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Resistencia
27 noviembre, 2024

Sidonie: «Los jóvenes, como decía Borges, son muy barrocos»

Sidonie llevan ya 25 años juntos, pero siguen sorprendiendo. Tras El regreso de Abba (2020), disco doble y conceptual, han vuelto por todo lo alto con un álbum corto, efectivo y directo: Marc, Axel, Jes (2023), sin artificios. «Un disco para escuchar a todo volumen: to be played at maximum volume», como se aconsejaba en la contraportada del álbum de Bowie The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars, y un autohomenaje desde el mismo título –con los tres músicos en la portada– que rodará por toda España y que mañana llega a Murcia, a la Sala Mamba! Sidonie no han perdido el espíritu y la intensidad que les hace disfrutar encima del escenario con todo el optimismo que rebosan. Si «el pop se mide por estribillos», como afirma su hoja promocional, «en este disco hay diez». Charlamos con Marc Ros, cantante y compositor del grupo, sobre esta vuelta a los orígenes, a lo básico.

Qué tal, Marc, ¿cómo estás?

Pues estoy excitado, nervioso; empiezo a dormir mal porque empieza la gira. Yo creo que es por el arranque, que luego se me pasa, aunque hay algo… Pero esto significa que tengo la responsabilidad de hacerlo bien.

Sidonie llevabais tres años sin editar un disco. Ahora, en la portada de Marc, Axel, Jes salís los tres. ¿Por qué decidisteis titularlo así y mostraros vosotros?

Después de la pandemia empecé a ir a muchos conciertos aquí en Barcelona; decidí que, ya que no tenía conciertos con Sidonie, los iba a ver yo como espectador, y lo que más me gustaba era ver a grupos en salas pequeñas como la Apolo, la Sidecar… Me gustaba la forma que tenían esas bandas de reivindicarse a sí mismas con pocos medios, sin pantallas, bailarines ni nada por el estilo; no había ningún tipo de artificio. Y pensaba que a mí lo que más me gusta es ver a la banda de cerca con mi codo apoyado en la barra. Esta fue la principal influencia del disco, que al principio se iba a llamar Estribillo; la otra opción era que se llamara Sidonie, pero yo dije que no, porque el primer disco ya se llamaba así. La opción que encontré fue la de nuestros nombres, una cosa sin artificios, sin arreglos. No hay colaboraciones en el disco; por tanto, Marc, Axel y Jes, que es como nos llamamos, que somos los mismos tres desde hace más de 25 años, me resultó ideal. Y en la portada, una foto de los tres en las escaleras del edificio donde ensayamos, y punto.

«Marc, Axel y Jes, que es como nos llamamos, que somos los mismos tres desde hace más de 25 años, me resultó ideal como título»

Es un disco con apariencia de debut. ¿Se trata de un autohomenaje?

No sé si te pasa a ti, pero en el caso de nuestras bandas favoritas, el primer disco siempre suele ser el más impresionante, y hemos buscado la energía de un primer disco. Los álbumes debut son canciones que un compositor, una banda, ha ido acumulando durante años y que salen en un primer disco que suele ser el más tremendo, el que cambia todas las cosas. La intención es como si este fuera el primer disco de Sidonie, eso es.

Es más corto que otros.

Que este disco sea más corto es porque estamos siguiendo una tendencia, y te lo digo honestamente. Igual que hay discos de Sidonie que se alargaban innecesariamente porque la tendencia era sacar discos muy largos. Yo me acuerdo de los noventa, cuando los CD’s duraban más de cincuenta o sesenta minutos; discos de Oasis, Blur o Pulp duraban eso, y pensabas:«Hay canciones que sobran». Ahora la tendencia es –debido a muchísimas cosas– que las cosas sean más breves, que los contenidos sean más comprimidos y nucleares.

Y parece que habéis subido el volumen.

Es un disco para escuchar a todo volumen, «to be played at maximum volumen«, que ponía en la contraportada del Ziggy Stardust and the Spiders from Mars. Creo que es la primera vez que no pido al oyente que escuche el disco con auriculares, porque es un álbum en el que queríamos captar un poco la esencia de la sala Sidecar, por ejemplo, que tiene un sonido increíble.

Estas nuevas composiciones siguen una estela más pop, a lo que hacéis referencia en Es muy pop, que parece un desquite hacia los que os han criticado por hacer pop;un «¡fuera prejuicios!».

Yo creo que todo lo que podemos aprender está en la mente de la generación más joven, la generación que ahora tiene 20 años. Sí que ha habido dos generaciones que han pasado de nosotros: o no existíamos para ellos o decían que Sidonie no mola. Ahora viene una generación que no tiene esos prejuicios, que te mezclan a Los Planetas con La Oreja de Van Gogh, o a Belako con Estopa, y esto es increíble, porque ahora vas a tomar una copa a locales de Barcelona y escuchas esas mezclas que eran impensables en nuestra época, y me alegro. Aparte, nos hemos cruzado con bandas de chavales de entre 20 y 25 años que confiesan que somos una influencia para ellos; esto, tío, significa que ahora no hay prejuicios, que se le ha dado la vuelta a todo eso, que la gente se ha quitado toda esa basura de la cabeza.

En Cedé habláis de volver a 1997. ¿Rememorando vuestros comienzos?

Me han dicho que si es una canción nostálgica, y yo pienso que no, que está recreando la conversación que yo he tenido con gente de mi quinta y que me ha dicho: «Antes, en los noventa, todo molaba más, porque ahora la música da asco», o «antes, en los noventa, vestía mejor, porque ahora la gente parece que va con pijama o en chándal’», y yo recuerdo los noventa como una época bastante deprimente. De hecho se dieron muchos casos de suicidio en gente que estaba en grupos por culpa de las drogas y la depresión; los noventa fueron, en este sentido, bastante terribles. Yo no digo que lo de ahora sea peor o mejor, pero para nada esta canción es un ejercicio de nostalgia, creo que es un error pensar que los noventa molaban simplemente porque tú eras joven, pero nada más, y la canción tiene ese punto irónico, porque es igual de deprimente; quizás ahora un poco más.

«Creo que es un error pensar que los noventa molaban simplemente porque tú eras joven, pero nada más»

En los videoclips que habéis publicado habéis querido plasmar una estética que evoca tiempos pasados. ¿Ahí tampoco hay nostalgia?

En las letras no hay nostalgia, pero en los videoclips… hay toda la nostalgia que tú quieras. Los videoclips me llevan a los del primer Elvis Costello, los Jam, los Buzzcocks…, esa estética de televisión británica que no hay presupuesto y meten al grupo con un fondo blanco o negro, y venga a tocar con un playback cutre. Nos gustaba mucho esa estética, igual que nos gustan mucho los coches antiguos más que los diseños de ahora; me parecen un horror. De hecho, si ves cualquier película que pretenda ser un poco elegante, normalmente los automóviles que aparecen son antiguos. Pasa mucho también con los videoclips: la mayoría de los que veo ahora me parecen un horror. Entonces nos parece bien tirar de nostalgia.Además, no creo que proceda sacar ahora un vídeo con chicos y chicas en bañador; me parece que lo mejor para enseñar este álbum es que salgamos los tres tocando.

Sidonie venís de la escena mod de Barcelona, marcada por la música psicodélica. ¿Donde dirías que estáis ahora ?

Pues no tengo ni idea de dónde estamos. Sé que venimos de donde venimos (de la escena underground mod de Barcelona, efectivamente), que han pasado muchas cosas en todos estos años y que hemos ayudado a construir lo que es el indie español para bien y para mal. Porque yo creo que hay un antes y un después de Sidonie. Nadie grababa como nosotros, ni hacía los arreglos que hacíamos nosotros, y, de repente, todos los grupos parecían imitarnos. Y nadie se presentaba en un show como lo hacíamos nosotros, y, de repente, veías a muchas bandas haciendo lo mismo. Fuimos los primeros. Osea, después de la generación de los Planetas, quien cambió todo el asunto fuimos nosotros. Todo lo que hay, para lo bueno y para lo malo, se debe a Sidonie.

Posiblemente las letras de este disco, que parecen más directas, sean las más complicadas que hayas escrito. ¿Lo ves así también?

Es que ahora soy mejor letrista de lo que era antes, porque soy más sencillo, más directo. Si tengo que viajar de A a B, voy en línea recta, no dando tumbos ni en zigzag. Ha costado mucho llegar hasta aquí… También es normal:los jóvenes, eso decía Borges, son muy barrocos, y reconocía que él también lo fue. Y yo también lo era, por timidez. Prefieres esconderte detrás de muchas metáforas, porque cuesta mucho mostrar tus sentimientos en una cosa que queda grabada para siempre. Al final, con la edad –es lo bueno de cumplir años– se te van quitando las timideces y los complejos, y ahora puedo hablar de lo que siento en una canción sin que la letra interfiera en la música, que es lo principal: mi principal cometido es escribir melodías, y la letra no debe molestar. A mí me da igual si la letra tiene o no sentido; yo me esfuerzo para que lo tenga, pero lo importante es que las palabras caigan bien en la música. Y ya está.

¿Qué canción sirvió de guía para el resto?

Pesado y estúpido, que justamente fue la única canción nueva que tocamos cuando abrimos para los Rolling Stones en el Metropolitano, en Madrid, porque era la primera que teníamos hecha. Pero recuerdo que, una vez grabada la maqueta, Luis Fernández, nuestro manager, que venía fresco (aparte de que es más joven que nosotros), nos dijo: «Esta canción es la mejor». Y le dijimos: «No. Para el disco igual la metemos o igual no», y él: «¡No, no! Esta canción va al disco, y va a servir de guía del disco». También me dijo que algunas canciones no valían «para nada»; eso me gustó mucho, porque normalmente a un grupo consagrado, o a un tipo que lleva años componiendo como yo, cuesta decirle las cosas. Él no tuvo ningún problema en decírmelo, y esto nos salvó de hacer un disco propio de mayores de 45 años, un disco aburrido, de madurez. En cambio, este es un disco muy fresco, muy espabilao, y en parte gracia a Luis, que ha tenido el valor de decirme: «Esa canción es una mierda y esta canción es brillante», porque normalmente no pasa esto.

Veinticinco años después, cómo hacéis para soportaros? ¿Aún salís juntos?

Sidonie somos de las pocas bandas en que sus componentes son amigos (de las bandas que conozcamos que están ahí, que se dedican a esto, y que están en los principales escenarios, porque no suele ser así). Normalmente en las bandas hay una cordialidad: se llevan bien, pero son compañeros de trabajo. Eso a mí me sorprendió mucho al principio. Pensaba inocentemente que esto era normal, que las bandas deberían ser de amigos. Pues no. Sidonie sí, pero he visto pocos casos; León Benavente, por ejemplo, que también son colegas. Y me gusta mucho que hayas preguntado si seguimos saliendo juntos porque, a pesar de la canción No salgo más, sí salimos de vez en cuando, y tenemos unas resacas que cada vez son peores, pero las pasamos juntos porque salimos juntos porque somos amigos.

Entre otras cosas maravillosas que os han pasado, figura haber teloneado a los Stones.

Ser teloneros de los Rolling Stones fue muy importante. De repente nos vimos compitiendo –nosotros, una banda minúscula– con el grupo más gigantesco de la historia del rock and roll, porque, al final, es el mismo escenario y tienes que hacerlo lo mejor posible. Y me di cuenta de que Mick Jagger, que estuvo ahí más de dos horas y cuarto sobre el escenario, me destrozó físicamente. Él tenía 79 y yo, 48. Me di cuenta de que yo tenía un problema. Miré el cigarrillo que me estaba fumando y dije: «Tenemos que hablar». Y aquí estoy, con la lucha para dejar de fumar. Además, los Stones hicieron un concierto muy bueno; no lo esperábamos, la verdad, pero ya desde la prueba de sonido, que tuvimos el placer de presenciar y escuchar, dijimos: «Esto es una banda». Vale que son ellos y que están en un estadio, pero lo que están haciendo es real, es de verdad. Igual la dirección que ha tomado el disco también viene de esa noche de junio, porque hubo mucha rabia, por mi parte sobre todo, de decir: «Es que nos han barrido. Esto no puede ser». Así que gracias a Rolling Stones por ser siempre una inspiración.

¿Recibiste mucho odio en redes por tu streaking junto a Rocío Saiz? ¿Qué mensaje queríais lanzar? ¿Valió la pena?

Lo que me sorprendió un poco es que yo pensaba que al siguiente fin de semana todas las bandas nos apoyarían, y que todo el mundo se quedaría en pelotas, y no fue así. Tuvimos que esperar unas semanas a que Eva Amaral lo hiciera en el Sonorama. Quitando eso, claro que valió la pena, porque estábamos apoyando a nuestra compañera, que había recibido un trato injusto. Lo volvería a hacer sin duda alguna.

¿Qué sucede cuando a un rockero lo reconocen fuera del escenario y le dicen: «Mi madre es muy fan tuyo»? ¿Es lo que motiva una canción como No salgo más?

Lo de: «Te he reconocido, mi madre es muy fan» está basado en hechos reales. Fue un día que estaba en la sala Sidecar, con una camarera;fue ella quien me lo dijo. Cogí la cerveza, me fui a la terraza a fumarme un cigarrillo, indignado totalmente –porque, claro, esto me hacía muy mayor–, y, bueno…, al final te lo tomas a guasa. Pero bueno, ella también se declaró fan, lo que significa que ya somos transgeneracionales, que le gustamos a la madre y a la hija, y me parece fantástico, muy bonito.

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