Jana Maradona (28) es la primera familiar directa de Diego Armando Maradona que se sentó como testigo en el juicio que se investiga la muerte del Diez. En su declaración apuntó contra el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque (44) y lloró al momento de recordar la muerte de su padre.
Uno de los puntos principales de la declaración de Jana se centró en la decisión de dónde internar a Maradona luego de la operación de un hematoma subdural que se realizó el 3 de noviembre de 2020 en la Clínica Olivos.
Jana recordó que conoció a Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov (40) cuando su padre vivía en el barrio Campos de Roca, en Brandsen. Se los presentaron como el equipo médico de cabecera.
Una vez operado Maradona en la Clínica Olivos, hubo una reunión de la que participaron el director del centro de salud, Luque y familiares del Diez.
“Nos ofrecen dos caminos: en una clínica, monitoreado por especialistas, y que ellos (los de la clínica Olivos) hacían énfasis en la recomendación. Por otro lado, ofrecieron una internación domiciliaria, fuera del control de ellos como clínicos pero sí acompañar desde la medicación, los aparatos, los enfermeros, etc”, sostuvo.
La hija mujer menor de Maradona hizo hincapié en el énfasis con el cual Luque recomendó que se eligiera la internación domiciliaria para su paciente y que se mostró “indignado” por la otra opción que les habían recomendado.
“Luque nos llama a tener una reunión entre nosotros y nos empieza a decir que es una locura llevarlo a una clínica que proponían los de Olivos porque teníamos una sola bala, que mi papá no iba a querer y que los de Swiss Medical querían promocionarse recomendando la clínica de rehabilitación y que la mejor opción es la internación domiciliaria”, afirmó.
La elección de la casa
Finalmente, la familia optó por la internación domiciliaria para Maradona. “La sugerencia de Luque me llevó a adoptar ese camino. La casa entendía que era un lugar más cómodo, amigable, con medios y aparatos a disposición. Todo lo que requiere una internación a disposición. La Clínica Olivos, es decir Swiss Medical, nos garantizó todo”, manifestó.
Mientras Diego estuvo viviendo en la casa del barrio privado San Andrés, Jana lo visitó dos veces. La primera vez lo vio de buen humor, y afirmó que estuvo haciendo chistes. Estaba acompañada de su hermana Gianinna.
La segunda visita fue el 18 de noviembre. El humor era diferente. Maradona no quería ver a nadie. Luque intentó que lo atendiera el médico Pedro Pablo Di Spagna (imputado en la causa) y un nutricionista. El Diez no quiso. Intercedieron Jana y Gianinna, pero no torcieron la decisión. Ambos médicos se fueron sin atenderlo.
“Estaba hinchado”, remarcó Jana al recordar la última vez que vio con vida a su papá.
“Lo siento mucho”
Luego de no verlo por una semana, Jana arregló con Gianinna para ir a almorzar con su padre el miércoles 25. Cuando estaba llegando a la casa recibió un mensaje del padre de una amiga.
“Lo siento mucho”, decía el mensaje. Jana se quebró, interrumpió el relato y lloró. Fue la primera vez que alguien lloró abiertamente en la sala de audiencias del TOC N° 3 de San Isidro.
Jana dijo que no creyó el mensaje, luego de tantas veces que los medios dieron por muerto a Maradona. A los pocos minutos recibió el mensaje de su primo, Jonathan Espósito: “Venite rápido que tu papá entró en paro”.
“En la esquina del barrio escucho por la radio que falleció Diego Armando Maradona. Llego a la casa, bajo del auto y Monona (Romina Milagros Rodríguez, cocinera) me abraza y me dice que lo siente mucho. Había gente que no recuerdo. Estaba mi papá en la cama y había fallecido”, recordó.
El equipo médico
El último fragmento de la declaración de Jana hizo referencia a que las “revisiones más profundas y técnicas las llevaban Luque y Cosachov”. “Informes médicos no había, nos contaban por chat el día a día”, señaló.
Ese chat estaba conformado por Luque, Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz y familiares del paciente.
Luego, su abogado Felix Linfante llevó el interrogatorio a cómo estaba la casa una vez muerto su padre. “La casa no estaba en condiciones, había cosas rotas y tuve que llamar a un albañil. Tuve discusiones con el dueño, tenía razón, había que entregarla en condiciones. La casa no estaba bien mantenida”, aseguró.
Luego, ante la consulta de quién les pagaba a los profesionales que atendían a su padre, Jana fue contundente: “El equipo de trabajo de mi papá les pagaba, quien era su abogado y apoderado, Matías Morla. Él les pagaba seguro, mi papá no se encargaba de esas cosas. Y Vanesa Morla, quien se encargaba de contratar y hacer ese tipo de gestiones”, describió. También añadió a Maximiliano Pomargo como parte de ese equipo.
Fue Vanesa quien les presentó a Cosachov como “la mejor psiquiatra de Argentina”. “La infló un montón”, sostuvo. Cuando se le preguntó si confiaba en Luque, afirmó “No podía desconfiar de un médico al que mi papá amaba”.
“El que dirigía todo era el equipo de trabajo de Matías Morla”, finalizó.
MG