Tuvo una infancia feliz en el estado de Virginia, pero al aterrizar en Rosario le dio rienda suelta a su gran sueño y hoy triunfa en la profesión, aunque de una forma inesperada.
05 de diciembre 2023, 13:28hs
Corinne Merolla nació en Estados Unidos, pero a temprana edad se mudó a Rosario y allí transitó casi toda su vida. En esa ciudad estudió arquitectura, sin imaginarse que se convertiría en una de las profesionales más destacadas del mundo del entretenimiento y la dirección de arte. El esfuerzo fue muy grande, pero la recompensa la llenó de satisfacciones y disfruta de un presente lleno de éxitos.
“Dejé la carrera varias veces porque no terminaba de entender bien cuál era mi conexión con ese mundo lleno de estructuras y reglas. Me sentía muy ajena viviendo con un background tan artístico y flexible. En paralelo también estudié canto lírico y jazz profesional”, le contó a TN Show.
Leé también: El trasfondo de tres separaciones escandalosas que sacudieron el mundo de la bailanta y el espectáculo
Su vida no tiene nada que ver con los edificios, las casas y los planos gigantes. Eso también la llevó a replantearse muchas situaciones y jugársela por diferentes ramas hasta que dio con la correcta, la que la le brindó mucha alegría, felicidad y orgullo: “Uno de mis maestros me ayudó a ver esta profesión con otros ojos. Me acuerdo que me enseñó a abordar los proyectos de arquitectura tradicional como un lienzo en blanco, como si fuese a pintar un cuadro. Con el tiempo entendí que la paleta de colores que ofrece esta profesión es realmente infinita, y encontré el huevo perfecto para mi, donde la música, el arte y el diseño comulgan en un punto en común”.
Los primeros pasos de Corinne Merolla y un vuelco inesperado
La joven no se olvida de aquellos años en los que vivió en Estados Unidos, su país natal. Desde chica habló español e inglés -ya que su mamá es argentina- y la experiencia fue alucinante. “Lo que más recuerdo es que jugaba un montón, me entretenía construyendo escenarios a mis hámsteres y casitas a mis ranas de tela. Teníamos un bosque a pocos metros de casa y con mi papá íbamos a ver las tortuguitas. También armaba casas con almohadones del sillón y armaba castillos y murallas”, detalló sobre esos tiempos felices en los que ni sospechaba que trabajaría para grandes eventos, como Secret Garden Experience, una muestra lumínica e inmersiva que fue un gran éxito durante las vacaciones de invierno en la Ciudad de Buenos Aires.
Sus primeros pasos los dio en 2018, cuando la convocó Nicolás Boni, un escenógrafo de ópera al que le está profundamente agradecida. “Colaboré con él en varias óperas de carácter internacional desglosando los legajos técnicos y como asistente de escenografía por varios años. La verdad es que todos los proyectos que encaré fueron importantes para mí, porque fueron especiales y muy desafiantes”, sostuvo.
Corinne aseguró que todavía no cayó en la importancia de sus producciones y talento que sale de sus poros: “Me cuesta procesarlo. El quiebre en mi vida fue, sin dudas, cuando empecé a trabajar con Sooner Routhier y su equipo. Es una muy buena compañera y extremadamente talentosa”.
Mientras el destino continúa sorprendiéndola, a la joven le gusta estar en Rosario y disfrutar de su casa en compañía de Rita -su perra-, sus plantas y salir con amigos. “Lo que más me apasiona de mi trabajo es que es totalmente impredecible. Hay meses o semanas que estoy encadenada a la PC diseñando sin despegarme y después paso meses dirigiendo esos montajes lejos de casa y los afectos”, concluyó esta arquitecta de sueños y diseños imponentes.