Una organización sin fines de lucro acompaña a las instituciones educativas en las transformaciones demandadas desde el mundo contemporáneo, así como también a los profesionales que las asesoran en este camino.
14 de agosto 2024, 10:23hs
“La profesión docente exige una formación permanente que ayude a transformar los problemas que vive la escuela en oportunidades de desarrollo. Es parte de su función contribuir a la equidad, resguardar los derechos humanos, acompañar el desarrollo integral y lograr así construir una realidad social más inclusiva. Somos conscientes de que la subjetividad de todos está atravesada por los mismos procesos socioculturales que los demandan” resaltan desde EDUCREAR, un espacio de información y recursos dedicado al sector educativo.
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“Hacemos nuestra la frase del educador Larry Cuban que dice ‘cuando a la sociedad le pica, se rasca en la escuela´, que da cuenta de la exigencia que se le agrega a la escuela el tener que dar respuesta a un problema que es en realidad de toda la comunidad y cuya solución requerirá de todas las organizaciones que la componen. Desde esta visión, el problema detectado por la gestión de las instituciones educativas se centra en la dificultad de ser democráticas e inclusivas, conscientes de las huellas que se dejarán en la subjetivación de su población sin desertar de los límites que protegen ese desarrollo” destacan desde la organización.
La permanencia a través de los años
“Hoy es el uso de los celulares; ayer, los temas inherentes a la diversidad de género; antes y hoy, la diversidad de inteligencias, de personalidades, de modos de aprendizajes, de lógicas culturales, tan lejos de la homogeneidad que sugiere decir primer grado, o primer año, como si todos participasen de la misma forma de sentir, de pensar y de actuar. La conducta considerada disruptiva, cuando se actúa desde un paradigma punitivo, se la sanciona y se la expulsa de alguna manera, sin conciencia de que quedará circulando y podría estallar en algún lugar” enfatizan desde EDUCREAR.
“La capacidad de promesa de la escuela requiere que pueda brindar una nueva oportunidad para el desarrollo interrumpido o bien obstaculizado por la influencia de ambientes poco favorecedores que conducen a la deserción del futuro y de un pensamiento crítico. Esto conducirá a sostener vínculos que alojen la emocionalidad favoreciendo su registro, su elaboración y una expresión de la misma que no sea disruptiva” agregan.
En el paradigma propuesto por el equipo de esta organización, para la inclusión de la diversidad en todas sus formas y para la prevención de la violencia vincular, esas conductas, aparentemente disruptivas, se pueden leer como respuesta a la modalidad organizativa del contexto, o sea, una conducta que emerge como disruptiva en un contexto escolar organizado por adultos desde una lógica muy diferente a la del niño o del adolescente. Adultos en general acostumbrados a no registrar la emocionalidad propia ni la del otro.
Además, su abordaje de la prevención de vínculos violentos son las acciones formativas que requieren prácticas de autoconocimiento y de autoaceptación, como modo de propiciar empatía para resguardo de la salud del acto educativo en sentido amplio. Partiendo del análisis de los problemas que surgen en los espacios de experiencias institucionales compartidas, su propuesta es reforzar las estrategias y herramientas necesarias para prevenir conflictos en contextos de turbulencia emocional.
La importancia de los vínculos
“El ser humano no siempre es consciente de las razones que lo llevan a dar ciertas respuestas en determinadas situaciones. Por lo tanto, es importante acercarse al conocimiento de factores que influyen en la construcción de los vínculos en los que se vive y crece. Ello favorece la detección de señales de alarma, preventivas para el cuidado de la vida. Tanto las palabras como los silencios, o la ausencia de comunicación cuando se prohíbe la expresión emocional, conducen a un sepultamiento de partes vitales de la personalidad y privan al desarrollo de oportunidades de transformación” destacan desde EDUCREAR.
Además, como equipo, proponen tres ideas para abordar los elementos estructurantes que conformarían una política integral del cuidado de la vida en vínculo:
Considerar las diversidades como un bien social a cuidar y la escuela como un lugar para alojar las diferencias contribuyendo al enriquecimiento del tejido social.Preparar a los actores escolares para la intervención en situaciones complejas. Esto es, por ejemplo, al incluir una normativa preparar a los grupos que componen la institución escolar para una adecuada aplicación logrando así que se constituyan adecuados intérpretes de las situaciones conflictivas que podrían surgir.Promover siempre el bienestar de las personas siendo sensibles a escuchar lo que sienten.La idea de esta organización es aprender con el equipo docente la práctica correspondiente a un modelo de acompañamiento a docentes que promueve una intersubjetividad transformadora desde el registro de la emocionalidad propia y del otro dándole status de comunicación a los procesos vinculares manifiestos y latentes. Este modelo refuerza las habilidades intra e interpersonales para el trabajo colaborativo e institucional desde una pedagogía de la ternura que abuene la escucha, la mirada, la lectura de los problemas y el modo de conversarlos.
Adoptar una metodología de trabajo
Dos de los recursos principales de EDUCREAR son: una visión del mundo y una metodología de trabajo que valoricen la emocionalidad y el autoconocimiento para afrontar las situaciones de conflicto afianzan la construcción cotidiana de una sana autoridad y de una mirada que otorga futuro. En esta sana autoridad, la flexibilidad no debería pelearse con la firmeza, sino que ambas actitudes pueden trabajar en pareja, firmeza y ternura, sin crueldad.
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“La escuela no puede ni debe estar sola, porque todo educa: por ejemplo, la calle, los grafitis, los mensajes en Whatsapp y Tik Tok. La comunidad entera educa. Convertirnos en hacedores de una cultura por la paz permite entender la educación como un bien común que construye conocimiento sin fronteras. En la escuela, podemos convertirnos en hospedadores de las personas y para ellos debemos aprender a ser intérpretes de la emocionalidad circulante desde una pedagogía de la continuidad, de la presencia estable y disponible” concluyen.
Escuchar lo que se siente es una medida que permite alojar, hospedar y detectar las zonas de riesgo vincular.