Sacudida en Oriente Próximo. La muerte de al menos diez personas, la mayoría niños y adolescentes, por la caída de un proyectil disparado desde el Líbano contra la ciudad de Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados por Israel, podría desencadenar la guerra total que tanto el Estado hebreo como la milicia libanesa Hizbulá hace meses que evitan. El grupo chiita se ha apresurado a negar la autoría del ataque contra un campo de fútbol, pero los representantes israelíes insisten en que se trata de una agresión en respuesta a la muerte de tres luchadores de Hizbulá este mismo sábado. Hay una treintena de personas heridas, algunas de ellas en estado crítico.
El Ejército israelí ha descrito el ataque de esta tarde como el “más mortal” contra civiles desde el 7 de octubre cuando miles de milicianos de Hamás mataron a 1.139 israelíes. Un día después, Hizbulá empezó a lanzar proyectiles contra el norte de Israel como “frente de apoyo” a la lucha del grupo palestino en la Franja de Gaza. A lo largo de estos casi diez meses de escaramuzas diarias, más de 450 personas han muerto en el Líbano, en su mayoría miembros de Hizbulá. Unas 90 víctimas mortales eran civiles o no combatientes, con destacadas bajas entre el personal médico de emergencia. En el lado israelí, solo 21 soldados y 13 civiles habían muerto hasta el sábado.
Por eso, este es el ataque más letal contra un objetivo israelí en todo este tiempo y ha levantado los temores de que la tan anunciada escalada regional explote pronto. El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, estaba regresando a su país lo más rápido posible desde Estados Unidos, según ha informado su oficina. El líder hebreo ha estado esta semana al otro lado del charco para dirigirse al Congreso estadounidense, donde recibió una gran ovación. Al aterrizar en Israel, Netanyahu tiene previsto convocar a su gabinete de seguridad. “No hay duda de que Hizbulá cruzó todas las líneas rojas”, ha advertido el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, en una entrevista con la televisión israelí Canal 12. “Nos enfrentamos a una guerra total”, ha añadido.
Hizbulá, por su parte, se ha apresurado a negar que estuviera detrás del ataque. La milicia libanesa sí que ha reconocido haber atacado una base militar en los Altos del Golán en represalia por los ataques israelíes a una aldea en el Líbano, pero el grupo “niega categóricamente haber llevado a cabo un ataque contra Majdal Shams”, según ha dicho el portavoz jefe de Hizbulá, Mohammed Afif, a varios medios internacionales. Pese a que Israel insiste que el grupo libanés es el culpable del ataque, se trata de un episodio muy extraño, ya que Hizbulá lleva meses insistiendo en que no quieren la guerra total que una agresión de estas características podría desatar y, hasta ahora, todos los ataques del grupo se han limitado a sitios militares.
Niños muertos en Gaza y en Israel
“Fuimos testigos de una gran destrucción cuando llegamos al campo de fútbol, así como de objetos que estaban en llamas. Había víctimas en el césped y la escena era espantosa, inmediatamente comenzamos a tratar a los heridos y algunos fueron evacuados a clínicas locales”, ha relatado uno de los médicos del servicio de emergencia israelí Magen David Amon (MDA) a la agencia EFE. El Ejército israelí ha reconocido que las alarmas antiaéreas sonaron, pero que fue demasiado tarde para que la gente huyera en busca de refugio. La mayoría de las víctimas tenían entre 10 y 20 años, y se encontraban pasando la tarde de sábado en el campo de fútbol de este pueblo druso en el Golán ocupado a Siria y anexionado desde 1981.
Mientras se esclarecen los detalles del ataque, en la Franja de Gaza, lamentan la enésima agresión israelí contra civiles. Los ataques aéreos han alcanzado este sábado una escuela usada por palestinos desplazados en el centro de Gaza, matando al menos una treintena de personas, incluidos varios niños. Durante este sábado, la violencia israelí ha matado en total a más de 50 personas en el sur y el centro del enclave palestino. A casi diez meses del inicio de la guerra, al menos 39.258 gazatíes han muerto y unos 90.589 han resultado heridos en la ofensiva militar israelí contra Gaza.