Por César Alfredo Obez – director del Archivo Histórico de la Provincia Monseñor José Alumni
El 9 de junio no es una fecha más para quienes trabajan en la gestión documental y la preservación de la memoria.
Desde 2007, este día fue instituido oficialmente como el Día Internacional de los Archivos, una iniciativa impulsada por el Consejo Internacional de Archivos (ICA), fundado en 1948 bajo el auspicio de la Unesco. Su objetivo: poner en agenda la importancia estratégica de los archivos en la vida institucional y ciudadana.
El ICA es una organización no gubernamental que desde hace más de siete décadas trabaja en la promoción de buenas prácticas archivísticas a nivel global. Ha sido clave en la elaboración de normas internacionales de descripción documental como Isad (G) o Isaar (CPF), y en la difusión de principios éticos a través de su Código de Ética Profesional y la Declaración Universal sobre los Archivos.
Pero más allá de los estándares técnicos, el ICA busca resaltar el papel que los archivos juegan en la sociedad: preservan la memoria colectiva, garantizan el derecho a la información, permiten la rendición de cuentas y contribuyen a la defensa de los derechos humanos.
En este sentido, los archivos no solo resguardan documentos; también custodian historias, verdades y procesos fundamentales para la identidad de los pueblos.
Un ejemplo concreto se vivió en la Argentina en 2022, cuando el Archivo Histórico de la Provincia Monseñor José Alumni aportó documentación clave en el marco del Juicio por la Verdad sobre la Masacre de Napalpí, contribuyendo con evidencias para el esclarecimiento de los hechos y el reclamo de justicia.
Lejos de ser depósitos pasivos de papeles, los archivos hoy se conciben como espacios vivos, en constante construcción, que acercan la historia a la ciudadanía y fortalecen la democracia desde su base documental. Por eso, este día busca también revalorizar el trabajo de los y las profesionales archivistas, muchas veces invisibilizados, pero esenciales para garantizar que la información pública esté disponible, organizada y protegida.
Desde el ICA se alienta además la creación de redes regionales y la colaboración entre instituciones para seguir avanzando en una gestión documental moderna, ética y accesible para todos.