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Resistencia
25 noviembre, 2024

Piel de Lava se anima a una nueva y arriesgada apuesta después de pasar del under teatral al éxito masivo

Llegan a destiempo. Cada una por su lado. Van poblando la mesa del bar de Caballito de a poco y al saludarse parece que nunca se hubieran separado. Antes de la entrevista con Clarín hablan todas juntas sin dejar de escucharse. Pero cuando comienza la grabación de la charla, se activa en ellas un mecanismo aceitado y profesional. Saben que tienen que empezar a hablar de a una, se nota que no tienen un discurso preconcebido, aunque sus ideas parecen brotar de la misma fuente y encontrar siempre la misma dirección.

Desde hace 21 años funcionan en grupo. Lo que conciben como una manera de ver la vida se convirtió en un laboratorio de creación teatral al que le pusieron un nombre: Piel de Lava.

Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes son actrices, escritoras, dramaturgas y productoras de sus obras. Y esencialmente son amigas íntimas. La simbiosis de la diversidad es el combustible para sus creaciones disparatadas, aleatorias y destacables.

En En «Parlamento», la nueva obra de su compañía Piel de Lava, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes son cuatro dupitadas en el espacio. Foto: Matias BagliettoAhora presentan Parlamento en el Teatro Picadero (todos los martes a las 20:30 desde el 13 de agosto). Se trata de una obra que empezaron a “investigar” en febrero de 2023 en una residencia escénica realizada en ArtHaus Central y que fueron modificando, reescribiendo y volviendo a escribir en aperturas al público.

La obra propone una investigación sobre la teatralidad de los discursos políticos contemporáneos en el marco de un escenario distópico donde un grupo de diputadas debaten de forma incesante y circular; mientras que la Tierra se ha vuelto una abstracción. Desde una nave que las protege y las mantiene orbitando en el espacio, las representantes del Parlamento cumplen sus funciones, votan leyes y cantan himnos.

Petróleo, un fenómeno teatral

Desde su formación en 2003, el grupo Piel de Lava estrenó cinco obras: Colores verdaderos (2003), Neblina (2005), Tren (2010), Museo (2014) y Petróleo (2018). Todas ellas fueron el resultado de la investigación en la actuación y la dramaturgia grupal.

Petróleo fue la obra que generó mayor repercusión en el público. En ella asumieron los roles de cuatro hombres que conviven en un trailer en un yacimiento petrolero de la Patagonia, para hacerse preguntas desde la actuación acerca de cómo son las relaciones masculinas, cuáles son sus preocupaciones, sus miedos y sus deseos. El espectáculo fue visto por más de 85 mil espectadores, en cerca de 400 funciones.

Las integrantes de Piel de Lava son actrices, escritoras, dramaturgas y productoras de sus obras. Y esencialmente son amigas íntimas. Foto: Matias Baglietto Las integrantes de Piel de Lava son actrices, escritoras, dramaturgas y productoras de sus obras. Y esencialmente son amigas íntimas. Foto: Matias Baglietto Pilar Gamboa dice: “Lo que pasó con Petroleo no sucede muchas veces en la vida. No es que uno puede buscar que ocurra lo mismo que sucedió con esa obra. Fue realmente un fenómeno teatral. Y nuestro grupo ahora no va a buscar hacer otro fenómeno, porque seguramente no lo vamos a encontrar. Nunca pensamos de esa manera. La idea es ser genuinos, preguntarnos qué tenemos ganas de hacer ahora. Seguramente haya alguien que, después de ver Parlamento, diga: ‘Me gustó más Petroleo’. Bueno, está bien, es parte del juego”.

Elisa Carricajo agrega: “Hay muchas cosas que están en Petróleo que también están en esta obra, porque somos el mismo grupo produciéndola”.

Y Laura Paredes comenta: “Incluso hay gente que dice que esta obra le gusta más que Petróleo.”

Y se entiende que muchas quieran volver a verlas tras el éxito que tuvo Petróleo, y ellas parecen saber muy bien que eso se puede transformar en una forma de presión a la hora de crear. “Claramente la respuesta es lo que pasó después de Petróleo: hicimos Parlamento y podríamos haber repetido alguna fórmula. Pero no es nuestra búsqueda,» dice Elisa Carricajo.

«Acá hacemos personajes que están más cerca de nosotras, porque representamos a políticas que ya tienen nuestra edad. Estamos componiendo personajes que tal vez podríamos ser nosotras vestidas de otra manera. Como si nos hubiéramos dedicado a la política… Hay un salto de composición que es un poco osado y que nos divierte. Y se contagia al público”, agrega, aclarando que al mismo tiempo de hacer Parlamento, siguen de gira con Petróleo, obra que también presentarán en octubre nuevamente en Buenos Aires.

Clases magistrales con su forma de crear

Dos de las consignas de Piel de Lava son que el humor es una forma de resolver y transitar grandes temas; y que el teatro es una espacio de preguntas y no de respuestas. Reconocen que cuando comenzaron, hace 21 años, a la hora de crear se sentían caóticas y desenfrenadas. Después, según sus palabras, “Empezamos a entender que en ese caos teníamos un diamante entre manos y aunque suene delirante lo intentamos sistematizar”.

Dos de las consignas de Piel de Lava son que el humor es una forma de resolver y transitar grandes temas; y que el teatro es una espacio de preguntas y no de respuestas. Foto: Matias BagliettoDos de las consignas de Piel de Lava son que el humor es una forma de resolver y transitar grandes temas; y que el teatro es una espacio de preguntas y no de respuestas. Foto: Matias BagliettoEs así como descubrieron que tenían un sistema oculto, algo así como un patrón que se repetía a la hora de empezar a escribir, actuar y dirigir sus obras. Y es por eso que también brindan clases magistrales para enseñar su forma de crear.

Laura Paredes explica: “Sacar ese sistema de la utopía es ver que cada grupo tiene una especie de lógica que debe descubrir para aprender a organizarse y desarrollar proyectos. En esos talleres decimos porqué la creación grupal no debe necesariamente tener la mirada de un director, una mirada de afuera. Nosotras cuestionamos ese sistema como única posibilidad. No estamos en contra de los directores, para nada. Pero sí planteamos que hay otras formas de organización para generar obras que no tienen que ver con las tradicionales”.

Pilar Gamboa agrega: “Descubrimos que teníamos algo poderoso: trabajamos de manera muy horizontal por lo que quien ‘está afuera’ no tiene la verdad. El director o la directora tradicionales solo tienen otro punto de vista. Cuestionamos esa cosa más verticalista de hacer una obra. No tiene que venir alguien a decirnos si algo está bien o mal, y nuestra elección es mucho más difícil. Porque si alguien te dice lo que está bien o mal te allana los caminos, los procesos y los tiempos. Acá eso se cuestiona, probamos todos los puntos de vista que surgen. La sumatoria de todos esos puntos de vista empieza a crear algo que nos excede, que es el grupo. Y eso tiene un resultado milagroso”.

Legislar desde una nave espacial

-Si el espacio en Petróleo era una pequeña casa-container en la cual vivían cuatro operarios de un pozo petrolero en medio de la Patagonia, en Parlamento cuatro mujeres se encierran en una nave espacial para intentar resolver los problemas del mundo. ¿Cómo es legislar desde una nave espacial?

Pilar Gamboa: -Lo de la nave espacial fue una excusa para la locura, para que todo pudiese volar hacia otro lugar y los temas no nos quedaran como una réplica tan exacta de la realidad.

Elisa Carricajo: -El Parlamento, el lugar donde supuestamente se dice la verdad y se respetan las reglas, de repente se ve invadido por una belicosidad que también proponen las redes sociales. Es algo que a lo mejor siempre estuvo, pero ahora es algo que está como exacerbado. ¡Lo que se supone debe ser un lugar de diálogo es un lugar de sordera! Es un terreno muy fangoso como lo era el tema de la masculinidad que enfocamos cuando hicimos Petróleo.

-¿Se puede decir que Parlamento se sube a la ola de la llamada anti-política?

Pilar Gamboa: -Se trata de una sensación de crisis absoluta de todo lo conocido, es expresar nuestro desazón generacional. Todo en la obra nace desde un lugar no muy optimista, sino bastante pesimista de la situación actual. Una fractura, un quiebre, algo tiene que modificarse. Todos creemos en la política, pero no en esta forma de hacerla.

Valeria Correa: -Tendemos a generar humor con eso que nos duele, es nuestra manera de pensar el mundo. En ese sentido, Parlamento sería una comedia pesimista.

Laura Paredes: -Y también nos preguntamos qué pasa con la política y los cuerpos, porque en general la gente que está en política empieza a estar muy demacrada. Sufre un envejecimiento acelerado. Eso nos generaba una metáfora con estar afuera del planeta, como si los cuerpos comenzaran a agotarse porque están en una órbita. Nos hacemos preguntas con respecto a lo nocivo de la política. Y cómo eso se traslada a una sociedad.

Elisa Carricajo: -Una posición que no nos interesa por dogmática es decir que la política es un desastre o que no sirve. ¡Al contrario! Es una propuesta de fe en lo parlamentario y democrático.

Crecimiento sin perder la esencia

Una novedad de Piel de Lava es que en Parlamento las cuatro actrices ya no están solas en el escenario, ya que se suma la participación en vivo del artista musical Zypce, quien además de ejecutar los sonidos y la música de la obra, también actúa.

-¿Cómo viven la experiencia de incorporar a un varón después de tantos trabajos en los que estaban solo ustedes cuatro?

Valeria Correa: -Con Zypce habíamos trabajado en Petróleo: él musicalizaba. Como imaginamos que iba a ser un trabajo muy basado en lo sonoro, en la misma investigación y proceso de ensayo de Parlamento, a partir de lo que él iba proponiendo, nos dimos cuanta de que estaba bueno que se sumara en escena. Nos entusiasmamos con eso, y también como una novedad para nosotras por el hecho de estar con alguien más en el escenario. Estamos contentas porque nos trae como un nuevo color, es un desafío para nosotras y, por otro lado, es alguien que conocemos de toda la vida. Se inserta muy bien en nuestra forma de trabajar.

-¿Tienen miedo del crecimiento, de pasar a ser cada vez más comerciales? ¿Creen que atentaría contra su esencia?

Pilar Gamboa:- Las obras van encontrando los lugares. A veces crecen de tal manera que requieren lugares más grandes. En Chile hicimos Parlamento en un teatro gigante y funcionó espectacular. En Uruguay nos presentamos en el teatro Solís, que es enorme, y funcionó muy bien. La obra en sí misma comenzó a pedir su lugar para ser mostrada. Quizá dentro de tres años haremos una obra pequeña que pueda exhibirse en un sitio independiente para poca gente, y hacer muchas funciones.

Laura Paredes: -Con Petróleo fue muy claro que nuestro pasaje al teatro comercial tuvo que ver con un tema de escala. Comenzó en un teatro donde se armó una escenografía que si la intentábamos pasar a un teatro independiente, ya no nos entraba. Estábamos con 2500 personas por semana, entonces el pasaje al teatro comercial tuvo que ver con una cuestión de escala. La obra nos excedió. No fue algo especulativo.

Valeria Correa: -Con Petróleo también hubo un salto a la popularidad. Pasamos de que nos vean unas 80 personas por semana en la obra Museo, a 2500 personas por semana con Petróleo. Ahora mucha gente del ámbito del teatro nos conoce y eso lo abrazamos, lo valoramos. Pero no fue una meta, se dio y es hermoso. La gente nos agradece y nos reconoce como grupo, y es una linda responsabilidad.

Elisa Carricajo: -Hoy hay un caudal de público y artistas que se pueden encontrar en las salas grandes de la ciudad, llamadas comerciales, sin que esos proyectos hayan sido concebidos con ese objetivo.

Maternidad, proyectos y “reuniones de consorcio”

Las edades de Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes van de los 43 a los 46 años. Pilar tiene dos hijos, de 2 y 4 años; Valeria, uno de 8; Laura, uno de 8; y Elisa, uno de 7.

Ellas siempre dicen que la solidez y permanencia de Piel de Lava se basa en su amistad. Pero el hecho de ser madres y tener parejas, y que también realicen proyectos artísticos más comerciales en forma independiente, ¿las nutre o les juega en contra?

“Es una época complicada para todos. Es un caos, es complejo y siempre celebramos los trabajos paralelos que le surjan a cada una. Pero a pesar de tener nuestros roles de madres y parejas, siempre trabajar con este grupo es un privilegio que nos pone feliz, nos provoca alegría y entusiasmo”, dice Valeria Correa.

Laura Paredes agrega: “Cuando aparecen trabajos en paralelo, nunca existe la sentencia de que se tiene que priorizar el grupo. Nunca existió esa tensión. Si a alguna le sale algo nos ponemos todas contentas. Sobre todo en la época que el grupo no generaba dinero, que fue durante mucho tiempo. A alguna le salía un trabajo y el resto entendía eso. La zona de “pareja abierta” (metáfora de lo que les ocurre con Piel de Lava) nos da mucha felicidad… La que va a hacer otros trabajos también crece como actriz, porque probó otras cosas”.

-¿Una tormenta de ideas entre ustedes puede transformarse en una especie de reunión de consorcio? ¿Les cuesta ponerse de acuerdo? ¿Hay cortocircuitos? ¿Cómo superan las diferencias sin caer en internas y malas vibras?

Valeria Correa: -Es buena la metáfora de una reunión de consorcio, que son una porquería porque cada uno está pensando en su departamento y nadie en el edificio. A nosotras eso no nos pasa. No estoy diciendo que sea una panacea y no haya conflictos, pero está buena la metáfora porque en esas reuniones se refleja mucho la miseria humana de la propiedad privada. En ese sentido, Piel de Lava nos obliga a practicar la tolerancia. No como “un deber ser”, sino la tolerancia de amor y amistad, y crecer a partir de eso. Así se soporta mejor la convivencia.

Víctimas de su entusiasmo

Pilar Gamboa está grabando la segunda temporada de la exitosa serie División Palermo, y explica cómo hace convivir sus trabajos más comerciales con el laboratorio experimental de Piel de Lava.

“Es como poner el cuerpo al servicio de distintas cosas, no es algo tan consciente. Una se va modificando a lo largo de las experiencias que atraviesa en la vida. Obvio que no soy la misma que era antes de realizar todo lo que hice. Pero tampoco soy ese tipo de actriz a la que van a ver porque hizo algo en la tele”, afirma Pilar.

-¿De qué depende que el fuego creativo de Piel de Lava nunca se apague?

Pilar Gamboa: -El grupo siempre fue una usina de prueba. Siempre nos pensamos como un laboratorio actoral. Además de escribirnos y dirigirnos, lo de la actuación es nuestra especie de “motor-deseo”. Nos conocemos mucho. Somos actrices que siempre intentamos salir de la zona de confort. Piel de Lava tiene esa búsqueda: intentar dar saltos desde la composición hacia lugares que no conocemos. Eso hace que nos renovemos individual y colectivamente.

Elisa Carricajo: -Somos muy apasionadas en todo lo que hacemos. Cada una, cuando hace algo, sea en el grupo o fuera de él, va con el corazón entero. Y algo de verdad hay en ese chiste de que somos víctimas de nuestro entusiasmo, ya que esa pasión es algo que nos une desde siempre. Nos juntamos y nos damos una manija bárbara entre todas. Ese amor por lo que hacemos es lo que nos sostiene. Siempre juntas.

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