TV Ciudad es el medio de comunicación que con más fuerza se dedica a militar la nueva izquierda progresista. Fuerza que obtiene del sacrificio del pueblo trabajador, claro está.
El pasado miércoles 6 de marzo, en la previa al evento donde un grupejo de caprichosas cada año ridiculizan más a la mujer, (la marcha del 8M), el canal municipal estrenó un programa de streaming ultrafeminista llamado Somos Nosotras. Es conducido por la activista feminista radical Azul Cordo, que también es periodista y escribe en el pasquín zurdo La Diaria.
Violencia de género, femicidios, diversidad corporal, gordofobia, aborto, feminismo interseccional y feminización de la pobreza son algunas de las ridiculeces que abordan las empoderadas del flequillo, cada miércoles, gracias a papá Estado.
Las sororas uruguayas preocupadas por las hermanas argentinas
Entre otros disparates (como reivindicar el aborto), la emisión del pasado miércoles 4 de junio fue dedicada a promover el relato del colectivo Ni Una Menos que, conmemorando su décimo aniversario, se sumó a la marcha de todos los miércoles en Buenos Aires.
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Cabe recordar que el 3 de junio de 2015 se llevó a cabo la primera marcha de Ni Una Menos en Argentina —un evento que usó, y sigue usando, políticamente la imagen de una adolescente de 14 años asesinada en la provincia de Santa Fe— y que luego se expandió a todo latinoamérica.
Desde TV Ciudad, contactaron a Agustina Paz Frontera, una de las fundadoras de Ni Una Menos para se pronunciara sobre la «brutal» represión que todos los miércoles sufren los manifestantes:
“Lo que logramos es llenar a Ni Una Menos de “otra panza” también: la panza vacía… de cuanto tiene que ver la desigualdad económica con el hecho de que haya violencia por razones de género, con el machismo, con el patriarcado… Poner “la panza vacía” en el centro: las mujeres de los barrios populares… las clases populares son las que están siendo más perjudicadas por el neoliberalismo. Hoy por el libertarianismo, por los modelos económicos excluyentes… nosotras no hablamos solamente de las victimas mujeres. Hablamos de los problemas de desigualdad de toda la sociedad”.
En la misma línea victimista, agregó: “Estamos saliendo[a marchar]muchos sectores sociales perjudicados por un modelo económico y político sumamente excluyente… las feministas, en el movimiento Ni Una Menos, articulamos con esos sectores para hacer mas presión, para hacer mas fuerza. Para tener un mensaje más articulado que logre representar la incomodidad de la mayoría de la población hoy en Argentina”.
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La activista y periodista feminista argentina parece tener un alto grado de afinidad con la mentira, así que abiertamente agregó: “Los números, si vemos los femicidios, se mantuvieron. Al menos acá en Argentina”.
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Bullrich cuestionó al colectivo Ni Una Menos: es mentira, están los números
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, brindó declaraciones en un canal de televisión respecto a la marcha de los miércoles y el operativo de seguridad desplegado en las inmediaciones del Congreso argentino. Según sostuvo, el dispositivo fue diseñado para anticipar y contener una serie de manifestaciones convocadas por distintos sectores, entre ellos el colectivo Ni Una Menos.
En ese contexto, defendió la gestión del Gobierno afirmando que se redujeron los homicidios en Argentina: “Los homicidios vinculares, los homicidios en ocasión de violencia intrafamiliar y de mujeres bajaron un 14%. Nosotros lo logramos sin Ministerio de la Mujer, sin presupuesto para la mujer, sin campañas que solo servían a la burocracia que había ahí adentro”.
Bullrich también cuestionó la postura del colectivo Ni Una Menos y aseguró que no tienen diálogo porque: “Ideologizan los temas. En vez de decir ‘qué bien que en la Argentina bajó un 14% los homicidios por violencia de género’, dicen ‘eso es mentira’. Bueno, no es mentira, los números están”, sostuvo.
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No solo mintieron, también se mostraron emocionadas por adoctrinar niñas con feminismo de género
El delirio de las feministas es extremadamente preocupante. La fundadora de Ni Una Menos no solo mintió con total liviandad: también aseguró estar orgullosa del impacto que sus desastrosas consignas de género tienen en las niñas.
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“El cambio cultural está a la vista y hay transformaciones que logramos que no se van a retirar solamente porque un tipo despeinado grite a los cuatro vientos, en Estados Unidos o acá, que la desigualdad de género no existe. Hemos logrado un cambio cultural y eso lo saben las chicas que están ahora cursando la escuela”, sentenció.
A su vez, la muchacha del flequillo que «trabaja» en TV Ciudad contó una experiencia personal: “en esto que decías del cambio cultural, tuve la oportunidad de cubrir la movilización del 8M en Montevideo para La Diaria. Algo que me pasó fue ver muchas niñas que habían llevado y pintado sus propias pancartas. Cuando digo niñas estoy hablando de cinco, seis, siete años. Diez años. Son las hijas de Ni Una Menos”.
Luego, «conmovida» leyó un mensaje escrito por una niña: “Si con once años estoy acá por las que ya no están y por mi futuro, feliz va a ser el día que no falte ninguna”. Sin pudor afirmó: “como permean nuestras consignas en estas niñas que han sido criadas entre feministas. Es hermoso”.
¿Inconscientes o muy vivas?
El feminismo no tiene razón de ser y ellas mismas lo reconocen. Se han quedado sin curros por conseguir. Desde algunos medios de comunicación feministas, han señalado la necesidad de reinventarse, tras advertir el error de pensar «en las agendas temáticas feministas como una lista de objetivos a cumplir».
Sin embargo, los reclamos que hacen desde esta cuarta ola feminista —donde el movimiento Ni Una Menos en Argentina fue uno de sus detonantes, especialmente en América Latina— son un sinsentido. Son una horda de hembras débiles que reclaman y reclaman. No importa qué. Y lo peor es el daño que están causando en las nuevas generaciones.
Lo bueno es que todo su relato se destruye muy fácilmente cuando se ataca el pilar de toda su agenda: la noción de «género»: las palabras tienen género, los seres vivos tienen sexo. Las mujeres tenemos dignidad, las feministas no.
Finalmente, puedes profundizar sobre la relación entre ideología y financiamiento público en este artículo sobre cómo la Intendencia de Montevideo financia agendas ideológicas.