Se acerca la fecha del retorno de El Arcángel a un partido oficial en Segunda División y también se le van acortando los tiempos a Iván Ania, que se enfrenta a otro rompecabezas en el mediocampo del Córdoba CF. En ese sentido, la segunda semana de Liga solo será otra más de estancia para Isma Ruiz y Kuki Zalazar en la enfermería -ambos hasta avanzado el mes de septiembre-, únicas dos ausencias actuales por lesión en la primera plantilla, aunque también bajas capitales para un bloque que el próximo lunes frente al Burgos en su feudo (21.30 horas) espera amarrar los primeros tres puntos de la temporada. Tendrá que hacerlo, eso sí, sin los servicios de dos de las piezas claves de su medular.
Trabajo en el eje
Con esa andanada de premisas se orientó la sesión de trabajo de este jueves en la Ciudad Deportiva, primera después de la jornada de descanso del miércoles. El foco, lógicamente, se mantuvo puesto en seguir acoplando a los recién llegados, pulir errores y también trabajar en áreas específicas, como el acierto de cara a puerta, aunque igualmente hubo espacio para seguir realizando probaturas en torno al mediocampo, en el que el casting continúa abierto. Y es que el estreno liguero ya dejó la primera dupla de la temporada, con Álex Sala y Genaro a cargo. Señalado, precisamente, acabó el catalán -que pudo frenar la transición del gol del Mirandés-, algo más exigido atrás junto al gerenense, que tampoco consiguió dejar el mejor regusto -pese a cumplir- durante su actuación en el debut.
Parece una obviedad que el Córdoba CF no dispone de ninguna pieza acorde a las características de Ruiz, pilar de una propuesta definida por su juego exterior y dominio del esférico, que habitualmente supone espacios para el contraataque de los rivales. Ahí entra el granadino, destacado por su capacidad para abarcar terreno, oficio y despliegue físico. También es una labor poco desconocida para el enganche uruguayo, que pese a ubicarse mayormente en la mediapunta, en numerosas ocasiones ha podido exhibir compromiso defensivo.
La nómina de recursos es reducida en dicha instancia. Como opción natural, únicamente Théo Zidane, que también pudo estrenarse durante el tramo final, sin mucha más incidencia que un recorte, aparece en la ecuación. Su perfil, no obstante, responde más al de un creador que al de un mero destructor del juego, por lo que difícilmente podría subsanar las necesidades de la medular, al igual que formar pareja de baile con Sala, también afín a la misma idiosincrasia de futbolista que el ex del Real Madrid Castilla. De estar el galo, el complemento más probable es Genaro, mientras que por detrás todavía se reserva la polivalencia de Xavi Sintes, que aún así fue el único fichaje -a excepción del entonces lesionado Carlos Isaac- que no sumó minutos en Anduva, concebido más como un activo para el centro de la defensa que como un pivote al uso.
Dar con la tecla
De una forma u otra, parece que Iván Ania está obligado a dar con la tecla antes del regreso de ambos futbolistas. Por detrás de los delanteros, Jacobo González se antoja como una opción más que convincente -dada la baja de Zalazar-, incluso con papeletas para quedarse definitivamente en el enganche, pese a llegar en calidad de refuerzo para el extremo. Más compleja es la tesitura en las otras instancias del mediocampo, en el que la falta de efectivos, o al menos de roles definidos y acordes a las exigencias defensivas que implica la filosofía blanquiverde, empiezan a convertir cada diseño de alineación en acertijo.
En paralelo, el calendario no cesa. Frente al Burgos se cerrará oficialmente el primer mes de campeonato en la vuelta al fútbol profesional, aunque septiembre llegará acompañado de una amplia parrilla de partidazos, decisivos a la hora de procurar un arranque solvente en la categoría: a domicilio ante el Elche, en casa de forma consecutiva frente al Málaga y el Deportivo de la Coruña, fuera con el Huesca y de nuevo en El Arcángel, ante el Racing de Ferrol.
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