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2 noviembre, 2024

Tres caminos naturales muestran el legado del tren en Córdoba

Hubo un tiempo en el que las vías de tren no conectaban capitales de provincia en alta velocidad y sí pequeñas poblaciones de una misma comarca. En aquella época, el ferrocarril no era un medio de transporte impulsado por el turismo, sino que servía para fortalecer la economía e industrias locales. Poco a poco, aquellas traviesas quedaron abandonadas, el balasto no fue sustituido y los nuevos convoyes tomaron otras rutas.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación busca recuperar, a través del senderismo, aquellos caminos de la España rural. Lo hace dando a conocer los más de 10.800 kilómetros divididos en siete itinerarios que abarcan más de un centenar de rutas, tres de ellas situadas en la provincia de Córdoba.

«Los caminos naturales son una red de arterias verdes que permiten conocer el territorio y la excepcionalidad del medio rural español, de su interesante y variado patrimonio natural», explica el mencionado Ministerio en una nota de prensa. El Gobierno impulsó la red de caminos naturales hace algo más de tres décadas con el objetivo de rehabilitar antiguas líneas ferroviarias, a las que luego incorporó el acondicionamiento de infraestructuras de comunicación en desuso, como los caminos de sirga y las antiguas vías pecuarias.

Desde el ministerio aseguran que «se trabaja en la ejecución de nuevos tramos para ampliar el mallado en el conjunto del territorio nacional», dando prioridad a «los grandes ejes que discurren por varias comunidades».

Guadiato

Esta ruta recorre los cerca de siete kilómetros que hay entre Belmez y el cruce en la A-3175. El camino discurre por el antiguo trazado del ferrocarril que conectaba Peñarroya con Puertollano y que impulsó el desarrollo económico del norte de la provincia en la primera mitad del siglo XX.

A través de un terreno ondulado entre pinares, dehesas de encinas y olivares, el senderista descubre vestigios de una zona que llegó a monopolizar la extracción del carbón. Prueba de ese pasado es la antigua estación de Cámaras Altas, que actualmente se encuentra en estado ruinoso. También destacan sus centenarios pozos mineros y las explotaciones a cielo abierto transformadas en lagos artificiales que se fusionan con las dehesas.

La Campiña

Esta ruta recorre parte del antiguo trazado ferroviario Córdoba–Marchena, el cual dejó de funcionar en la década de los 70. Comenzando en la estación de Valchillón, a través de los 54,3 kilómetros que separan este punto con Villanueva del Rey (Sevilla), se atraviesan campos de girasoles, cultivos cerealistas, especialmente en la provincia hispalense, y olivares.

El caminante pasará junto a la ribera del Guadajoz, la antigua estación de Guadalcázar, el castillo de Almodóvar y, para mayor contraste, bajo las vías de la línea de AVE Madrid-Sevilla.

Ya en Sevilla, la ruta atraviesa un puente que llega hasta el municipio de Écija. Desde ahí, se pasa por la llamada Ronda del Ferrocarril, la cual se deja atrás para concluir en Villanueva del Rey.

Subbética

En este caso, el itinerario está dividido en las tres provincias que formaban parte de la Vía Verde del Aceite: Jaén, Córdoba y Sevilla. En el caso de Córdoba, el tramo de la Subbética empieza en el viaducto del río Guadajoz y concluye en Lucena.

A lo largo de los 57,3 kilómetros, la antigua vía daba salida a los productos típicos de la zona, especialmente, al aceite de oliva. Es por esto por lo que el olivar es el rey absoluto del paisaje. No obstante, también se pasa junto a otros espacios naturales de gran valor, entre los que cabe mencionar el Geoparque Mundial de las Sierras Subbéticas y la laguna del Conde, que forma parte de la única zona de humedales de Córdoba.

El Camino Natural de la Subbética también cruza localidades como Luque, donde su rehabilitada estación es una parada obligatoria; Doña Mencía, donde en este caso la estación se ha reconvertido en un restaurante; o Cabra, donde da inicio la conocida como Ruta de la Sima, además de cinco viaductos.

Tras acercarse a los viñedos que rodean el término municipal de Moriles se llega hasta Lucena. El municipio cuenta con varias joyas barrocas como la parroquia de San Mateo, que sirve de broche de oro para el camino.

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