Se trata de Mario Adalberto Rusos y Jorge Omar Delgado, quienes declararon ante el tribunal y contaron lo padecido tras el acto propagandístico que, como estudiantes universitarios integrantes de la JUP, intentaron realizar el 16 de mayo de 1976 durante un encuentro futbolístico entre Huracán y Estudiantes de La Plata, en la cancha de éste último.
El objetivo de los militantes era desplegar desde las tribunas una bandera que dijera «Videla asesino. Montoneros»
Detenido por colocar una bandera durante un partido de fútbol
«Fui detenido el 16 de mayo de 1976. Yo por entonces cursaba el tercer año de la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata y en ocasión de un encuentro futbolístico entre Huracán y Estudiantes, por ese entonces un clásico del fútbol argentino, habíamos decidido hacer una actividad propagandística en el entretiempo desconociendo que antes del partido otra agrupación había hecho algo similar y por lo tanto se había juntado un grupo policial», relató Mario Alberto Rusos.
Detalló que «cuando comenzamos a hacer el lanzamiento de una bandera con globos comienzan los disparos de la policía que estaba ubicada en las inmediaciones del estadio la avenida 1, donde había muchísima gente no había podido ingresar a la cancha así que había más de un centenar de personas deambulando por la calle y cuando la policía comienza a disparar se produce un desbande».
«Yo trato de esconderme en un terreno baldío de las inmediaciones pero inmediatamente soy detenido, el personal policial que me detiene, me esposa y me llevan a la comisaría más cercana; yo sospecho porque hicimos 3 o 4 cuadras que era la comisaría novena», precisó.
Recordó que «en el patio de la novena comienzan a golpearnos ya personal policial, los palos típicos de la policía y ahí nos golpean durante un par de horas hacia la tardecita después de dos horas que nos están golpeando se hace un silencio y aparece una comitiva encabezaba por el general Camps, entonces jefe de la policía de la provincia vestido de civil, con saco y pañuelo de cuello, y comienza a dar una serie de directivas. Y, al cabo de pocos minutos, se ordena nuestro traslado».
Contó que tras ser trasladado junto a otros detenidos por dicho episodio al Cuerpo de Caballería «comienzan las sesiones de tortura con electroshock, con picana, tratando de averiguar quién era, qué hacía. Yo les decía que era un aficionado al fútbol, nada más» y contó que «ese era mi relato para tratar de defenderme. Bueno, me torturan durante un tiempo, un par de horas, y a la medianoche nos trasladan de nuevo, esta vez a Arana, donde estuvimos una semana».
Allí, además de ser torturado a diario, reconoce la presencia de otros compañeros detenidos, a quienes también escuchó gritar cuando eran torturados También relató su cautiverio en la comisaría segunda de La Plata, junto con los otros detenidos por el hecho de la cancha de Estudiantes.
«En la comisaría segunda había detenidos llamados presos comunes, una bandita integrada por tres personas que estaban esperando su condena o el procesamiento de los mismos, y había otras dos personas que se presentan como presos comunes y que con el tiempo se reconocen como integrante de la CNU, la Concentración Nacional Universitaria, que era un grupo de ultraderecha y que se dan a conocer después», detalló y contó que los presos comunes cuando fueron liberados se contactaron con sus familias para decir que estaban allí.
El padre de Rusos logró contactarse con él, pero luego fue trasladado a la comisaría octava de La Plata, donde identificó a un ideólogo de la CNU, Patricio Recalde Corredor, que «se movía en la comisaría octava con absoluta libertad, con total impunidad. Por todos sus movimientos parecía ser una persona que tenía a su cargo ese espacio».
En la comisaría octava estuvieron 5 meses detenidos y luego fueron trasladados a la Unidad penal número 9 de La Plata, donde estuvo presos 3 años, y posteriormente a Caseros, de donde tras ser liberado se exilió en Alemania.
Torturado sobre una camilla con colchón mojado
«Yo militaba en la JUP de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata y ese día íbamos a elevar un cartel de denuncia de la dictadura militar, Videla Asesinos decía, pero falló, apareció la policía y ocurre mi detención», recordó.
Delgado también fue torturado al ser trasladado a 1 y 60 «sobre una camilla con colchón mojado» y también relató que estuvo en Arana, en la comisaría segunda y octava de La Plata hasta ser alojado en la unidad 9 de esa ciudad, de donde fue liberado en 1980.
«Pero en realidad seguí un año más bajo libertad vigilada que cumplí en Catamarca», aclaró, detalló que volvió a La Plata y en 1985 pudo terminar la carrera de veterinario, que ejerce actualmente.
Delgado dijo que tanto en 1 y 60 como en la comisaría 8va estuvo cautivo con su hermana Cristina, a quien reconoció por la voz, por lo que la fiscalía pidió que se cite a declarar a la mujer.
El Tribunal
El TOF 1, que por primera vez es presidido por una mujer, Karina Yabor, juzga desde mayo último a 18 represores exmilitares, policías y dos civiles, uno de ellos exministro de Gobierno bonaerense, Jaime Lamont Smart, por los delitos cometidos contra 210 víctimas cautivas en el excentro ilegal de detención que funcionó en el Cuerpo de Infantería de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, ubicado en la calle 1 entre 59 y 60 de La Plata y en el otro excentro que funcionó en la comisaría 8va de la capital bonaerense.
Los imputados por los delitos cometidos en 1 y 60 son Roberto Armando Balmaceda; Carlos Ernesto Castillo «El Indio»; Alberto José Crinigan; Tomas D´Ottavio; Carlos Hugo Leguizamón; Claudio Rubén Mejías; Raúl Ricardo Monzón y Juan Antonio Vidal.
Por los hechos ocurridos en la comisaría 8va están imputados: Enrique Armando Cicciari; Luis Gustavo Diedrichs, Lucio Carlos Ramírez y Rubén Vicente Sánchez; Jorge Héctor Di Pascuale; Carlos María Romero Pavón y el exministro de Gobierno bonaerense, Jaime Lamont Smart, y por su accionar conjunto en 1 y 60 y Comisaría 8va: Lucas Marcelo Castro; Ismael Ramón Verón y Enrique Francisco Welsh.
