Al tiempo que un cuerpo era hallado flotando a cinco millas de la costa, en Claromecó, la familia de Federico Saihueque Cuevas celebraba una misa en la iglesia Nuestra señora del Carmen, en Tres Arroyos, para pedir por la aparición del joven desaparecido hace diez días en el mar. Ambos hechos, misa y hallazgo, ocurrieron casi en forma simultánea. Este jueves, se confirmó que el cuerpo pertenecía al muchacho.
El hallazgo de un cuerpo flotando en el mar lo hizo un grupo de pescadores que navegaba en línea recta al faro de Claromecó. Dieron aviso a la Prefectura Naval, que días antes había encontrado el kayak con el que el muchacho había ingresado al mar, rescató el cuerpo y lo traslado a la morgue del Hospital Pirovano, en Tres Arroyos.
En la tarde de este jueves, pasadas las 18, le hicieron la autopsia: fuentes de la Municipalidad de Tres Arroyos confirmaron a Clarín que se trataba de Saihueque.
«Lleva puesto un short negro -dijo una fuente dedicada a la búsqueda- similar al que llevaba el muchacho cuando fue visto por última vez», el día que alquiló un kayak en el muelle de Puerto Mosquito, en el arroyo Claromecó. Fue el domingo 21 de enero, estaba solo y salió con chaleco salvavidas puesto.
Hugo Cortés, concesionario hace poco más de dos décadas del lugar, alquila kayaks y canoas, pero en ningún caso permite que sean utilizados para meterse en el mar. Pero Saihueque desatendió la prohibición y remó hacia la desembocadura, tal como confirmaron luego las cámaras de seguridad. «En ningún momento se dirigió a la zona de cascadas del arroyo, fue directo al mar», había dicho el comerciante a este diario.
Antes que la desaparición, la primera denuncia que se hizo fue por hurto: el concesionario creyó que el joven al que le había alquilado un kayak a las 5 de la tarde, siendo las 8, lo había robado. «Tenía que regresar una hora después, como ya me ha pasado, fui a la comisaría», explicó. Luego se supo que el muchacho había desaparecido en el mar.
Federico, que tenía 25 años, trabajaba en una mensajería de Tres Arroyos en la mañana y, en la tarde, como emprendedor, ofrecía servicio de peluquería y barbería. «Un chico muy bueno, sano, trabajador», lo recordó un familiar.
Dos días después de la desaparición, un guardacostas de la Prefectura Naval encontró un kayak naranja con ambos extremos pintados de negro, flotando a 19 millas de la costa. El concesionario confirmó luego que se trataba del que le había alquilado a Saihueque.
El martes, la familia Saihueque Cuevas había informado que celebraría una misa «para que entre todos oremos para que aparezca, pero más que nada para que su espíritu y alma se encuentren en paz».
Fue en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, casi simultáneamente con el hallazgo del cuerpo: «Queremos que nos acompañes en este momento de mucha tristeza e incertidumbre, porque siempre confiamos en que Dios nos escucha y guía sea cual sea el momento y lugar».
«Agradecemos la buena energía recibida de todos y predisposición de ayudar con la búsqueda, así sea compartiendo su foto para poder encontrarlo pronto”, dijeron los familiares. Sus restos serán inhumados en la mañana de este viernes en el cementerio local.
SC
