El choque de trenes está servido. La elección del gobernador Tim Walz como lugarteniente de Kamala Harris ha dejado una notable satisfacción en el universo demócrata, como se vio en la entusiasta bienvenida que la dupla recibió el martes durante su primer mitin conjunto en Filadelfia, pero también ha puesto de manifiesto que la afinidad ideológica ha primado en la decisión de Harris sobre el contraste que ofrecían otros candidatos más moderados para apelar potencialmente a un mayor número de votantes. Es un criterio muy similar al que empleó Donald Trumpa la ahora de escoger al senador J.D. Vance –uno de sus más leales discípulos– como número dos. De ese modo, ambas candidaturas parecen haberse enrocado en su trinchera ideológica, lo que está llamado a reforzar la extrema polarización política que vive el país.
“Parece que tanto Trump como Harris creen que estas elecciones se decidirán por el grado de movilización de las bases de su propio partido, y no por cuánto son capaces de expandir su mensaje para que apele a la mayor parte del electorado”, decía en ‘USA Today’ el columnista Dace Potas, un republicano moderado opuesto a Trump. “Ningún partido está interesado en unir al país y la carrera de vicepresidentes es el ejemplo perfecto de esa apatía frente al desafío más importante que enfrentamos”. También el diario conservador ‘The Wall Street Journal’ subrayó en su editorial que Harris le ha devuelto a los republicanos el favor que Trump les hizo a los demócratas al escoger a un candidato que reforzaba a sus bases en lugar de apelar a los votantes indecisos.
Nada de eso transpiró en el debut de Harris-Walz ante unos 14.000 simpatizantes en Filadelfia, donde ambos se comprometieron a “unir al país” devolviéndole la “alegría” que el tremendismo trumpista le niega. “Desde el día que anuncié mi candidatura, me propuse encontrar un socio que no ayude a construir un futuro más brillante, un líder que nos ayude a unir a nuestra nación y avanzar”, dijo la vicepresidenta al presentar a su compañero de filas. El todavía gobernador de Minnesota y excongresista, le dio las gracias por “devolvernos la alegría”, pero también dejó claro que parte de su función consistirá en ser un efectivo perro de ataque.
Ataques de Walz
“No sabe nada sobre el servicio público, tiene bastante con servirse a sí mismo. Nunca ha tenido que sentarse en la mesa de la cocina a hacer cuentas, se sienta en los clubes de campo para ver cómo recorta impuestos a sus amigos millonarios”, dijo Walz refiriéndose a Trump. “Son gente siniestra, son raros”, apostilló recurriendo al adjetivo que él mismo hizo viral para describir a los líderes republicanos. Es cierto que el antiguo profesor de instituto aporta atributos distintos a la campaña de la californiana, con sus orígenes en la América rural, sus credenciales como veterano o su afición a la caza, rasgos que podrían acercarle a la clase trabajadora blanca que ha abandonado a los demócratas.
Pero sus posiciones ideológicas sirven más para reforzar el perfil progresista de su jefa de filas que para atemperarlo. De todos los finalistas al cargo, Walz era el más escorado a la izquierda, lo que ha demostrado como gobernador con sus medidas contra el cambio climático, la defensa de los derechos LGTBI+ y el aborto o su pragmatismo frente a la inmigración irregular.
Respuesta de los republicanos
A los republicanos, seguramente, les facilita el trabajo al ahondar en la estrategia narrativa de su campaña, centrada en presentar a Harris como una extremista de izquierdas. “Este tipo es un lobo liberal bien vestido con ropas de Minnesota”, dijo Lance Trover, uno de los estrategas republicanos en el Congreso. En varios correos enviados a sus donantes, la campaña de Trump describió a Walz como “un peligroso liberal” y un topo encubierto de la costa oeste, el bastión más progresista del país. “Tim Walz nos traerá el infierno en la tierra”, llegó a decir uno de sus mails.
El problema vendrá para el estadounidense medio que recela de los extremos, ya que ambas candidaturas han optado por huir del centro y la transversalidad. La bronca no ha hecho más que empezar.