El debate oral al que serán sometidos los Pablo Achard (45) y Ramón Roberto Flores (42), exsocio y casero del campo que rentaba la víctima, respectivamente, se desarollará los días 22 y 23 de mayo próximos y estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Mercedes, mientras que la acusación será impulsada por el fiscal de juicio Guillermo Lennard y la querella encabezada por el abogado Alejandro Broitman, según confirmaron a Télam fuentes judiciales.
Achard era dueño de una empresa de seguridad privada y socio de Marcelo Longhi (58), además de ser la última persona que lo vio, mientras que Flores trabajaba como casero del campo que alquilaba la víctima en Luján.
El exrugbier fue hallado asesinado el 12 de enero de 2022 en el acceso al paraje La Choza, en el límite entre Luján y General Las Heras, en el noroeste del Gran Buenos Aires, dentro de la caja de su camioneta Ford Ranger detenida entre unos pastizales, a unos 15 metros de un camino rural que se cruza con la ruta provincial 47.
Según los resultados de la autopsia, la víctima murió a causa de una maniobra que le quebró el cuello y, además, presentaba una lesión en el rostro producida probablemente por un golpe de puño o trompada, detallaron los voceros judiciales.
Si bien ambos hombres son los únicos acusados como coautores del homicidio del presidente del club VILO, para Fabián «hay más personas implicadas».
«Achard, el casero y un hombre más tenían vinculación con el robo de ganado», aseguró.
«No sabemos por qué mataron a mi hermano. Sospechamos que por el tema del robo de ganado. Para Pablo no era un hobby, sino que había traído a un par de personas a las que les alquilaba partes del campo de 40 hectáreas para dejar las vacas. Tenían varias vacas y entre esas personas hubo muchos problemas, se amenazaban», recordó.
Fabián calificó como un «psicópata perverso» a Achard y reconoció que el enojo que tiene hacia él se debe a que «Marcelo le abrió la puerta del club, las de su círculo íntimo y hasta lo invitó al cumpleaños».
Finalmente, el hombre recordó a su hermano como «un amigo, un papá», contó que «siempre fue protector con la familia y con el club del que era presidente» y que «era su lugar en el mundo».
«Tenía proyectos cuando fue asesinado, siempre iba para adelante. Siempre digo que se murió un pedazo mío con él. La mejor forma de recordarlo era como ´El loco Charly´, como era su seudónimo. Era un loco divino, que lo extrañamos. Estos años fueron de terror», concluyó.