Scioli aceptó continuar, pero no basta con la decisión individual del funcionario, sino que, cuando el nuevo gobierno esté en funciones, tendrá que enviar el pliego al Senado para que siga con sus funciones, y debe ser votado por las mayoría de los legisladores.
El objetivo de esta decisión sería intentar recomponer la tensa relación que hay entre Javier Milei y el presidente brasileño Lula Da Silva, por lo que Scioli deberá cumplir una tarea similar a la que le encomendó Alberto Fernández, que quería normalizar la relación con el mandatario en ese momento, Jair Bolsonaro.