Cuba y España comparten un pasado histórico común y unos lazos que la independencia en 1898 no ha borrado ni borrará nunca. Pese a que la llegada a la presidencia de Miguel Díaz-Canel ha promovido una cierta apertura tras la cerrazón de medio siglo de castrismo, España sigue siendo un destino soñado para muchos cubanos y el atletismo ha supuesto para muchos de ellos una vía de escape.
Los dos últimos casos de atletas cubanos nacionalizados españoles debutaron con su país de adopción en los Europeos de Roma con una sensacional victoria en triple salto de Jordan Díaz con la tercera mejor marca de la historia (18,18) y la jabalinista Yulenmis Aguilar (13ª con problemas físicos y solo 57,27 metros).
A las órdenes de otro cubano histórico afincado en España como el mito de la longitud Iván Pedroso, el saltador del Barça optará al oro olímpico en París con otro cubano de nacimiento que compite por Portugal como Pedro Pablo Pichardo como gran rival. Además, también lo son fuera de la pista.
Echando un vistazo atrás encontramos más de una decena de atletas de elite que decidieron cruzar el Atlántico y renunciaron a competir internacionalmente hasta que fueron elegibles por España con dos casos que llaman la atención por encima de todos.
Nieto de una campeona Panamericana de 4×100, Orlando Ortega fue sexto en 110 metros vallas en los Juegos de París 2012 y al año siguiente cambió de país por desavenencias con la Federación Cubana. Español desde julio de 2015, su debut internacional fue soñado con una plata olímpica en Río 2016. Después ganó el bronce en el Mundial de Doha’19 y en el Europeo de Múnich 2018… y ahora no logra ganar su batalla contra las lesiones.
La protagonista femenina es sin duda Niurka Montalvo. Notable triplista (14,60), la habanera fue plata en longitud en el Mundial de Göteborg 1995 y en 1999 ya era española por matrimonio en un movimiento que provocó una gran controversia. Como española, la atleta del Valencia Terra i Mar fue bronce en el Mundial de Edmonton 2001 y dos años antes reinó en el Mundial de Sevilla’99 con récord nacional en el último salto (7,06).
La campeona Panamericana en 2007 con el 4×100 cubano Indira Terrero se quedó en España tras competir en 2010 en los Iberoamericanos de San Fernando y se colgó dos medallas: bronce en 400 en los Europeos de Zúrich 2014 y plata en los Europeos bajo techo de Praga 2015).
Otro habanero como el azulgrana Joan Lino debutó como español en 2004 con un oro en longitud en los Panamericanos de Huelva y al año siguiente repitió en los Europeos bajo techo de Madrid, aunque su gran logro fue el bronce olímpico en Atenas 2004. Otra medalla procedente de la isla caribeña llegó con Luis Felipe Méliz, un saltador de longitud que fue plata en el Europeo de Helsinki 2012 con 8,21 y bronce en 2014 en los Iberoamericanos de Sao Paulo.
El discóbolo Frank Casañas ganó un oro mediterráneo y una plata iberoamericana tras debutar siendo quinto en los Juegos de Pekín 2008. También llegaron de Cuba el discóbolo Lois Maikel Martínez, la vallista Aliuska López (ganó tres oros Panamericanos para España en 100 tras ser campeona mundial bajo techo para Cuba en 60 vallas en Barcelona’95) y Yidiel Contreras fue segundo en 110 vallas en los Mediterráneos de 2018.
Las lesiones impidieron rendir al nivel que valía al velocista Yunier Pérez, la jabalinista Nora Bicet fue bronce en los Mediterráneos de 2013, Lysvanys Pérez fue 16º en altura en los Europeos de Helsinki en 2012 y el dopaje por Methandriol y Furosemida ensució la carrera de la maratoniana Yesenia Centeno.
El siguiente de la lista podría ser otro saltador de longitud como Lester Lescay, de 22 años y con una gran marca de 8,28 y ya brillan los hijos de Yunier (Anthony Yunier Pérez) y de Casañas y su mujer la gran exmartillista Loli Pedrares, Hugo Casañas. Incluso compite como español el hijo de Javier Sotomayor, ‘recordman’ mundial cubano de altura con 2,45 metros.