Después de la confesión del homicida, la Policía allanó su casa en Merlo y se encontró con una macabra escena. Una evaluación psiquiátrica comprobó que el chico de 23 años tenía “plena consciencia de sus actos”.
27 de julio 2024, 23:06hs
Los vecinos de Morón están conmocionados al enterarse de que un joven intentó tirarse de un puente después de confesar que había asesinado a su madre.
La Policía detuvo al homicida de 23 años y allanó la casa que compartía con su mamá en la calle Bernasconi al 800, en la localidad de Libertad, en Merlo. Allí encontraron el cadáver de la mujer.
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Los investigadores indicaron que el cuerpo de Sara Zabala “presentaba heridas de arma blanca”, por lo que creen que su hijo la mató en un brutal ataque a golpes y puñaladas. Al inspeccionar la vivienda, los efectivos también constataron que había sangre por todos lados.
La macabra confesión
El homicida contó que, después de haber asesinado a su madre, escapó hasta el puente que cruza las vías del ferrocarril Sarmiento, ubicado en el cruce de avenida Rivadavia y Casacuberta, en Castelar. Mientras estaba allí, un grupo de agentes de la Policía Federal lo encontró y rescató de inmediato.
“Cuando los efectivos le fueron a dar ayuda, salió corriendo y fue atropellado por un auto sobre Rivadavia. En eso un móvil del Comando de Patrullas de Morón que realizaba recorridas por la zona se encontró con la escena, convocó a una ambulancia del SAME y fue trasladado con custodia hasta el hospital Posadas para atención médica”, informaron fuentes de la investigación al medio Primer Plano.
Cristian P.Y, como identifican al acusado, también le dijo a uno de los médicos que había matado a su madre y por eso había intentado tirarse del puente. También aseguró que su vida “ya no tenía sentido”.
Después de la confesión, el doctor le contó a los oficiales la información que le había compartido su paciente y empezó una investigación a cargo del fiscal Claudio Oviedo.
El homicida fue traslado al hospital Paroissien, de Isidro Casanova, para realizar una evaluación psiquiátrica, que arrojó como resultado que el joven tenía “plena consciencia de sus actos”. De esa manera, quedó detenido.
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Además, el sospechoso tenía antecedentes penales. Existía causa en su contra por amenazas agravadas con armas a la misma víctima, su madre. Esa denuncia terminó con una condena a seis meses de prisión en suspenso.
La expareja del homicida también lo había denunciado por violencia de género y tenía una restricción perimetral.
