Se renueva la devoción por San Cayetano con un nuevo condimento: es la primera celebración al patrono del trabajo en la era de Javier Milei. «Danos un corazón más solidario», es el lema de este 2024. Y bajo la consigna histórica de «pan, salud y trabajo», los fieles se concentran en Liniers.
Según pudo saber Clarín, este año aumento significativamente la gente que se acercó al santuario pidiendo comida. «Hay mucha angustia y tristeza. Llegan llorando porque se quedaron sin trabajo», dijeron fuentes que cada año organizan la peregrinación y la misa.
Este año la marcha por San Cayetano se produce en medio de denuncias judiciales impulsadas por el gobierno de Javier Milei sobre irregularidades de las organizaciones sociales en el manejo y reparto de planes y fondos. Y también con una marcha a la que sumará la CGT y llegará a la Plaza de Mayo.
La fila de fieles que aguardan para ingresar al santuario se extiende hasta Bynon y Madero, a cuatro cuadras del santuario. Algunos compran espigas, otros capillas a $ 1.000 mientras voluntarios reparten galletas y bebida caliente para combatir las bajas temperaturas
Carolina toma mate junto a sus dos hijas. «Nos estamos adaptando. Una de mis hijas esta sin trabajo», le dice a Clarín ante la consulta por el nuevo Gobierno.
Adela Bazano tiene 56 años y es de Laferrere. Llegó a Liniers cerca de las 9 y va todos los años. Foto: Luciano Thieberger«¿Alguien quiere escribir una petición para el Santo?», preguntan chicas con pechera celeste mientras reparten papeletas y lapiceros. El viento sopla de a ratos
Élida Caputo tiene 67 años y es de Ramos Mejía. Desde hace más de 30 años viene al Santuario de San Cayetano a agradecer. Sus 3 hijos, a quienes tuvo que criar sola, tienen trabajo
Silvia Rojas (70) es de Corrientes, pero vive en el barrio de San Justo. Llegó esta mañana con la intención de agradecer y pedir por el trabajo. «Desde que asumió este Gobierno varias personas se quedaron sin trabajo. Veo mucha pobreza. La gente está cada vez más pobre. Mis sobrinos fueron despedidos hace dos meses. Trabajaban en seguridad y ahora no consiguen nada», le cuenta a Clarín mientras sostiene una vela blanca encendida y una gran imagen del patrono
Adela Bazano tiene 56 años y es de Laferrere. Llegó a Liniers cerca de las 9. Nunca falta a la cita de cada 7 de agosto. Pero este año por primera vez entre sus intenciones está el trabajo para ella.
«Cuidaba a una abuela que falleció en abril y desde entonces no conseguí otro empleo. Siempre trabajé como cuidadora en casas de familia. Pero ahora están pidiendo personal de entre 35 y 50 años. Mis hijos me están ayudando en lo económico», conversa con Clarín. Y agrega: «siempre que vengo, San Cayetano me da el milagro. El último fue trabajo para mi hijo quien, a los 15 días de haber hecho el pedido, fue contratado en una metalúrgica»
Marcela llegó desde Ezeiza a San Cayetano para agradecer que conserva el trabajo. Foto: Luciano ThiebergerMarcela (52) y Mabel (52) son vecinas. Viajaron desde Ezeiza para pedir por la salud y agradecer que, gracias a Dios, siguen con trabajo. «Me tengo que operar de los riñones», dice Marcela.
Cerca de ellas, una familia de 6 integrantes partió desde La Plata rumbo al santuario. Carlos Machado estrenó sus 39 y esta acompañado por 2 nietos, un sobrino y sus dos hermanas. «Venimos a agradecer que tenemos trabajo en medio de este contexto complejo. Todo cuesta más caro y es díficil llegar a fin de mes».
Carlos Machado llegó hasta el santuario de San Cayetano con su familia. Foto: Luciano Thieberger