El equipo económico trabaja en estos días en instalar la idea de que la salida del cepo puede ser gradual, con liberaciones de restricciones cada un par de semanas y que no necesariamente se dependa de la entrada de fondos frescos del exterior.
«No hay una sola manera de salir del cepo, se puede hacer de manera gradual como lo estamos haciendo o de shock si recibiéramos esa plata, pero depende de cuán pronto evolucionen esas variables”, dijo el domingo el Ministro de Economía, Luis Caputo al ser consultado sobre las negociaciones por un desembolso Fondo Monetario que ayuden al Gobierno a acelerar la salida del cepo cambiario.
Caputo remarcó que aún no se decidió si se pedirá un nuevo acuerdo con el FMI. “Primero tenemos que pedirlo, no decidimos todavía lo que vamos a hacer”, respondió Caputo ante una consulta en una entrevista en LN+. “Ahora tenemos la novena y décima revisión que podemos hacerlas juntas o no, y en función de cómo evolucionen otras variables de la economía, pediremos o no un nuevo programa, con el objetivo de que haya nuevos desembolsos”.
Además de las variables macro, que monitorea el Gobierno, entre las que se destacan la reducción del riesgo país y la brecha cambiaria, el factor político pesa para avanzar con un nuevo acuerdo con el organismo. Como este debería ser refrendado en el Congreso Nacional, en el Gobierno consideran que las negociaciones con los legisladores pueden ser más complicadas que las que se pueden mantener con el organismo que preside Kristalina Georgiva.
«Es un tema de tiempos. Ahora es cierto que el panorama luce mejor que hace dos meses, desde el punto de vista del riesgo país y la caída de la brecha. Por eso no estamos apurados. El tiempo juega a nuestro favor, mientras sigamos siendo consistentes con lo que venimos haciendo», dijo a este diario una fuente del equipo económico.
Además de un nuevo acuerdo con el organismo, otra de las opciones que están sobre la mesa de discusión es conseguir un préstamo de bancos internacionales para engrosar las reservas y hacer más fácil y rápida la liberación cambiaria.
En la grabación de la entrevista a Caputo en LN+, el Ministro había afirmado: «Vamos a ir a un esquema de REPO con algunos bancos, que es un financiamiento colateralizado que lo podés hacer a una tasa mucho más baja de lo que te costaría hoy refinanciar los bonos en el mercado. Como la tasa hoy es muy alta, estamos haciendo este financiamiento de REPO para que la tasa sea más baja. Nos sirve para garantizar el pago de capital de enero». Sin embargo, ese momento nunca salió finalmente al aire.
El lunes, al ser consultado por la prensa, el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, confirmó que «El REPO es algo que está analizando el Banco Central». Fuentes con acceso a esas negociaciones reconocieron que el Gobierno habla con «dos o tres bancos» internacionales para constituir un préstamo que permita sortear los vencimientos de deuda de principios de año. «El Banco Central es quien negocia. El colateral puede ser oro y otros activos. Todo está sobre la mesa de discusión. Estamos esperando que la oferta se adecue a las necesidades del país en términos de plazo y tasas», aseguró esta persona.
Un REPO es un acuerdo de deuda de corto plazo en el que el deudor deposita a nombre de los acreedores una garantía, generalmente compuesta por títulos de deuda .Tal como publicó Clarín, en la City se habla de un préstamo de alrededor de US$ 3.000 millones, que podrían ser respaldados por las reservas en oro o por los títulos bopreales, los bonos en dólares que usaron las empresas e importadores para cancelar deuda con proveedores y el pago de dividendos por única vez en abril.
Si se extiende la caída del riesgo país, que este lunes quedó al borde de los 1.200 puntos. Argentina podría conseguir mejores condiciones en estas negociaciones. Aunque tanto en el Gobierno como en los bancos insisten en que «no hay apuro» por cerrar el acuerdo, este nuevo REPO podría cerrarse este mes, según anticiparon las fuentes consultadas por este diario
