Sábado en Chicago y el fin de semana se hizo sentir en la tercera jornada del Lollapalooza. La concurrencia fue mucho mayor a la de las dos primeras, en parte también porque comenzaban los platos fuertes de esta edición. El cierre a cargo de The Killers le puso rock y glam al día, el anteúltimo antes de que se apaguen las luces de los escenarios este domingo.
Pero no solo la presencia de la banda liderada por Brandon Flowers movilizó a la audiencia. La sorpresa la dio el cantante y DJ Skrillex, quien estaba anunciado en el line-up, pero de forma diferenciada. Con el correr de las semanas se conoció que su turno sería en la noche del sábado en el escenario Perry’s, pero el viernes por la tarde se comunicó que también ofrecería un set a primera hora de la jornada.
El escenario en el que se presentó Skrillex recibe el nombre del creador del Lollapalooza, Perry Farrell. En 1991 se le ocurrió realizar un festival con la excusa de despedir a su banda. Este sábado cedió el cartel y la plataforma fue renombrada Sonny’s por Sonny John Moore, nombre real de Skrillex.
Los asistentes disfrutaron durante el correr de la tarde de distintos géneros musicales. Los fans del heavy metal se congregaron en uno de los escenarios principales para escuchar a Deftones, pioneros del subgénero Nu metal. Era muy simple identificar a sus seguidores entre la concurrencia variopinta del Lollapalooza: eran los que vestían de negro.
En la otra punta del Grant Park, este pulmón verde que acoge durante cuatro días el festival, se presentaba la voz más importante de Canadá al día de hoy, Tate Mcrae. La jovencísima interprete, apenas llega a los 21 años, ofrece una vuelta al pop clásico, ese que se referencia en Britney Spears, con presentaciones muy cuidadas, acompañadas por bailarines, coreografías y un outfit rigurosamente pensado para siempre estar impecable aunque la temperatura supere los 30 grados en Chicago.
Y mientras Skrillex iniciaba su segundo set de música electrónica del día y su audiencia se sacudía la larga jornada del cuerpo, el público de The Killers comenzaba a reunirse en el escenario principal. Durante una hora y cuarenta minutos la banda surgida en Las Vegas demostró que el rock también puede mostrarse prolijo y glamoroso, como el pop más clásico de los ‘90.
“We are The Killers and we are at your service in this room”, se presentaba Brandon Flowers ante la audiencia que deliraba. Además de cantante es el maestro de ceremonias del show y quien aporta el componente de performance en cada recital. Es quien le pone el cuerpo a un espectáculo que no se permite baches más que una falsa retirada para dar paso a los dos hits que cierran el show, Human Nature y Mr. Brightside.
Además de repasar su repertorio clásico desde hace un tiempo The Killers incluyó el cover A little respect de la banda Erasure, un himno de las diversidades. Para It’s only natural invitaron a una persona del público a tocar la batería con ellos. Este paso de baile es ya conocido por los fans que asisteron con carteles rogando ser escogidos. Oscar, de Chicago, un joven que probablemente no superaba los 25 años, fue el elegido en la noche del Lollapalooza.
Para la última jornada de festival los recomendados son: Teddy Swims, Conan Gray, Two Door Cinema Club y para el cierre Melanie Martinez, Ben Böhmer, Zeds Dead y, el más esperado por la generación post 35 años, Blink 182.
Este domingo será la despedida del Lollapalooza Chicago hasta el próximo año. En Buenos Aires la cita será el 21, 22 y 23 de marzo de 2025, cuando el festival celebre su 10 aniversario en el país, en el Hipódromo de San Isidro.
