Apenas unos días después que la Justicia Federal ratificó un amparo que devuelve la totalidad de sus facultades al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), renunció a su cargo Jonás Petterson, quien oficiaba de presidente desde fines del año pasado. El productor yerbatero había quedado interinamente al frente del Instituto porque el Gobierno de Javier Milei todavía no designó al nuevo presidente del directorio.
El productor oriundo de Andresito decidió dar un paso al costado debido a la falta de apoyo del directorio en la toma de decisiones. A través de sus redes sociales, Petterson destacó que “por encima de cualquier interés está la integridad y funcionalidad del Instituto Nacional de la Yerba Mate, que ratifico en su origen”, es por eso que “hoy he tomado la decisión de renunciar a la función que el Directorio me ha asignado, función que ejercí con mucho honor”.
“Agradezco a quienes han acompañado este camino y seguiré trabajando y aportando en todo lo que esté a mi alcance para mejorar la actividad yerbatera, como lo hice desde siempre, especialmente para el sector de la producción”, señaló en Instagram.
Petterson comunicó su decisión en la reunión de directorio de este jueves. Fuentes del Instituto dijeron que se había cansado de las trabas que algunos eslabones de la cadena productiva ponían a sus iniciativas. “El INYM todavía espera la designación del presidente por parte de Nación, pero en todo este tiempo hubo una fuerte campaña de desprestigió, de ataques”, explicaron en el seno del INYM apenas el dirigente abandonó su cargo. Imposibilitado de sacar del estancamiento al Instituto, Petterson optó por renunciar y en su lugar quedó otro representante de los productores primarios, Nelson Dalcolmo.
Uno de los puntos de mayor conflictividad con el que tuvo que lidiar Petterson fue la falta de acuerdo sobre un posible pedido de laudo a la Secretaría de Agricultura (ahora Bioeconomía) ante el faltazo de los directores por Corrientes y la Industria a las sesiones de precios de febrero y marzo. El ahora ex presidente avalaba la postura de enviar los antecedentes a Nación y esgrimía como argumento los dichos del Secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, Juan Alberto Pazo, quien estuvo en febrero en Posadas y dijo que la desregulación del mercado yerbatero recién se haría efectiva cuando se publicara el decreto reglamentario del DNU. Esa iniciativa tampoco prosperó.
El portazo de Petterson se produjo apenas tres días después que se conociera la resolución de la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas, que ratificó un amparo que puso un freno al avance desregulador del Gobierno Nacional sobre el mercado yerbatero.
El amparo había sido promovido por un grupo de productores y el argumento fue que el Instituto perdería su financiamiento y con ello los recursos que en parte usaba para la cobertura de salud de los pequeños productores.
La ratificación del amparo devolvió la totalidad de las facultades al INYM, entre ellas la de fijar los precios de referencia para la hoja verde y la yerba mate canchada. Y esas facultades se mantendrán hasta que haya un pronunciamiento definitivo de la Corte sobre el fondo de la cuestión.
La temporada de cosecha gruesa empezó hace diez días y por primera vez en más de dos décadas no existe un precio de referencia. Los secaderos están pagando en promedio 370 pesos por kilo de hoja verde puesta en planchada, pero los productores sostienen que recién se logra algo de rentabilidad con un valor superior a los 500 pesos.