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28 noviembre, 2024

Ayurveda para sanar: el poder de las rutinas y de los cambios mínimos

Pequeñas modificaciones y rutinas saludables pueden lograr una transformación impensada hacia una mejor vida posible y hacia el mejor estado posible propio y de nuestro entorno.

Natalia Carcavallo

03 de diciembre 2023, 05:49hs

Una buena alimentación, uno de lo hábitos a tener en cuenta. (Foto: Adobe Stock)

Una buena alimentación, uno de lo hábitos a tener en cuenta. (Foto: Adobe Stock)

¿Por qué repetir actos nos ofrece mayor libertad? ¿Cómo podemos hacer sagrada nuestra rutina? ¿Cuáles son las consecuencias de suprimir nuestras urgencias naturales? ¿Por qué enfermamos? ¿Cómo es posible empezar a generar mejores hábitos? ¿Por qué naturalizamos los desequilibrios? ¿Cuáles son los principios del Ayurveda y de qué forma cada uno de nosotros puede hacer que su vida sea más sana a través de rutinas que nos ayudan a construir un mayor bienestar?

Muchas de estas preguntas, tienen respuestas simples y fáciles de implementar para empezar un camino posible y recuperar nuestro equilibrio. Todos y todas podemos hacer pequeños cambios significativos y reconectarnos con quienes somos y con qué necesitamos en verdad.

Sol Sananes es médica recibida con honores en la Universidad de Buenos Aires y especialista en Medicina Ayurveda, Nutrición y Medicina biológica. Acaba de publicar su primer libro Ayurveda para sanar. El poder de las rutinas ancestrales ( Editorial Grijalbo).

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Cada vez que leo algo que me nutre, me pacifica y me ayuda a dar un paso hacia una vida mejor, quiero compartirlo con muchos más. Así me sucedió estas semanas cuando leí cada capítulo. Sentía la urgencia de que su información llegase pronto a mis personas queridas y al mismo tiempo necesitaba conservarlo cerca. En sus páginas hay relatos, consejos, explicaciones, recetas y conceptos profundos para leer más de una vez, para implementar nuevas formas de relacionarnos con lo cotidiano y también para interiorizar conceptos que le hablan directo a las partes más profundas de nosotros mismos.

A los pocos días de hacer la primera lectura, además, tuve el privilegio de entrevistar a su autora y una increíble inspiración me ayudó a decir “sí, esto es para mí, ahora, y para tantas otras personas con incansables búsquedas, que a veces hacen que entremos en contradicción”. Hemos recorrido muchos caminos que a veces se truncan, nos confunden y nos llevan a hacer cosas que parecen sanas cuando en realidad no lo son.

La manzanilla posee propiedades analgésicas, antiespasmódicas y antiinflamatorias. (Foto: Adobe Stock)

La manzanilla posee propiedades analgésicas, antiespasmódicas y antiinflamatorias. (Foto: Adobe Stock)

“Todo es bueno para alguien, pero no todo es bueno para todos. Mi propuesta es simple. Necesitamos ir de a poco con pasos firmes incorporando nuevas rutinas al tiempo que cada uno pueda. El ayurveda nos ayuda a transitar el camino del medio sabiendo que el equilibrio es dinámico y que para cada persona lo que resulta central para modificar es diferente. No hay alimentos buenos o malos. Si vivimos en la restricción la vida se complejiza. No es sano estar en los extremos todo el tiempo. Eso no es ayurvédico. Podemos compensar el orden con el permiso y ser permeables. Si nos decimos “yo nunca más voy a volver a comer harina” al tiempo nos revelaremos contra esa decisión. Sin embargo, sí es posible que logremos hacerlo por tres días. Esto es importante porque la mente no puede lidiar con lo infinito. A medida que podemos cumplir las promesas también vamos puliendo tendencias mentales. De esta manera logramos generar nuevos surcos en el cerebro. Por ejemplo, al lograr no saltearnos el almuerzo por veinte días, generaremos un nuevo hábito, entonces, estaremos listos para otro. Todo cambio pequeño es enorme. Poder implementar un nuevo hábito y eso siempre hace la diferencia porque una rutina lleva a la otra y de a poco vamos abriendo un terreno hacia la salud. También es de mucha ayuda tener conciencia de que a medida que vamos mejorándonos a nosotros mismos, estamos mejorando nuestro entorno y colaborando con otras personas”, explica Sananes, que también se especializó en farmacología ayurvédica y pañchakarma (terapias de desintoxicación).

Si bien en el libro hay muchas recetas, consejos y muchos conceptos que nos ayudan a relacionarnos de otra forma con lo que comemos, su propuesta es mucho mas profunda y nos acerca a una nueva forma de experimentar la vida.

Quiero tiempo pero tiempo no apurado

A la doctora Sol Sananes siempre le hacen esta pregunta: » Si tuvieses que darnos un consejo que nos sirva a todos, a cualquiera de nosotros aunque seamos de biotipos diferentes, ¿cuál sería?”. Ella está segura de que su mejor respuesta es: “Busquen tiempo no apurado en sus agendas. El tiempo es necesario para que las rutinas puedan manifestarse. Vivimos corriendo, negando nuestras necesidades y las urgencias naturales mientras buscamos ser más productivos, eficientes, y resolutivos. Perseguimos objetivos inalcanzables y así nuestro día a día se empobrece y nos desequilibra. Vamos naturalizando esos desequilibrios sin darnos cuenta del daño que nos causan. La mayoría de las enfermedades son causadas por nuestro estilo de vida”, afirma.

La hierba ideal para combatir el estrés y que ayuda a la memoria (Foto: AdobeStock)

La hierba ideal para combatir el estrés y que ayuda a la memoria (Foto: AdobeStock)Por: nolonely – stock.adobe.com

Repetir actos genera libertad

Para Sol Sananes, crear rutinas puede transformar nuestra vida más allá de lo que podemos imaginar. Es una herramienta poderosa que nos ayuda a sanar. “La rutina es un antídoto, un bálsamo y una solución a la incertidumbre que permea la existencia . De sólo saber que mañana nos vamos a levantar y a limpiar la lengua, a tomar agua tibia y que vamos a poder repetir actos simples a favor de nuestro bienestar, mucha de la ansiedad con la que vivimos empieza a calmarse. Yo profeso estas cosas con el alma porque las practico. En un momento de mi vida, caí en un pozo muy profundo y la repetición de actos simples me ayudó a volver a ponerme de pie”, afirma la doctora quien además fue paciente, discípula y luego colega de Carmen Frigerio, primera doctora latinoamericana capacitada en medicina ayurvédica en la India.

“Podemos aprender a saber cuáles son las rutinas saludables para cada uno de nosotros y modificar algunos hábitos para lograr una transformación de nuestra vida. El ayurveda nos ayuda a tener más conciencia sobre cómo nos sentimos y sobre qué necesitamos. El cuerpo tiene el instinto de sanar. Si lo sabemos escuchar sabremos qué es lo que realmente necesitamos. Para ser saludable no es necesario ir con un tupper a cada lugar ni perdernos las cenas con nuestros amigos. Solo tenemos que incorporar herramientas para poder elegir lo que en ese momento es mejor y poder volver al equilibrio. No existe la impecabilidad. Una vida sana no consiste en limitarnos, ni en volvernos esclavos de una dieta. Si uno está más o menos ordenado, un poco de azúcar no va a generarnos grandes consecuencia. Nosotros tratamos con cualidades: frío, caliente, liviano, pesado, oleoso. Todo aporta una cualidad. Todo puede ser medicina. Sólo hay que saber elegir qué. La pizza también puede ser medicina para alguien en un momento determinado y la rúcula y el tomate no siempre son buenos para todos”, explica.

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“Para mí no hay nada más sanador que conocernos y entender qué es lo que necesitamos. Después, obviamente, necesitamos adquiriri la capacidad de escuchar eso que el cuerpo nos cuenta. No siempre es simple porque vivimos en un mundo en el que tenemos sobresaturados los sentidos. Cada uno de nosotros hacemos lo mejor que podemos con la conciencia que tenemos en este momento. Incluso muchas veces intentamos obrar conforme esa conciencia y tampoco lo logramos porque la vida es compleja y quizás estamos pasando un tiempo más exigido. Sin embargo, es muy importante aprender a observar losl desequilibrios. Esto es un punto de partida porque por lo general solemos naturalizarlos. Todo el tiempo tenemos estímulos y vamos perdiendo esa capacidad innata de poder discernir qué necesitamos a cada momento. Sin embargo, podemos volver a entrenar esta capacidad. Siempre podemos hacer algo para ir mejorandonos a nosotros mismos”, afirma la doctora Sananes. En ella conviven dos formaciones en medicina que a muchas personas pueden resultarle contradictorias cuando en realidad necesitan funcionar como un complemento.

“Amo la ciencia y la medicina tradicional. Soy una científica que tuvo la suerte de poder estudiar medicina ayurvédica. En estos años fui modificando muchas cosas porque inicialmente pretendía que me mostraran un paper en el cual se validara para qué sirve la cúrcuma, por ejemplo. Con el tiempo entendí que nadie va a hacer esa publicación para comprobar que la cúrcuma es buena para una enfermedad reumatoidea, porque en el sistema occidental aún es mejor vender el producto. El enfoque ayurvédico hace hincapié en hablar raíces de la enfermedad en vez de ir conteniendo los síntomas que surgen. Para mí el camino es la convivencia, la complementación y la paz entre ambas. La quimioterapia también salva la vida. Las medicinas naturales muchas veces no sirven cuando alguien tiene una apendicitis y es necesario hacer una cirugía. En India, los hospitales funcionan en conjunto. Me reconforta saber que ahora la medicina occidental, también está teniendo otra apertura. Yo tengo muchos alumnos médicos que saben que necesitamos encontrar la raíz de la enfermedad, no del síntoma y que este abordaje es fundamental”, explica Sananes quien comparte sus saberes y su experiencia en diferentes formaciones.

Sol Sananes profundiza un poco más sobre este tiempo: “Creo que estamos frente a un momento de gran despertar espiritual y es por eso que también percibimos más cosas oscuras. Vemos más polvo y mugre porque hay también más gente consciente. Cada vez más personas sienten que necesitan devolver al mundo algo de la deuda que tomamos con la naturaleza cuando comenzó nuestra existencia y no saben cómo hacerlo. Muchos de nosotros empezamos a reciclar, a consumir de nuevas formas, a plantar nuestros vegetales, y cada acción hacia el cuidado del mundo tiene un gran impacto. Necesitamos saber también que cuando recuperamos la salud, la capacidad de bienestar, y la alegría, estamos contribuyendo a generar más equilibrio, que es algo que nuestro mundo necesita con urgencia. Por eso, transformarnos a nosotros mismos es fundamental y con cada acción consciente impactamos de formas impensadas en nuestro entorno y en la Naturaleza misma”.

Que así sea.

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