El antes conocido como «el cirujano delas famosas», Aníbal Lotocki, habló por primera vez desde la cárcel de Ezeiza, donde permanece detenido desde el 18 de octubre, y elaboró una intrincada estrategia para intentar recuperar su libertad.
En una entrevista telefónica con el programa Socios del Espectáculo este jueves, se defendió y aseguró que «no estaba en mis planes para nada estar preso».
«La Justicia tendrá que determinar si soy inocente. No tiene sentido que esté preso sin una condena. Es una exageración esta preventiva», afirmó Lotocki, quien aseguró que «no soy ningún preso VIP. Estoy en el pabellón de mejor conducta. Están los 50 presos más amigables. La celda se cierra a la misma hora, las visitas también, la comida es la misma».
«Pedí una computadora y me la negaron. Estamos en un lugar de mucho calor, las celdas son muy pequeñas, no corre nada de viento. Tengo transpiración excesiva, no me puedo hacer el tratamiento para eso acá. El médico me indicó pedir un ventilador. El Servicio Penitenciario no me lo quiere dar. No tengo ningún beneficio, en absoluto«, remarcó.
El cirujano, de 53 años, fue condenado a 8 años de prisión por las lesiones graves que le provocó a Silvina Luna, quien falleció el año pasado, a Vicky Xipolitakis, a su ex pareja, Pamela Sosa, y a Gabriela Trenchi, a quienes les aplicó metacrilato. La Justicia confirmó también su procesamiento por homicidio simple en la causa por la muerte de otro de sus pacientes, Cristian Zárate.
Lotocki dijo que su detención «no estaba en mis planes para nada» porque estar preso «no me parece algo justo». Argumentó que está con prisión preventiva por la causa por la muerte de Cristian Zárate. «No tuve juicio. No tengo condena. Pero el juez entendió que me podía fugar, porque me mudé. Y pidió esta preventiva. Si resuelto absuelto después, este tiempo de cárcel nadie te lo devuelve«, sostuvo.
En rigor, Lotocki está preso por la causa iniciada por el fallecimiento de Zárate. La prisión preventiva no es por la muerte de Silvina Luna, como podría pensarse, ni porque en esa causa conjunta entre Luna, Sosa, Xipolitakis y Trenchi, se le haya duplicado la condena, de 4 a 8 años de prisión, por «lesiones graves».
Lotocki tuvo una frase llamativa: dijo que a quienes lo denunciaron por mala praxis «no las llamo víctimas». «Las llamo denunciantes –se explayó–. Yo usaba un producto permitido por la ANMAT y los fabricantes. No veo en ese punto que haya hecho nada malo. Me condenan por un efecto colateral del producto».
También dijo que en su encierro «uno acá tiene tiempo para reflexionar. Reflexioné mucho. Tuve tiempo de escribir, un libro, que está en proceso de revisión» para publicarse. Y que se dio cuenta de que ahora «es momento de hablar. Nunca he hablado, o hablé muy poco. No supe hacerme escuchar y ese fue un gran defecto. Dejé que se hablar mucho. Es momento de hacer lo que no había hecho hasta ahora».
La denuncia que hizo Lotocki
Esto tiene que ver con la denuncia judicial que acaba de presentar el nuevo abogado de Lotocki, Claudio Lifschitz, donde se asegura que fue engañado por el laboratorio que vendía el metacrilato y que fallaron también los controles oficiales. Así, el médico sostiene que el producto sí estaba adulterado, pero que él no lo sabía.
El cirujano Aníbal Lotocki. Foto Archivo En la nueva denuncia, presentada en el Juzgado de Comodoro Py, Lotocki se presenta como víctima, en clave de denunciante. «Se hizo un análisis del producto, estaba adulterado. Voy a ratificar esa denuncia que hice. El Estado no controló y un fabricante dijo que iba a hacer un producto de una manera y lo hizo de otra», afirmó desde el penal donde está detenido.
En la denuncia judicial, Lotocki sostiene que el laboratorio Allanmar, con sede en Santa Fe, le habría vendido el metacrilato fuera de norma, sin que él lo supiese, por lo que estaba colocando a sus pacientes un producto que no estaba autorizado.
Esta estrategia judicial surge a partir del peritaje que se hizo sobre el producto que tenía Vicky Xipolitakis. La denuncia también es contra la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), ya que el cirujano asegura que no controlaron el producto que le proveía el laboratorio.
“El resultado de estas conclusiones, conjunto con el informe, llevaron al aquí denunciante a preguntarse seriamente si el producto comercializado por este laboratorio efectivamente era para uso estético o si se puso en circulación, para Lotocki y su clínica, un producto para otra finalidad, sin conocimiento de ello”, se lee en la carátula del expediente.
En el texto se agrega como prueba lo escrito en el empaque del metacrilato: «No provoca efectos colaterales (intoxicación, rechazo o cáncer). No se desplaza del lugar. No altera su forma o su volumen en el tiempo. Permite implantar más cantidad en el mismo lugar, si fuese necesario’.
La causa por la que está detenido Lotocki
Además de Silvina Luna, también murió otro paciente de Lotocki, Mariano Caprarola, panelista de La Jaula de la Moda. Pero la causa por la que recibió esta prisión preventiva, y por la quetiene pendiente otro juicio oral el cirujano, es por el fallecimiento de Cristian Zárate.
De 50 años, Zárate entró al quirófano el 15 de abril de 2021 para que le saquen un leve exceso de grasa (el nombre técnico es dermolipectomía, algo muy parecido a la liposucción) y una hernia abdominal. El resultado estuvo lejos del esperado.
La situación se complicó en la clínica Cemeco de Caballito, donde Lotocki alquilaba un quirófano para seguir operando durante la segunda ola de la pandemia, mientras el Gobierno de la Ciudad había decretado que sólo debían realizarse operaciones de riesgo de vida, para asegurar camas que podían necesitar los pacientes con coronavirus.
Tras producirse la muerte, cuando la Policía de la Ciudad llegó al lugar, encontró a Lotocki in fraganti borrando documentación sensible en cuanto al ingreso de Zárate al lugar y en sus antecedentes médicos. La pena en esta causa puede llegar a 25 años.
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