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27 noviembre, 2024

«La orden es esperar»: el llamado de Cristina que frenó los pliegos de Lijo y García-Mansilla para la Corte

Cuando el oficialismo confiaba en dar el primer paso formal para avanzar con los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como candidatos a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, un llamado de Cristina Kirchner frenó el proceso.

Según pudo confirmar Clarín de fuentes que siguen el minuto a minuto de las nominaciones, fue la expresidenta quien, en contacto con los senadores/as que le responden, ordenó la jugada.

Así, se abrió una nueva etapa de negociaciones que lleva al Gobierno al terreno que menos le gusta al presidente Javier Milei: la rosca y los acuerdos políticos.

Como adelantó este diario, la idea del peronismo-kirchnerismo en general y de Cristina en particular es que los pliegos de Lijo y García-Mansilla entren en un combo más grande de negociación que incluya, entre otras cosas, una eventual ampliación de la Corte Suprema, la designación de 143 jueces federales en todo el país, el Procurador General de la Nación y hasta vacantes en Defensorías.

La contrapropuesta del oficialismo, hasta ahora, parecía la nada misma: «Los dos o ninguno. Y después vemos», respondían, reclamando la aprobación de los dos pliegos para recién entonces discutir algunos de los otros reclamos.

Lijo es el juez que propuso el Ejecutivo para ocupar el cargo que dejó vacante Elena Highton de Nolasco; mientras que el académico Manuel García-Mansilla reemplazaría al actual miembro del Tribunal Juan Carlos Maqueda, cuando éste cumpla los 75 años en diciembre. Pero ambos nombres quedaron en horas (mal) expuestos.

En el caso de Lijo, que viene siendo muy cuestionado por un sector de la política, el propio ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona blanqueó que quien lo propuso fue nada menos que Ricardo Lorenzetti, otro de los integrantes de la Corte actual. ¿Y la independencia de poderes?

La jugada era conocida pero no se había blanqueado en público. Lorenzetti le habría sugerido el nombre de Lijo a Milei como una llave para ganar espacio en la Corte y recortar el poder de Horacio Rosatti. El actual presidente, junto con Maqueda y Carlos Rosenkrantz, manejan una mayoría que deja a Lorenzetti en soledad.

En cuanto a García-Mansilla, fue el propio candidato quien en la audiencia de este miércoles en el Senado confesó que quien lo contactó para ofrecerle el cargo fue Santiago Caputo, el poderoso asesor que figura como monotributista. ¿Y la institucionalidad?

Volvió Cristina

Estos errores no forzados del Gobierno le dieron aire a Cristina, para quien era impensado meses atrás tener margen de negociación tan amplio. No está claro aún qué puede pedir la ex mandataria, pero algunas cosas se intuyen.

Ejemplo: este jueves, Anabel Fernández Sagasti, una de las senadoras que más le responde (y que integra la comisión de acuerdos y tiene firma para los pliegos) confirmó que quieren un ampliación de la Corte. ¿Y en ese caso la candidata mujer debería ser alguien del gusto de Cristina? Otra senadora ultra K, Juliana Di Tullio, adelantó que les encantaría.

En este contexto, el peso de la ex mandataria es clave. En la comisión de acuerdos del Senado, cinco senadores/as le responden. Es casi imposible que avance cualquier pliego sin su consentimiento. Recién luego irían al recinto, donde las limitaciones del oficialismo también son enormes: tiene 7 senadores sobre 72 y necesita el voto de 48. Tiene o tenía, porque ni siquiera están pudiendo concretar la expulsión de uno.

«Mientras Cristina y Macri hacen política, frenando los pliegos o votando en contra del DNU para los fondos reservados para la SIDE, Santiago Caputo manda al Gordo Dan a echar a un senador por Twitter», resume una fuente.

Se refiere al influencer que este miércoles, insultos mediante, avisó que los días de Paoltroni en el bloque estaban contados. Pero hasta ese paso tuvo un freno: la vice Victoria Villarruel, aliada de Paoltroni, rechazó la carta de expulsión. La casta le tira el reglamento por la cabeza a los libertarios más fanáticos.

Volviendo a la negociación general por la Corte, también la ex presidenta mira con atención el cargo de Procurador. Se trata del jefe de los fiscales, un lugar que ocupa interinamente hace años Eduardo Casal. La propuesta de Alberto Fernández para que lo reemplace el juez Daniel Rafecas no prosperó. Ahora se menciona a Mariano Borinsky, cuestionado por el kirchnerismo por sus recurrentes visitas a Mauricio Macri, cuando este era presidente; incluidos algunos partidos de pádel. Se presume que a Cristina no le debe gustar el nombre.

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