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Resistencia
2 febrero, 2025

Cristina Kirchner armadora: los riesgos personales de su nuevo rol en el PJ

El futuro político de Cristina Kirchner todavía es una incógnita. Y está signado, más allá de lo que ella desee hacer, a lo que pueda suceder en las sesiones extraordinarias con el proyecto de Ficha Limpia. ¿Podría ser candidata? Si el cronograma del Gobierno prospera, la respuesta se empezará a conocer el 11 de febrero.

Pero mientras tanto, la presidenta del PJ no se queda de brazos cruzados. Recién llegada de unas vacaciones familiares en Monte Hermoso, Cristina empezó a mover fichas del ajedrez electoral. Quiere afirmarse como armadora del peronismo, aunque los gobernadores justicialistas planteen sus dudas. Lo que resta saber es si la lapicera de la ex presidenta todavía tiene tinta.

En juego. 

El calendario electoral tiene un inicio tempranero. Es que el 7 de febrero es el cierre de listas en Santa Fe: se eligen concejales, un puñado de intendentes y, la novedad, convencionales constituyentes. Allí están apuntados los cañones de los partidos, en una reforma de la Constitución provincial después de más de 60 años.

El peronismo provincial está dividido en cuatro facciones. Todo un problema a la hora de armar listas. De hecho, en el último congreso, que paradójicamente se llamó “cumbre para la unidad”, terminaron con cuestionamientos, pedidos de impugnación y denuncias por “asambleístas fantasmas” que aparecían en la pantalla para votar.

Cristina se inmiscuyó en la crisis santafesina para llevar sosiego. Al menos por ahora, no lo consiguió. La ex presidenta juntó a intendentes y dirigentes políticos de esa provincia para conocer a fondo lo que pasaba y abrazó un candidato que ya conocía: el senador, y ex periodista deportivo, Marcelo Lewandoski.

La tarea de la ex presidenta no es fácil: tiene que convencer al resto de las facciones que se alineen bajo el nombre de Lewandoski. Pero antes tiene que persuadir al senador para que sea candidato por el PJ y no presente su lista independiente. Las primeras charlas no fueron exitosas.

“Es otra Cristina. Sigue siendo una líder, pero antes su palabra era indiscutible. Ahora ella sugiere y el resto evalúa. No baja línea como antes”, dice una fuente del peronismo. A la presidenta del PJ nacional le queda una semana para torcer el destino: si no, su primera intervención será un fracaso.

La tarea ordenadora de Cristina seguirá por dos provincias del norte que eligen autoridades. En Jujuy y en Corrientes, ambas intervenidas, habrá elecciones partidarias el 9 de marzo.

En Jujuy, los interventores Gustavo Menéndez y Aníbal Fernández habían fijado la fecha para el 17 de noviembre del 2024. Pero debieron posponerla algunos meses por la crisis del justicialismo a nivel nacional, que estaba acéfalo por la renuncia de Alberto Fernández. Ahora la flamante presidenta busca la unidad del espacio. Avanza a paso firme, aunque el acuerdo no está cerrado.

En Corrientes no sólo se define la presidencia del partido, sino también candidatos a gobernador y legisladores provinciales y nacionales. El 12 de febrero cierran las listas. Allí también Cristina intentará que se haga su voluntad.

Relaciones con los gobernadores. 

El mayor foco de conflicto para Cristina, en su intento por llenarse de influencia dentro del partido, es alinear a quienes tienen poder territorial. Sobre todo, a los gobernadores del PJ, que no terminan de reconocer su autoridad.

El primer desplante fue en su acto de asunción. En diciembre, además de la obvia ausencia de Axel Kicillof, no fueron parte del encuentro los mandatarios de Tierra del Fuego, Gustavo Melella; La Pampa, Sergio Ziliotto; La Rioja, Ricardo Quintela; Santiago del Estero, Gerardo Zamora; y Formosa, Gildo Insfrán. Las internas en el partido estaban aún al rojo vivo y la tensión entre la ex presidenta y el gobernador de Buenos Aires hacía que se perciba en el ambiente un clima de absoluta incomodidad para cualquier dirigente.

Por supuesto, de aquel acto tampoco participaron Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo, los gobernadores de Catamarca y Tucumán, a quienes la ex presidenta los había calificado, sin nombrarlos, como “tránsfugas políticos”, por su alineamiento con el presidente Javier Milei.

Ahora, a los gobernadores no les queda más que aceptar la conducción de Cristina, más allá de que ninguno olvida los desplantes que le hizo al partido. Pero deben aceptar que, como la dirigente con más votos, es la única que puede comandar la reconstrucción.

Con el que no hay demasiados puntos de contacto es con Kicillof. A pesar de que el último gesto de Cristina fue de acercamiento. A través del diputado Alejandro Dichiara, quien ofició de anfitrión de la ex presidenta en Monte Hermoso, pidió a los propios que le voten el presupuesto al gobernador.

Kicillof no había logrado juntar los votos necesarios para sacar la ley antes de fin de año y ya se preparaba para iniciar este 2025 en emergencia económica. No va a suceder. “Todo el peronismo espera que vengan tiempos de unidad”, auguró Dichiara, el mensajero de Cristina en la provincia. La tarea es complicada.

Cada tanto, Cristina sale a cruzar fuerte a Javier Milei. Es una forma de mantenerse en el centro del ring, pero también de alinear a la tropa: el rival está afuera, les dice de manera indirecta. El jueves 30, una semana después del discurso del Presidente en Davos, la ex mandataria reaccionó: “Se ve que lo del respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo era pura sanata, porque sólo te dedicaste a insultar, atacar y difamar a mujeres y homosexuales”, sentenció.

Cristina busca que el partido al que llegó a insultar, ahora le responda sin objeciones. No le tocó un tiempo fácil: el PJ nacional está en proceso de reconstrucción desde el llano. Debe empezar a armar el rompecabezas desde los distritos. El problema para la ex presidenta es si no logra imponer sus decisiones en las provincias. Y se podría agravar si el Congreso decide que no pueda ser candidata, tras sancionar la Ficha Limpia. Son demasiados interrogantes.

Axel Kicillof y su frente propio

Desautorizado por Cristina Kirchner en su intento por construir su candidatura a presidente, Axel Kicillof sigue intentando armar un frente propio. Ahora reunió en Villa Gesell a 35 intendentes bonaerenses y analizaron desdoblar las elecciones legislativas, lo que sería una complicación extra para el armado electoral nacional. Sería, además, el mayor acto de rebeldía del gobernador hacia la conducción de Cristina. 

“La reunión con los intendentes fue muy importante, especialmente por el apoyo que le dieron al gobernador”, dijo el ministro de Gobierno, Carlos Bianco en una entrevista con el medio El Destape. Y agregó: “Se cristalizó la idea de organizar un frente político amplio para defender a los bonaerenses de las políticas de Milei”. En Provincia esperan para saber si las PASO van a ser eliminadas o no antes de decidir el desdoblamiento. Si decide de manera afirmativa, Kicillof llevará las diferencias con Cristina a un punto de no retorno.

La Justicia y las fechas clave

Se termina la feria judicial y Cristina Kirchner suma una nueva preocupación. A los desafíos políticos, se le suman los problemas con la justicia que la acompañan desde hace años. El 20 de febrero vence el plazo para apelar el fallo de la Cámara Federal de Casación Penal que confirmó su condena de seis años de prisión por la causa Vialidad. También van a apelar los fiscales, porque buscan sumarle el delito de asociación ilícita, lo que podría agravar la pena. El expediente llegaría así a la última instancia: será la Corte la que decida si debe cumplir la prisión (por su edad sería domiciliaria) y quedaría inhabilitada para ejercer cargos públicos. Para el segundo semestre, Cristina tiene una fecha agendada: 6 de noviembre. El inicio del juicio oral por la causa Cuadernos de la Corrupción. Del otro lado del banquillo, la ex presidenta espera avances del juicio por su intento de asesinato por parte de Fernando Sabag Montiel. El 12 de febrero se reanuda el debate.

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