La iniciativa, organizada por Unión Obreros y Empleados Plásticos (Uoyep), se llevó a cabo en el Centro Recreativo Parque Frontera, ubicado en el partido bonaerense de Esteban Echeverría, con el propósito de «visibilizar que el plástico no es un residuo, sino un recurso para la economía circular», detallaron los organizadores.
En la exposición participaron stands que acercaron variedades de productos desarrollados con plástico provenientes de descartes (posconsumo) que, a través de diferentes métodos como moldeo por inyección o impresión 3D, posibilitan darle un nuevo uso a través de su reciclado y reutilización.
Entre estas propuestas se encontraba «Marote Diseño Responsable», una empresa que realiza productos con plástico reciclado provenientes de cooperativas de recuperación urbana, programas de gestión de residuos y empresas recicladoras.
«Emprendimientos como el nuestro, que somos una pequeña Pyme, están creciendo cada vez más», destacó a Télam su fundador Luciano Bochicchio, quien aseguró que reciclan «entre 1.000 y 1.500 kilos de plástico por mes».
Asimismo, también se realizan productos más voluminosos como mobiliario urbano y productos para el hogar, como macetas o «camas» para gatos y perros.
«Nuestra concepción de marca es crear consumidores responsables, que antes de tirar esta tapita, piensen que es un recurso que puede ayudar a un taller protegido, que nos puede ayudar a nosotros a comprar ese material y evitar que ese material contamine el medio ambiente», agregó Bochicchio.
Con este sistema, «se pueden levantar seis metros cuadrados de pared cada 10 minutos. Hicimos una casa de 150 metros cuadrados en 17 días, incluyendo las paredes, la estructura del techo, el techo y la instalación de agua fría y agua caliente», explicó Luis Aincioa, asesor comercial de la empresa.
Consultado sobre la duración, Aincioa señaló que «el material, si lo tirás al mar, dura 100 años. No tengo pruebas de una casa de 100 años, pero es evidente que el material tiene todas las condiciones».
Asimismo, el reciclado y reutilización de plástico también se hizo presente en la confección de indumentaria de diseño, como en el caso de Agustina, quien confecciona indumentaria y accesorios con inflables de pileta reciclados como camperas, chalecos, riñoneras y mochilas.
«El material es súper duradero, impermeable y muy contaminante si termina en la tierra o en los suelos, así que lo aprovecho y le doy una mano al planeta», señaló a esta agencia la diseñadora, egresada de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU).
Consultada sobre el paradigma de la sustentabilidad en la moda, sostuvo que «hay una mirada un poco más avanzada con la sustentabilidad, pero todavía falta mucho. La industria de la moda es la segunda más contaminante de la Tierra, está lleno de ropa y la gente compra sin pensar».
«Se debe generar una conciencia de consumo entre nosotros, porque falta mucho, pero se está iniciando y hay muchos emprendimientos», agregó.
«Mediante la termofusión y diferentes matrices hago un nuevo material reciclado y lo utilizo para hacer marroquinería sustentable», explicó la joven sobre sus creaciones, realizadas con colores vibrantes y diferentes texturas.
El reciclado de plásticos en Argentina en 2023 evitó que se liberen en toneladas de dióxido de carbono al año el equivalente a lo que absorben 21 millones de árboles, según datos de la asociación sin fines de lucro Ecoplas y la Cámara Argentina de Reciclados Plásticos.
A su vez, en 2022 se recuperaron un total de 343.000 toneladas de plásticos en el país, de las cuales 318.000 fueron recicladas mecánicamente, lo que significa que fueron reprocesadas y utilizadas como materia prima para nuevos productos.
Luego, las restantes 25.000 toneladas fueron recicladas energéticamente, lo que permitió utilizarlos como combustible para generar energía eléctrica y calefacción por medio de una combustión con tecnología limpia.
«Eso quiere decir que hay un voluntarismo, tenemos todos una mirada ambiental, lo estamos haciendo, pero todavía hay un 50% de capacidad ociosa de la industria recicladora y eso quiere decir que podemos aún hacer más», aseveró.
«Con el plástico decimos que no hay residuos, sino que hay relleno sanitario, porque el plástico tiene valor. Estamos enterrando valor, dinero, trabajo que se puede reciclar».Verónica Ramos Además, sostuvo que en el reciclaje del plástico «hay una gran oportunidad» y destacó la necesidad de «políticas públicas, educación y concientización, porque además de la mirada ambiental, está la mirada de triple impacto, social y económica».
«Con el plástico decimos que no hay residuos, sino que hay relleno sanitario, porque el plástico tiene valor. Estamos enterrando valor, dinero, trabajo que se puede reciclar», concluyó la directora.