La decisión fue adoptada por el juez en lo Penal Económico 2, Pablo Yadarola, quien además trabó embargos de hasta 60 millones de pesos para los acusados a los que imputó los delitos de asociación ilícita, comercio de drogas a nivel local y tráfico de estupefacientes a nivel internacional.
Los acusados -de quienes se preservan las identidades- habían sido detenidos el 6 de diciembre pasado tras una investigación realizada por la fiscal en lo Penal Económico Gabriela Ruiz Morales y personal del Departamento de Lucha Contra el Crimen Organizado de la Policía de la Ciudad.
Según la resolución del juez Yadarola, la banda narcocriminal estuvo activa desde al menos un año, y se dedicaba al tráfico ilícito de drogas dentro del país y al contrabando de sustancia estupefaciente destinada «inequívocamente a su comercialización».
Según la investigación, los cuatro detenidos e imputados contaban dentro del país con las herramientas necesarias para elaborar y fraccionar la sustancia estupefaciente, contaban con balanzas, componentes químicos diversos y colorantes, y utilizaban el servicio de «delivery» Rappi para la logística de envío de la droga.
Durante los procedimientos realizados por la Policía de la Ciudad se allanó un departamento del piso 17 de un edificio de Padilla 752, de Villa Crespo, donde se secuestró gran cantidad de «tusi» molida, de color rosa y también violeta, en parte lista para su venta y otra cantidad, en versión granulada y de máxima pureza, sin ser estirada, y pastillas de MDMA, todo por un valor estimado de mercado de 30 millones de pesos.
El «tusi» (o «tuci») es la forma abreviada de llamar al «tucibi», nombre que deviene por la pronunciación en inglés de la sigla 2C-B, y es la mal denominada «cocaína rosa» por su aspecto, ya que tiene otros compuestos y efectos.
Al momento de los procedimientos, una fuente de la Policía de la Ciudad reveló a Télam que el gramo de esta droga en Buenos Aires se vende «entre 30 y 50 dólares o 30, 35 o 50 mil pesos, de acuerdo a su calidad o al circuito de venta».
También fueron incautados varios bidones que contenían ketamina, elementos de corte tales como maltoderina y cafeína anhidra, bidones de cinco litros de sustancias químicas varias, potes con colorantes y saborizantes, balanzas de precisión, medicamentos de todo tipo en cápsulas y pastillas picadas, recipientes varios, coladores y mezcladoras.
Los oficiales secuestraron, además 1.580 dólares, 1.186.000 pesos en efectivo, pesos colombianos, una maquina contadora de billetes, dos balanzas de precisión, 16 teléfonos celulares y varios chips, notebooks, tablets, un auto Fiat Cronos, varios cuadernos con anotaciones de interés para la causa, tarjetas bancarias de los detenidos y una visa estadounidense a nombre de uno de los imputados, documentación de retiro y envió de encomiendas y recibos de recepción de dinero desde el extranjero.
Los operativos contra la red
Aparte del allanamiento en el laboratorio del «tusi» en Villa Crespo donde se concretó la detención del «cocinero» de la droga de diseño, otro de los procedimientos principales se hizo en un domicilio en un barrio privado de Escobar.
Allí, se detuvo a una pareja sindicada como los jefes de la organización y donde se incautó valiosa documentación, además del auto.
Otros cinco allanamientos se hicieron en un departamento de Recoleta, tres en Barracas, lugares de expendio al menudeo, y otro más en Villa Crespo.
Al ser indagados, los cuatro acusados se mostraron ajenos a la imputación del juez, en especial la mujer detenida, quien dijo que había llegado de Colombia en 2015 con la intención de estudiar medicina pero que luego comenzó «a laburar (sic) como escort» para poder obtener dinero y poder viajar a su país natal y ver a sus hijos.
Las tareas de investigación comenzaron el 30 de noviembre del 2022, cuando se detectó un intento de tráfico de drogas a través de una encomienda a la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.
En esa oportunidad, los policías determinaron que una persona había dejado una encomienda en una oficina de la empresa Fedex, en la avenida Cabildo 1559, del barrio de Belgrano, y al ser sometida al control de Rayos X se visualizaron «imágenes sospechosas con una textura y densidad inusual».
Dentro de la encomienda, los detectives hallaron, entre otros documentos, un libro de cuentos infantiles en cuya tapa se hallaba una bolsa plástica color negro que contenía «Tusi».
Un vocero judicial indicó que, por esos delitos, en caso de ser condenados en un futuro juicio oral, a los imputados podría caberle una condena de hasta 12 años de cárcel.