“Aunque sea un huesito, un huesito para tenerlo conmigo”, suplicó entre lágrimas Gustavo Hernández, padre de Abraham Zeidy, desaparecido hace un año en Nuevo León, frente a Rosa Icela Rodríguez.
La secretaria de Gobernación encabezó la tercera mesa de diálogo con colectivos de búsqueda en la Expo Reforma de la CDMX, esta vez abierta a medios por exigencia de las propias madres, cansadas de reuniones sin acuerdos y sin testigos.
Clamor a micrófono abierto
Rosa Icela saludó a las más de 170 personas presentes. Cada madre y padre compartió su caso. Pero el momento más crudo lo protagonizó Gustavo Hernández, al pedir, con la voz quebrada, aunque sea los restos de su hijo.
El salón se llenó de llanto y rabia. “Tengo siete vértebras rotas, tomo 12 pastillas al día por estrés postraumático… la castigada soy yo”,reclamó una madre buscadora de CDMX.
Exigen renuncia de la titular de la CNB
En medio del dolor, estallaron gritos: “¡Fuera! ¡Fuera!”. Las madres exigieron la renuncia de Teresa Reyes Sahagún, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda.
“No representa a las víctimas. Usted desmanteló lo que con trabajo habíamos logrado”, reclamó Yoltzi Martínez, del colectivoRaúl Trujillo.
Patricia Manzanares, madre de Nuevo León, denunció que Reyes Sahagún destruyó el Centro Nacional de Identificación Humana. “No sabe nada del tema, es grosera, arrogante. No sirve”, sentenció.
Protección que no protege
Rosa Icela se retiró durante la sesión. Dijo que debía asistir al Congreso y luego visitar a su nieto hospitalizado.
Blanca Estela Ramírez, de la Red de Desaparecidos en Colima, la confrontó: “No se vaya. Escúchenos. Deje de evadirnos”.
Más tarde, Blanca probó ante los medios que el botón de pánico del Mecanismo de Protección no funciona. Tardó 37 segundos en sonar. “Si esto pasa lejos, ya me chingaron”, dijo con rabia.
Otra madre, desde Tamaulipas, denunció que fue seguida por carretera rumbo a la reunión. “El mecanismo vale madres. Aquí sí responden, allá afuera nos matan”.
Una cuarta mesa, porque ya no caben en tres
Ante la presión, el gobierno abrirá una cuarta mesa este 11 de abril. Las víctimas exigen lo mínimo: verdad, justicia y seguridad real.
Pero mientras no hay respuestas ni restos, el clamor sigue. “Aunque sea un huesito”, repite el eco de la desesperación.