hace Futian, un distrito de Shenzhen, de la IA y la nube de la empresa, que va desde la optimización del tránsito a la agilización de trámites.
También el impacto que estas tecnologías tienen en sectores tan diversos como la educación, la salud, la minería o las finanzas. Y el rol crucial que puede desempeñar en industrias vinculadas al transporte, ya sea en trenes, puertos o aeropuertos.
El último modelo de SUV eléctrico de la marca Aito funciona con software de Huawei.Sólo como ejemplo, el puerto de Tianjin, uno de los diez mayores del mundo, utiliza la tecnología de Huawei para mejorar su performance. Por allí pasan 20 millones de contenedores al año que necesitan ser subidos o bajados de los buques con la mayor rapidez posible: las demoras en esta industria se miden en decenas de miles de dólares.
Es un verdadero tetris que resulta complicadísimo de armar. Pero el uso de la inteligencia artificial permitió reducir el tiempo de planificación de 24 horas a 10 minutos, gracias, entre otras cosas, a los 100 vehículos autónomos que llevan de un lado a otro los containers. Es decir, mucha plata: un auténtico smartport.