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2 noviembre, 2024

El dulce caminar de la Virgen del Tránsito

El día 15 de agosto es un día especial en el popular barrio de San Basilio, epicentro de la devoción a la Virgen del Tránsito, la de Acá como la llaman cariñosamente los suyos.

Es un día de reencuentro, un día para hacer un alto en el verano y ponerse a las plantas de la centenaria Virgen del Tránsito, cuya iconografía representa la Dormición de María o el tránsito de María desde su estado mortal hasta un estado de gloria para después ascender al cielo en cuerpo y alma. La Asunción de la Virgen fue declarada dogma de fe por el Papa Pío XII en 1950.

Así, con motivo de esta festividad, durante estos días se ha estado celebrando en la parroquia de Nuestra Señora de la Paz (San Basilio) un triduo en honor a la Virgen del Tránsito, un triduo que culminó este jueves por la mañana con la fiesta de regla de la cofradía de gloria, una solemne celebración que sirvió de preámbulo a la gloriosa procesión que por la tarde llevó a la Virgen del Tránsito desde su popular barrio hasta el interior de la Catedral.

Minutos antes de las ocho de la tarde, el público iba llenando los huecos libres de la plaza delantera de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz (San Basilio) para esperar el cortejo que precedía a la Virgen, un cortejo que no tardó en salir y en el que se pudieron ver, además de hermanos de la cofradía, representación de la hermandad de Pasión, del Ayuntamiento y de la Agrupación de Cofradías.

Mientras, en el interior del templo, ya se vislumbraba la dorada urna que cobija el sueño eterno de la flor más bella del barrio de San Basilio. En la puerta del templo, la banda de música Tubamirum de Cañete de las Torres esperaba que el paso de la Virgen cruzara el dintel de la nave lateral del templo para elevar la ‘Marcha Real’ y a continuación la primera de las marchas, ‘Mi esperanza’, signo inequívoco de que la Virgen estaba un año más en la calle. A muy buen ritmo, el paso de la Virgen abandonaba la plaza de San Basilio buscando la calle Enmedio.

Recorrido por el barrio de San Basilio

A pesar del sofocante calor de la tarde, fueron muchos los cordobeses que siguieron la procesión de la Virgen por las calles, por ese recorrido tan hermoso que cada año hace por el barrio de San Basilio, un barrio que la Virgen abandonó por unas horas por el arco de Caballerizas Reales buscando las históricas calles que la llevaron hasta el primer templo de la diócesis. Tras cruzar la Puerta de Santa Catalina, esperaba el Patio de los Naranjos repleto de público que contempló el dulce caminar de la Virgen, que al compás de la música se acercaba a la Puerta de las Palmas de la Catedral.

Tras un acto litúrgico en el interior de la Catedral presidido por el padre trinitario Manuel García López, el cortejo volvió a salir por la Puerta de las Palmas, para dirigirse de nuevo a su templo.

El paso de la Virgen del Tránsito fue exornado con lilium, claveles y, como es tradicional, los característicos nardos en las esquinas que dejaban ese agradable y dulce olor que nos evoca a un día distinto de un agosto cualquiera donde de nuevo la Virgen del Tránsito volvió a ser ese oasis de agua fresca en medio del tórrido verano cordobés.

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