En una nueva carga contra su colega y sucesor en la presidencia del máximo tribunal, el ministro de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti le pidió a Horacio Rosatti que desplace a su secretario y hombre de máxima confianza, Silvio Robles, por «graves faltas éticas».
En otra carta dirigida a Rosatti y fechada el 22 de noviembre, Lorenzetti comienza con una estocada directa: «he respetado su decisión de paralizar todo tipo de decisiones hasta que terminen o el juicio político o el proceso electoral, incluyendo la situación de un funcionario de su vocalía, el señor Silvio Robles. Pero nunca entendí que ello significara ocultar esperando que el paso del tiempo haga olvidar, porque la sociedad no olvida; siempre reclama».
El ministro hace referencia entonces al flamante Código de Conducta de la Corte estadounidense, según el cual «un juez debe evitar lo que genera la apariencia de ser indecoroso e inaceptable. Una persona que ha tenido la conducta del señor Robles no duraría un minuto en ese prestigioso tribunal«.
«Por ello me dirijo a usted con el fin de solicitarle el inmediato desplazamiento del Director General de su vocalía, señor Silvio Robes, por graves faltas éticas que a continuación se expondrán», sigue la misiva, antes de enumerar esas supuestas incorrecciones.
Ya usando el modo potencial, el jurista de Rafaela atribuye a Robles que según «publicaciones en distintos medios y redes sociales», se habría reunido con gente interesada en casos que tramitaban en la Corte, habría transmitido información interna acerca del estado de esas causas, habría anticipado votos y se habría comprometido a acelerar o demorar resoluciones.
«Todo ello se agrava porque el funcionario invoca hablar en representación de tres ministros, a los que despectivamente llama ‘el tridente’ o ‘los tres mosqueteros’». Lorenzetti dice que eso se difundió en varias publicaciones, «lo que es suficiente para promover un sumario, para el que «hay numerosos testigos dentro y fuera de la Corte» que deberían ser citados.
El ministro le advierte a su colega que el suyo «es un planteo ético dedicado a proteger la imagen de la Corte y de todo el Poder Judicial» ya que, «invocando la representación de tres ministros, Robles puede intentar ejercer influencia sobre las declaraciones y el proceso en general». La carta formal, dice, se debe que sus planteos no tuvieron respuesta en «numerosas conversaciones».
¿Sin reproches por los chats hackeados?
Lorenzetti también aclara que su pedido no tiene que ver con la revelación de conversaciones privadas de Robles con el exministro de Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro, cuyos teléfonos fueron hackeados y sus chats, en muchos casos editados, fueron difundidos por medios y redes kirchneristas este verano.
Sin embargo, para el ministro la supuesta «falta ética» de Robles es que «no ejerció ninguna acción para brindar información sobre esas imputaciones como corresponde a un funcionario público».
Es un enorme daño a la credibilidad y a la noción de imparcialidad que se deje en duda de que una de las partes en un proceso judicial puede tener acceso a información privilegiada sobre el mismo y a la elaboración de una sentencia de la Corte Suprema. Nada similar ha ocurrido en toda la historia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación«, se escandaliza Lorenzetti.
El ministro del máximo tribunal recuerda una Acordada de 2004, bajo la presidencia del fallecido ministro Petracchi, en la que por ejemplo se dispuso que no existan reuniones de la Corte o sus funcionarios con una parte del cualquier proceso si no está la otra.
Con reiteradas menciones a la ética pública y la transparencia, Lorenzetti acusa a Robles de no haber entregado su teléfono para que sea peritado, «y a dar cualquier explicación», aunque su jefe Rosatti dijo que «siempre hay que ponerse a disposición para el esclarecimiento de los hechos». «Cuando una noticia es ampliamente difundida, el problema ya no es personal, sino institucional».
Por esas razones, el extitular de la Corte requiere una investigación independiente para el esclarecimiento de los hechos.
El puñal más profundo de Lorenzetti llega al final de su carta, cuando le dice a Rosatti que «todos los expedientes donde Robles fue involucrado fueron paralizados por todo un año, usando las facultades que tiene le presidente de enviar las causas al acuerdo». Concretamente, el ministro se refiere al reclamo del senador Luis Juez para ser incorporado al Consejo de la Magistratura, y al pedido de la Ciudad para que no le reduzcan el porcentaje de Coparticipación Federal que les enviaba la Nación hasta que un decreto de Alberto Fernández lo cambió en 2021.
Para concretar el desplazamiento de Robles, Lorenzetti solicita que el funcionario sea trasladado «preventivamente» a otra área del Poder Judicial «siguiendo los precedentes firmados de este tribunal recientemente», en referencia a la remoción del exadministrador de la Corte Héctor Marchi, muy ligado a Lorenzetti. El ministro también quiere que Robles presente una declaración jurada «expresando su parecer sobre los hechos que se le atribuyen», y que se organice un sumario interno con la participación de organizaciones no gubarnamentales como «observadores».
