En un encuentro con movimientos sociales que contó con la presencia de dirigentes argentinos entre los que estaba Juan Grabois, el papa Francisco criticó el protocolo antipiquete del Gobierno durante la protesta por el veto a la reforma jubilatoria al señalar que «en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta«.
“Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos quizá. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas, no, no. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía», cuestionó Francisco, y agregó: «Ténganlo en cuenta a eso».
El pontífice encabezó este viernes en el Vaticano el acto por el décimo aniversario de su primer encuentro con los movimientos populares, que tuvo lugar en octubre de 2014.
El cuestionamiento de Francisco apuntaba a la represión policial en las inmediaciones del Congreso y lo dijo después de insistir en sus críticas a quienes miran «desde arriba al otro».
La Policía arroja gas pimienta a los manifestantes fiera del Congreso. Foto: EFE«Esa actitud altanera es lo contrario a la compasión: regodearse en la propia supremacía frente a quien está peor. Esto no pasa solo con los más ricos, mucha gente cae en esta tentación. Es la gran tentación de nuestro tiempo. Mirar desde lejos, mirar desde arriba, mirar con indiferencia, mirar con desprecio, mirar con odio. Así se gesta la violencia: el silencio de la indiferencia habilita el rugido del odio«, sostuvo el Papa.
En esa misma línea, y justo antes de citar el ejemplo de la protestas en el Congreso, señaló: «El silencio frente a la injusticia abre paso a la división social, la división social a la violencia verbal, la violencia verbal a la violencia física, la violencia física a la guerra de todos contra todos. Ahí está la cola del diablo».
Francisco reclamó «levantar a los demás» y advirtió que «la actitud contraria es dejar tirado y, a veces, además, burlarse del caído».
Francisco habla con Grabois en el acto por los diez años del primer encuentro del Papa con los movimientos populares. Foto: Víctor Sokolowicz En su discurso frente a los dirigentes sociales, Francisco también puso el foco en el concepto de Justicia Social que Milei insiste en calificar de «aberrante». «La justicia social, también la ecología integral, no sólo se entiende a partir del amor. El derecho natural a la dignidad que merecen todas las personas, el mandato que tenemos todas las sociedades de garantizar la satisfacción de las necesidades básicas, la obligación universal de preservar la naturaleza para quienes vienen después de nosotros, nada de eso surge de una ideología ni de una tabla de multiplicar, sino del amor. No nos olvidemos de que sin amor somos nada», señaló.
Otra referencia a Argentina: «El colonialismo se llama litio y se explota a tanta gente»
El pontífice volvió a hacer referencia a la Argentina cuando le dedicó una parte de su discurso a advertir sobre lo que definió como «cocodrilos» que quieren cambiar la cultura y morder la historia.
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Otra referencia de Francisco a la Argentina: «El colonialismo se llama litio y se explota a tanta gente»
«El colonialismo material y el colonialismo ideológico van siempre juntos devorando la riqueza material e inmaterial de los pueblos», dijo Francisco justo después de poner como ejemplo a la Argentina.
«Que nadie nos robe la memoria histórica y el sentido de pertenencia a un pueblo. Aun la memoria histórica de las cosas salvajes. Nosotros los argentinos, que tenemos solo 600 mil aborígenes, acordémonos de Roca que les cortó la cabeza a todos los aborígenes, una cosa vergonzosa«, sentenció.
Al insistir con sus críticas al «colonialismo material y el colonialismo ideológico», Francisco volvió a referirse a Argentina. «Pienso en algunas experiencias de mi país donde el colonialismo se llama litio y se explota a tanta gente«, apuntó.
Francisco encabezó un simposio por los diez años del Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Foto: Víctor Sokolowicz