Atiende a El Correo Gallego para hablar de ‘Por qué Asunta’ (Ed. Tres Hermanas), presentado el pasado lunes en la Feria del Libro de A Coruña y cuyo contenido orbita sobre el eco de la noche del septiembre de 2013 que propició el estallido del Caso Asunta.
¿Qué razones y contexto le llevan a escribir este volumen?
Hay un elemento que para mí era fundamental y que, diez años después, no ha sido tratado, que es la violencia de género. No se observó este caso desde la perspectiva de género, no nos preguntamos nunca ¿por qué Rosario Porto fue culpabilizada de buenas a primeras?, ¿Qué es lo que nos pasa para sospechar más de una mujer? Esa es una de las cosas importantes que trato de abordar en este libro.
¿Cuál fue el modus operandi?
Es un libro muy periodístico. Tiene una parte que podríamos definir como crónica pero muy mezclada con la idea de novela de no ficción. Está contada desde el punto de vista del relato. Hay, obviamente, cosas que ficciono, pero, al mismo tiempo, hay un elemento importante de crónica, de cómo fue aquello y, sobre todo, de algunos datos que no se dieron, y para ello acudí a entrevistas. Hablé con María Isabel Véliz, la madrina de la niña, que creo que no ha hablado con nadie salvo conmigo; hablé con el abogado de Rosario Porto y con todas las personas que quisieron hablar conmigo, desde el psiquiatra a otras personas que no me permiten citarlas en el libro, pero que también aportaron su testimonio y, a través de esa perspectiva humana, trato de hacer una reflexión más emocional de lo que fue todo aquello porque, es evidente, en especial para quienes vivimos en Santiago, que aquel suceso es una herida que todavía está abierta en nuestra ciudad y esa también es otra perspectiva que quería dar, la idea de alguien que conoce ese entorno, eso que en la prensa de Madrid, se denominaba… ‘de provincias’, y que quienes vivimos aquí, sabemos perfectamente que es una casta compostelana, y había muchas cosas que se explicaban desde el hecho de entender los resortes sociales de Santiago. Todo eso fue un poco lo que conformó la idea de crónica que yo quería dar, pero yo soy novelista y lo hice sin renunciar a la fórmula de la novela.
A alguien que siente aprecio por su trabajo, le comenté que, entre otros envíos, había llegado este libro y puso cara de extrañeza, quizá porque no casa del todo con el tono de su bibliografía. ¿Tuvo alguna duda al encarar el proyecto?
Este libro no me parece extraño en mi bibliografía. Tengo bastantes libros de ensayo, y varios libros de no ficción tirando hacia el periodismo. Digamos que, cada cierto tiempo, entre una novela y otra, acostumbro a publicar este tipo de libros, pero sí que es verdad que este es un libro muy apegado a la actualidad y no por voluntad propia sino por los propios tiempos, el libro iba a ser publicado hace tiempo pero, por vicisitudes editoriales, salió cerca de esta especie de bum que provocó el estreno de la serie (Netflix), totalmente ajena al libro, pero, por ejemplo, ‘Maternosofía’ o ‘Chámame señora pero trátame como a un señor’, son libros que están un poco en esa línea de lo que sería esa escritura que no es estrictamente la ficción, que roza lo periodístico, lo ensayístico, y todo eso, por eso no lo sentí como algo al margen ni ajeno al resto de mi literatura.
Quizá ese amigo suyo lo dijera por los recientes ramales audiovisuales del caso, ¿los ha visto?
Procuré ver todo lo que había, lógicamente, y para escribir el libro manejé el documental, la serie no porque el libro estaba entregado cuando se estrenó la serie, y me parece una serie muy bien hecha, que tiene mucho de documental, trata de poner en orden y ficcionar hechos que todos sabemos, pero el libro trata de ir más allá, trata de obligar al público a hacerse determinadas preguntas, no tanto sobre el caso como sobre la mirada del caso, no tanto sobre las personas que cometieron el crimen o la propia niña sino sobre nosotros mismos, sobre qué haríamos si estuviéramos en el lugar de algunas de ellas o, simplemente, de alguna de las personas que estuvo cerca del caso. Volviendo al motivo de escribirlo, quien más me animo a hacerlo fue una persona cuyas hijas eran amigas de Asunta y yo viví muy de cerca la herida que hay en esa familia, y, para que se haga una idea, la niña que tenía más relación con ella no es capaz de hablar conmigo sobre el asunto porque le duele y porque aún se siente mal, y porque son cosas muy dolorosas, y eso, a las personas que tenemos esta capacidad de verlo desde fuera, nos plantea muchas cuestiones… Si la muerte de una niña ya despierta dolor, más todavía siendo como fue, acusación a los padres, gente con un entorno conocido y otros muchos detalles que sabemos…
¿Se puede escribir un libro como este sin consultar antes a una letrada o un letrado?
No se puede. Yo consulté cosas a varios letrados, hablé concretamente con dos abogados, con un fiscal… Incluso por cuestiones prácticas, porque para las personas que no tenemos un contacto directo con el mundo judicial, lo que es de perogrullo para especialistas no lo es para el resto y yo, que soy especialmente exagerada con la documentación porque vengo del ámbito académico y me gusta indagar y aclararlo todo, lo hice, por supuesto. En un libro de este tipo, ayuda a escribir ponerse en el punto de vista de una persona que te está leyendo y que no tiene por qué saber nada del asunto, alguien que puede ser simplemente público curioso, y ayuda mucho esa mirada, que también te coloca a ti en el lugar de esa ignorancia de ciertas miradas lectoras.
¿Qué le lleva a poner por título ‘Por qué Asunta’?
Me cuesta muchísimo poner los títulos pero tuve claro el título de este libro en el momento de empezar a escribir. El título era, de alguna manera, lo que arrastraba la escritura. No me quiero preguntar otra cosa que los distintos porqués que rodean tanto la vida como la muerte de la nena, que, si se piensa bien, es la que, desgraciadamente, siempre queda fuera del foco. Es una niña con la vida y la personalidad usurpada, por eso me parecía importante ponerlo sobre la mesa y por eso está en el título del libro.