26.4 C
Resistencia
19 noviembre, 2024

Qué pasó con las canchas del fútbol argentino: del potrero de Rosario Central a los casos de Racing y Vélez

La primera conclusión que deja este arranque furioso de la Copa de la Liga, con 84 partidos en 27 días, es lo complicado e impredecible que es el fútbol argentino, con mayor cantidad de triunfos visitantes que locales, pocos goles y varias sorpresas. La segunda, es visual: el patético estado de algunos campos de juego, con césped quemado, barro, pozos y arena, dificultando el accionar de los jugadores y poniendo en riesgo su físico.

El fútbol de entrecasa en el país campeón del mundo atraviesa una crisis que está vinculada con las variantes económicas, lógicamente. Y la sangría de figuras al exterior es un mal con el que dirigentes, entrenadores e hinchas ya se están acostumbrando a lidiar. Por nombrar un ejemplo, el mejor arquero de 2023, Augusto Batalla, de San Lorenzo, dejó al Ciclón clasificado a la Libertadores y se fue a pelear el descenso con el Granada de España. Nunca es triste la verdad, y parece que no tiene remedio.

Pero si faltan los músicos, la AFA, a través de la Liga Profesional, debe poner el ojo en la partitura. En estas dos primeras fechas que se están disputando, las canchas fueron un espanto. Se vio en un escenario mundialista como el del campeón Rosario Central y en el del «nuevo millonario» Racing Club, pero también en una institución y un estadio modelo como el de Vélez. Hay más casos.

«Hoy el campo no se prestaba para hacer nuestro fútbol, igual no es una disculpa (sic)», dijo Juanfer Quintero tras el 0-1 frente a Unión en el Cilindro, la noche en que la Academia hacía debutar a todos sus refuerzos con Gustavo Costas al frente del equipo pero se chocó contra el Tatengue y el pasto duro de las áreas.

La seguidilla de cuatro recitales de La Renga le dejó unos 168 millones de pesos al club de Avellaneda, según trascendió, dinero que está pautado para ser invertido en obras para el estadio, un reclamo constante de los socios del club que preside Víctor Blanco. Según explican en Racing, los organizadores del evento eran responsables de que el césped se mantuviera en condiciones pero algo falló y deberán hacerse cargo del costo que demande su recuperación.

Distinto fue el caso de Central, que en su primer partido como local desde la consagración en la final de la Copa de la Liga 2023, vio afectado su juego por culpa del campo de juego. Decir que el césped estaba en malas condiciones suena a poco. El equipo de Miguel Ángel Russo recibió a Banfield en un verdadero potrero, digno de las categorías más bajas de los torneos regionales.

La mejor imagen del 0-0 entre el Canalla y el Taladro la dio Nacho Malcorra, el número 10 que patea los tiros libres como Messi pero que se chocó con un pedazo de tierra y mandó la pelota a cualquier lado. La explicación, en este caso, tiene que ver con una demora en las obras de renovación del Gigante de Arroyito.

No, no es un torneo regional, ni un partido de ascenso. Es la cancha de Rosario Central, en su partido vs Banfield.

Pésimo el estado del campo de juego. 😳❌ pic.twitter.com/OawdAgOUP8

— Bolavip Argentina (@BolavipAr) January 30, 2024 Ante la expectativa de jugar la Libertadores y el posible regreso de Ángel Di María, el conjunto rosarino trabaja desde noviembre en la ampliación de la capacidad de su estadio en 6 mil espectadores, para llegar a un total de 45 mil. Para ello, tuvo que bajar el nivel del campo de juego, y el resembrado del césped no llegó a tiempo para estar óptimo en el debut: la empresa a cargo de las remodelaciones da detalles semana tras semana en la página oficial del club que preside Gonzalo Belloso.

En Liniers, el césped barroso y con pozos a pesar de la ausencia de lluvias, terminó perjudicando a ambos equipos pero especialmente al local, que tuvo que luchar contra Independiente pero también contra el pasto para llegar al arco de Rey. Joaquín Laso, ex Velez y hoy en el Rojo, goleador de la noche (con un tanto de cabeza), lamentó jugar en esas condiciones.

Al igual que Racing, el ingreso extra que reciben los clubes al ser anfitriones de recitales y eventos termina perjudicando al aspecto fundamental que tienen las instituciones, que son sus equipos de fútbol. Llama la atención lo de Vélez porque el año pasado, en la gestión del presidente Rapisarda, inauguró un césped híbrido que se presumía como resistente ante estas actividades extradeportivas en el Amalfitani.

Huracán y Boca priorizaron el sentido común y optaron por ceder sus localías, eso sí con decisiones que no pasaron desapercibidas en sus socios.

El Globo disfrutó del gran estado del campo de juego que mostró Argentinos Juniors pero tuvo que jugar dos horas antes (el partido arrancó a las 5 de la tarde, con 36 grados de térmica), los hinchas tuvieron que ir hasta La Paternal y en lo deportivo terminaron perdiendo 2-1 contra Talleres.

Comunicado oficial: Tomás A. Ducó 📣

Les informamos a nuestros socios, socias e hinchas que hemos hecho una gran obra en el campo de juego del Palacio, cambiando todo el césped por primera vez en 75 años y trabajando muy duro para poder llegar en óptimas condiciones al inicio de… pic.twitter.com/XmzbjeTG8K

— CA Huracán (@CAHuracan) January 28, 2024 En el caso del Xeneize, que debutará como local este jueves en San Lorenzo, también contará con un césped acorde al nivel que espera la Liga Profesional pero tuvo que aplicar más filtros para el ya complicado ingreso de sus socios con chances de ir a la cancha, situación que ya sufre en la Bombonera y se hará más intensa en el Bidegain.

Desde el club presidido por Juan Román Riquelme explicaron que el motivo de la mudanza fue ajeno a la planificación del club sino que tuvo que ver con la demora en las polémicas elecciones del mes de diciembre, cuando se instalaron tres carpas sobre el césped y se retiraron tres semanas después de lo esperado producto de la judicialización de los comicios.

Video

La cancha de Boca quedó descuidada luego de las elecciones y así se encuentra a dos semanas de jugar de local.

El fútbol argentino, tan castigado en los últimos años, comenzó este 2024 con números rojos en uno de los pocos aspectos que podían preverse: el bendito césped donde corre la pelota. Una falla más en «el producto», como le gusta llamar a Claudio Tapia al fútbol argentino.

Últimas Noticias
NOTICIAS RELACIONADAS