La estación Retiro se convirtió en un verdadero caos este lunes por la mañana luego de que una amenaza de bomba obligara a suspender por completo el servicio del tren Mitre en plena hora pico.
La situación generó la evacuación total del edificio y dejó varados a miles de pasajeros que se disponían a iniciar su jornada laboral. El aviso, que resultó ser una falsa alarma, activó un protocolo de emergencia que mantuvo interrumpidos los tres ramales eléctricos de la línea -Tigre, Suárez y Mitre- durante más de dos horas.
La amenaza fue realizada mediante un llamado al 911 y movilizó de inmediato a efectivos de la Policía Federal Argentina, quienes procedieron al desalojo del hall central de la estación y de las formaciones que estaban por partir. También se realizaron inspecciones minuciosas en busca de artefactos explosivos o elementos sospechosos, sin que se encontrara ningún indicio de peligro real.
La suspensión del servicio provocó largas filas, incertidumbre y escenas de malestar en el exterior de la terminal, donde cientos de usuarios quedaron en la calle a la espera de novedades. La interrupción se dio justo en el inicio de la jornada laboral y afectó a uno de los nodos ferroviarios más importantes del Área Metropolitana de Buenos Aires.
Recién pasadas las 8:30 de la mañana, y una vez confirmado que no había ningún tipo de riesgo, las autoridades habilitaron nuevamente el ingreso a la estación y los trenes comenzaron a restablecer sus recorridos habituales. Sin embargo, la frecuencia tardó en normalizarse, lo que generó demoras adicionales a lo largo de toda la mañana.
El episodio se suma a una serie de amenazas similares que vienen generando preocupación en el sistema ferroviario: a mediados de junio, una denuncia telefónica alertó sobre la supuesta colocación de 17 dispositivos para descarrilar trenes en estaciones clave de la línea Roca, incluyendo Constitución, Lanús, Lomas de Zamora y Temperley.
Desde Trenes Argentinos y el Ministerio de Seguridad señalaron que este tipo de hechos no solo representan una grave alteración del orden público, sino que también constituyen delitos penales.
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