«Yo no me pongo contenta con estas cosas, pero sí, es un alivio para el corazón y la esperanza de que esto no vuelva a suceder», le dice a Clarín Graciela Flores (70), la mamá de Tania Abrile, que tenía 38 años, era artista plástica y murió el 24 de julio de 2016 en una fiesta electrónica en el Orfeo Superdomo de la ciudad de Córdoba.
Ocho años después, Héctor Oscar Baistrocchi, Iván y Micaela Aballay, Mario Alfredo Novaro y Néstor Fabián Barreto se sentarán en el banquillo de los acusados.
«Tori» Baistrocchi (49) y «Vampi» Aballay (45) están imputados por «homicidio culposo y facilitación de un lugar para consumo de estupefacientes». Y Barreto, por «homicidio doloso«.
En las últimas horas, sorpresivamente, Iván Aballay y Baistrocchi fueron detenidos por decisión de la Cámara Sexta del Crimen de Córdoba. Ocurrió después de que detectaran «incumplimientos vinculados a salidas al exterior».
Iván «Vampi» Aballay y Héctor «Tori» Baistrocchi, detenidos poco antes del juicio por la muerte de Tania Abrile (38) en una fiesta electrónica en la ciudad de Córdoba.Los imputados no tenían prohibición de viajar a otros países, pero debían informar al tribunal cuando lo hicieran. Fue esa condición la que incumplieron y por lo que terminaron ahora con prisión preventiva: uno de ellos viajó al exterior en ocho oportunidades y el otro en tres. Para la Justicia, esa falta implica necesariamente un riesgo procesal de fuga y por eso los arrestaron en sus casas.
El alerta de la Cámara surge, curiosamente, sin que la querella ni la fiscalía haya advertido la irregularidad. Y a poco más de un mes de que otra joven falleciera en un evento organizado por esta productora.
Mara Alejandra Pereyra (37) murió tras descompensarse durante una fiesta electrónica en Forja Centro de Eventos durante la actuación de Hernán Cattáneo. La mujer había consumido éxtasis, según trascendió, antes de ingresar a la fiesta. Fue trasladada al Hospital de Urgencias, donde finalmente perdió la vida.
Mara Alejandra Pereyra (37), la misionera que murió en Córdoba tras ir a una fiesta electrónica.Esa noche otras 28 personas tuvieron que ser atendidas producto de descompensaciones producidas por la ingesta de drogas.
El evento había sido organizado por Buenas Noches Producciones (que no tenía ningún impedimento ni judicial ni administrativo para hacerlo), la misma que estuvo a cargo de la fiesta en la que murió Tania, adonde se había presentado el DJ británico John Digweed.
«Fue algo totalmente sorpresivo, no es algo que hayamos pedido desde la querella ni tampoco de lo que hayamos sido notificados. Tampoco nos han dado acceso a los fundamentos», explicó Carlos Ríos, abogado representante de la mamá de Tania respecto de las detenciones.
Tania Abrile, la víctima.La muerte de Mara quedó bajo la investigación del fiscal Carlos Cornejo que, según trascendió, había determinado que la joven consumió éxtasis antes de ingresar a la fiesta y que, de acuerdo a los testigos, la había comprado en Misiones, donde vivía.
En cambio, Tania había adquirido los estupefacientes dentro de la fiesta electrónica del 24 de julio de 2016.
Entre las condiciones para habilitar la fiesta, los organizadores incluían «contar con dos ambulancias para traslado, diez camillas de hidratación, con cinco médicos y diez enfermeros, más tres brigadas de ataque».
El falso médico
Para cumplir con esa condición, Aballay y Baistrocchi contrataron a la empresa de Novaro y Barreto, que dijo ser médico y estuvo a cargo de las primeras atenciones a Tania.
Luego resultó que Barreto no estaba habilitado para ejercer la medicina en Córdoba y «el falso médico» había podido trabajar en la fiesta porque ni la productora ni la empresa constataron las credenciales del personal.
Los dueños de la productora, según la acusación fiscal, habían participado de las reuniones de seguridad con la empresa a cargo de la atención sanitaria en el evento y, de acuerdo a lo que consta en el expediente, no pidieron acreditaciones ni documentación que respaldara los dichos de la prestadora del servicio.
Entre la 1.30 de la madrugada y las 6.30 de aquella madrugada, Tania fue «atendida» en tres oportunidades: primero en un puesto de hidratación, donde consumió 2,5 litros de agua; luego, a las 4.30, donde manifestó tener vómitos y frecuencia cardíaca acelerada y, a las 5.30, cuando se descompensó y fue atendida en el Shock Room por Barreto que -sin ser un profesional habilitado- le brindó atención y medicamentos hasta que llamó a emergencias alrededor de las 6.30.
Tania murió alrededor de las 7.10 de la mañana.
«La abandonaron cinco horas«, se lamenta Graciela cuando recuerda lo que pasó con su hija. «Estuvo cinco horas abandonada. Esta es una cuestión mía, la digo yo, pero hicieron un abandono de persona de mi hija, tenían un falso médico, por eso esto es un antes y un después. Mi hija no está, era una gran hija, una gran artista, una gran persona. La abandonaron cinco horas», insiste Graciela respecto del fallecimiento de la joven.
La mujer dijo que «recién ahora» está empezando a «acomodar un poco el cuerpo». Además, creó la Fundación de Arte Tania Abrile, en la que, junto a un grupo de personas, realizan conciertos, talleres de música, muestras de arte y talleres de adultos y niños.
La muerte de la artista plástica ocurrió tres meses después de la denominada Tragedia de Time Warp, donde Andrés Valdez (23), Bruno Boni (20), Francisco Bertotti (21), Martín Bazzano (22) y Nicolás Becerra (25) habían consumido una pastilla llamada “Superman” y murieron producto de una intoxicación masiva en Costa Salguero, al norte de la ciudad de Buenos Aires. También estuvieron internados en terapia intensiva otros cinco jóvenes.
EMJ
