El fallo del Tribunal Oral en lo Federal (TOF) de Corrientes recayó sobre Miguel Ángel Carbonell (69), quien fue inmediatamente detenido ya que al debate llegó excarcelado y quedó alojado provisoriamente en la sede del Escuadrón 7 «Paso de los Libres» de Gendarmería Nacional Argentina (GNA).
Fuentes judiciales informaron a Télam que los jueces Enrique Jorge Bosch, Juan Manuel Iglesias y Eduardo Ariel Belforte coincidieron con el fiscal federal Flavio Ferrini y lo condenaron como partícipe necesario del delito de «secuestro extorsivo agravado» en perjuicio de Cristian.
Los fundamentos del veredicto, que fue dado a conocer este viernes, serán leídos a las 17 del próximo lunes 11 de diciembre.
El TOF correntino dio por acreditado que Carbonell facilitó el tercer aguantadero donde fue mantenida secuestrada la víctima, en un paraje conocido como «Ombucito», en Paso de los Libres.
Según la acusación de la fiscalía, al acusado se lo vio acondicionando el lugar previamente con Oscar «Caniche» Salgan, uno de los principales acusados del secuestro y crimen de Schaerer que falleció en la cárcel mientras purgaba una condena de 25 años.
La Justicia estableció que allí fue el tercer lugar de cautiverio luego de haber estado primero en un galpón de la localidad de Saladas y después en una quinta en Paso de los Libres, hasta que finalmente creen que fue cruzado al municipio de Uruguayana, en Brasil.
Los apuntados como jefes en el secuestro
De acuerdo a testigos, en el tercer lugar de cautiverio, Carbonell estuvo con José Rodolfo «El Ruso» Lohrmann (58), considerado junto a José Horario «Potrillo Maidana (62) jefes de la organización criminal que capturó al joven, por lo que en caso de que ellos sean extraditados podría realizarse el cuarto juicio por el hecho.
Es que tras permanecer 14 años fugitivos de la justicia argentina, ambos fueron detenidos en 2017 en Portugal como integrantes de una banda de ladrones de bancos y se encuentran alojados en una cárcel de ese país a la espera de su extradición.
La justicia portuguesa los condenó a 18 años de prisión por haber cometido entre 2014 y 2016 cuatro atracos a bancos en las ciudades lusas de Odivelas y Cascais, en los que se llevaron 235.000 euros, y por cinco robos de automotores.
Lohrmann y Maidana cumplen sus condenas en la prisión de Monsanto y tienen un pedido de extradición formalizado por los canales diplomáticos desde el juzgado federal de Corrientes, pero deben comparecer también ante tribunales de Bulgaria, República Checa y España por otros robos cometidos en esos países europeos.
El propio Lohrmann también pidió en 2020 ser extraditado a la Argentina para cumplir acá todas las condenas que se le acumulen.
En 2018, ambos fueron indagados en una cárcel portuguesa en el marco de la causa Schaerer por el entonces juez federal 1 de Corrientes, Carlos Soto Dávila -hoy preso y condenado por cobrarle coimas a narcos-, y los fiscales federales Santiago Marquevich y Ferrini, quienes luego los dejaron procesados como coautores de un «secuestro extorsivo agravado por haberse cobrado el rescate y por la intervención de más de tres personas».
Declararon durante varias horas, pero nunca dijeron dónde están los restos de Schaerer, la obsesión de los investigadores históricos del caso.
Una hipótesis de qué pasó con la víctima
En 2019, una pista llevó la investigación a Brasil, ya que un canoero de la zona de la ciudad de Uruguayana, clasificado como testigo de identidad reservada, ubicó en un arroyo llamado Imboa el sitio del supuesto destino final de Cristian, pero tras el drenaje de un sector del curso del agua, el resultado fue negativo y solo se halló el cabo de una pala, trozos de una bolsa de polipropileno y algunos huesos que luego se determinó eran de origen animal.
Una de las hipótesis con la que concluyó este trabajo fue que por el lastre de la corriente en el arroyo Imboa, donde el agua produce un influjo de entrada y salida, los restos del joven fueron arrastrado al río Uruguay.
En marzo pasado y a partir de la declaración de otro testigo, la Justicia de Paraguay también buscó los restos del estudiante correntino en un descampado rural de San Pedro de Paraná, en el departamento de Itapuá, pero el resultado también fue negativo.
El Ministerio de Seguridad nacional
mantiene vigente una recompensa de 5.000.000 de pesos para quien pueda aportar datos sobre el paradero del joven correntino.
El secuestro de Schaerer fue perpetrado la noche del 21 de septiembre de 2003 cuando descendía de su Mercedes Benz para abrir el portón del garaje de su casa del barrio Las Tejas, a 15 cuadras del microcentro correntino.
Los secuestradores lo mantuvieron oculto en varios lugares: la localidad de Saladas, a 100 kilómetros de la capital provincial; la ciudad correntina de Paso de los Libres y la brasileña Uruguayana.
Dos meses después de su captura, Pompeya Gómez, madre de Christian, pagó un rescate de 277.300 dólares en Ciudad del Este (Paraguay), pero el joven, hijo de Juan Pedro Schaerer -un exfuncionario correntino que por causas penales pendientes reside en Paraguay-, nunca fue liberado.
En tanto, por el caso ya se llevaron a cabo dos juicios orales en los que se condenaron a 12 personas.
Entre fines de 2006 y principios de 2007, el Tribunal Oral Federal de Corrientes condenó a 25 años de prisión al abogado Pedro Ángel Barbieri y a Néstor Horacio Barczuk, y a una secretaria del profesional, Judith Alvarenga, a 8 años.
El 28 de agosto de 2009, el mismo tribunal condenó a «Caniche» Salgán y Cristian Carro Córdoba a 25 años de prisión, a Gonzalo Adrián «Paragüita» Acosta a 16 y Claudio Cornelli Belén a 12; mientras que otros cinco integrantes de la banda fueron absueltos.
Sin embargo, en 2013, la Cámara Federal de Casación Penal impuso 17 años de prisión para los hijos de «Caniche», Sergio Gustavo y Oscar Antonio Salgán; y a María Esther Sudo; en tanto que para un hijo de ella, Jorge Gabriel Sudo, dictaron una sentencia a 11 años y para el policía Miguel Ángel Ramírez, de 18.