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Resistencia
1 mayo, 2025

Salió a estudiar y no regresó a la cárcel: «El carnicero de San Andrés de Giles» es intensamente buscado

«El carnicero de San Andrés de Giles”. Así fue reconocido Luis Fernando Iribarren, que en 1986 asesinó de varios disparos y sin compasión a sus padres y a sus dos hermanos mientras dormían. Nueve años después, mató de un golpe con un hacha a su tía. Recién en 1995 fue condenado a prisión perpetua. Ayer, casi 30 años después, fue a la facultad de Ciencias Sociales de La Plata para asistir a una clase de Derecho. Al cierre de esta nota no había regresado al penal de Lisandro Olmos, por lo que era intensamente buscado.

Iribarren se preparó como cada miércoles en su calda de la Unidad 26 de Lisandro Olmos, correspondiente al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). El detenido contaba con el aval del Juzgado de Ejecución N° 1 del Departamento Judicial de Mercedes para realizar salidas transitorias. Está cursando la carrera de Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata.

Luego de varias horas el hombre no regresó de la “salida educativa”, por lo que las autoridades del SPB dieron aviso a la Policía y al juzgado. Inmediatamente comenzó la búsqueda de Iribarren. “No se fugó, sino es un quebrantamiento de la salida transitoria”, explicó una fuente policial consultada, a la vez que agregó que las mismas «eran sin custodia» policial.

Iribarren es considerado como uno de los mayores asesinos de la historia criminal de la Argentina. En sus espaldas carga con la muerte de cinco personas, todas familiares, entre ellas la de sus propios padres. Por estos homicidios fue condenado a reclusión perpetua en 1995, nueve años después de cometido los hechos.

Su apodo se debe a que en 1986, cuando tenía apenas 21 años, asesinó con una carabina vizcachera calibre 22 a sus padres y a sus dos hermanos mientras dormían. Luego de cometer los crímenes, en plena noche los enterró en una fosa a 40 metros de la casa de campo donde vivían, en el lugar donde antes había un chiquero, en el paraje Tuyutí, a unos 30 kilómetros de San Andrés de Giles, en la provincia de Buenos Aires.

“Los maté porque les tenía bronca”. Así, con mucha frialdad, Iribarren explicó sus razones para el crimen de su padre Luis (49), chacarero; de su madre Marta Langevin (42), maestra; y de sus hermanos Marcelo (15) y María Cecilia (9).

Y enseguida, ante el mismo funcionario judicial, ofreció más detalles: “Sin pensar mucho, pero sabiendo que estaba cargada, agarré el arma y entré en la pieza en la que dormían mis padres y mi hermana. Con la certeza de que tenía ubicados los cuerpos y de que no me hacía falta mirar, cerré los ojos y les disparé. No sé si fueron dos o tres balazos a cada uno”.

Cómo lo descubrieron

Durante nueve años ocultó el crimen. Cada vez que le preguntaban por sus padres o sus hermanos, él respondía que se habían ido de viaje a Paraguay, escapando de viejas deudas que habían contraído. Pero lo que parecía ser un crimen perfecto, finalmente se descubrió.

No fue hasta 1995 que Iribarren volvió a matar y nuevamente a un familiar. La víctima esta vez fue su tía, a quien asesinó de un certero golpe en la cabeza con un hacha en la casa que compartían en San Andrés de Giles, la ciudad de la que nunca se fue.

Para explicar la ausencia de la mujer recurrió al mismo argumento: que se había ido de viaje a Capital Federal para tratarse de una enfermedad. Lo que no contó es que el olor nauseabundo del cadáver que alertó a un vecino justo cuando estaba por enterrarlo en el patio.

El vecino llamó a la Policía, que al llegar a la vivienda encontró el cuerpo de la mujer y luego, los restos de los demás familiares. Iribarren fue detenido y acusado del aberrante delito de “homicidio calificado por el vínculo reiterado, en concurso con homicidio simple en tres oportunidades”.

La condena y su vida en prisión

Un tribunal de Mercedes lo condenó a la única pena que había en expectativa: la reclusión perpetua. Iribarren quedó alojado en una cárcel del SPB, donde estaba a punto de cumplir 30 años hasta que ayer no regresó de su salida transitoria para ir a estudiar.

Eran las últimas materias que estaba cursando “El carnicero de San Andrés de Giles”, ya que había iniciado sus estudios en la Unidad N° 12 de Gorina. Allí, su conducta era buena, por lo que le permitió acceder –una vez cumplidos los 25 años de condena- a las salidas transitorias. Iribarren es padre de mellizos, que tuvo fruto del matrimonio con su ex pareja, con quién convivió entre 1991 y 1993.

PS

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