La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul ha llevado a cabo tratamiento aéreo sobre más de 28.000 hectáreas de pinar de la comunidad autónoma para hacer frente a la procesionaria (Thaumetopea pityocampa), una plaga defoliadora endémica que produce el debilitamiento del árbol.
Se trata de una superficie en la que el uso social del pinar es muy elevado, concentrándose la mayor parte de ella en la provincia de Huelva (24.328 hectáreas), y el resto repartido entre las provincias de Córdoba (3.311 hectáreas), Sevilla (3.229 hectáreas), Málaga (465 hectáreas) y Cádiz (228 hectáreas).
La fumigación comenzó a primeros del pasado mes de octubre y ha terminado a mediados de noviembre.
El Plan de Lucha Integrada contra la Procesionaria que la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad se mantiene activo en función de la cantidad de procesionaria existente, y cuándo es necesario llevar a cabo alguna actuación de control.
El plan cuenta con la participación de los Agentes de Medio Ambiente, que son los responsables de la toma de datos y el seguimiento sobre el terreno del estado de la plaga.
Con esa información, el equipo de Equilibrios Biológicos asigna las actuaciones más adecuadas en función del grado de infestación y características del pinar, tales como usos y aprovechamientos, ubicación en espacios protegidos, y cercanía a viviendas o núcleos urbanos, entre otras circunstancias.
Al margen del daño al arbolado, el efecto más nocivo que produce la procesionaria es urticaria sobre animales y personas. Este hecho condiciona el uso social de los pinares y los aprovechamientos que en él se realicen, ya que puede provocar reacciones alérgicas entre trabajadores, usuarios y mascotas.
Dado que los pinares suelen aparecer como formaciones arbóreas adultas que cubren grandes superficies y se encuentran en zonas de difícil acceso por presentar una orografía irregular, una de las pocas maneras de llevar a cabo un control efectivo de la población de procesionaria son los medios aéreos. Para desarrollar esta labor, el equipo cuenta una aplicación informática desarrollada por la propia consejería denominada Coplas y que permite realizar el seguimiento de los tratamientos fitosanitarios aéreos a través de unos dispositivos electrónicos ubicados en los aviones.
También se aplica de forma terrestre con cañón pulverizador en zonas de alto uso social (parques, merenderos y senderos), donde su accesibilidad permite la circulación del vehículo de tratamiento.
El insecticida biológico empleado (Bacillus thuringiensis en suspensión acuosa) en estas actuaciones supone un reducido impacto sobre la fauna por su especificidad y reducida persistencia en el medio ambiente.
La colocación de cajas anidaderas para el fomento del establecimiento de aves insectívoras es otra actuación que, a más largo plazo, facilitará el control natural de la procesionaria. Aunque este sistema no es capaz de acabar con el ejemplar afectado por sí solo, sí lo hace más susceptible a otros agentes.