Al menos tres personas fallecieron, entre ellas dos menores de edad, y otras dos más se encuentran desaparecidas después de que una de las lanchas que llevan migrantes a través del Golfo del Urabá, en Colombia, naufragase este lunes.
La embarcación viajaba con 40 pasajeros y «gracias al apoyo de la comunidad se lograron rescatar con vida 35 personas y recuperar tres cuerpos, entre ellos una mujer adulta y dos menores», informó la Armada colombiana en un comunicado. Las labores de rescate continúan para ubicar a dos personas que siguen desaparecidas.
La lancha, un transporte legal, hacía el recorrido entre Turbo, en Antioquia, en el lado este del golfo, hacia Acandí, en el Chocó, donde los migrantes comienzan su peligrosa travesía por la selva del Darién, que separa Colombia de Centroamérica. La embarcación volcó por el fuerte oleaje en la zona de Titumate, cerca de Unguía, según reportó el líder social Emigdio Partúz, del Consejo Comunitario Cocomanorte, quien pidió más atención por parte del gobierno para atender la crisis humanitaria que vive esta zona por el alto flujo de migrantes. «Molesta la ira de un gobierno tan indolente que no se tome la medida para proteger los migrantes», dijo el líder afrocolombiano.
La cifra de personas que cruzaron el año pasado por esta peligrosa selva montañosa rompió cualquier récord y se duplicó respecto al año anterior, ya que según las autoridades panameñas más de 520.000 personas atravesaron el Tapón del Darién. De ese total, 328.650 eran venezolanos, 57.250 ecuatorianos, 46.422 haitianos, 25.565 chinos y 18.841 colombianos.
En los primeros 15 días de este año, según reportó la pasada semana la Defensoría del Pueblo, ya atravesaron esta ruta 15.588 personas, de las cuales 2.647 son niños y niñas. En su travesía por la selva, que puede durar hasta una semana, estas personas se encuentran con peligros naturales como mordeduras de animales, crecidas de ríos o la falta de alimentos y agua potable, pero también hay una alta presencia de bandas criminales que los someten a atracos, violaciones e incluso asesinatos.
Al menos 676 migrantes, la mayoría mujeres, fueron víctimas de violencia sexual en el Tapón del Darién el año pasado, según datos de Médicos Sin Fronteras (MSF).