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Resistencia
24 noviembre, 2024

Jairo, a los 74 años y con una nueva novia veinte años menor que empezó siendo su fan

Ahí está Jairo. Menudito el hombre. Tiene la piel sin una sola arruga y unos zapatos nuevos -lindos- que le quedan incómodos y hacen que camine como un pingüino. De lo primero que nos enteramos es que está de novio. ¡Qué bueno, Jairo, felicitaciones! Le preguntamos si esto es una primicia o si ya lo saben Rial y Yanina Latorre. El comentario no parece causarle ninguna gracia.

Jairo estuvo casado 49 años con Teresa Sainz de los Terreros. En esta casa de Vicente López, aquí mismo, es donde ella, madre de los cuatro hijos del cantante, permaneció internada a su cuidado durante una larga década, víctima de una enfermedad crónica. La señora murió en la planta alta de este caserón a mediados de 2021.

Jairo estrecha la mano en la calidez de su living y habla de su nueva relación sentimental con pasmosa naturalidad. El contacto con un ser humano extraño, por lo visto, no lo apabulla en lo más mínimo.

-¿Cómo es ponerse de novio a los 74 años?

-Se llama Laura. La conocí porque era una fan. Tengo varios clubes de fans y nos vemos, hacemos reuniones anuales. A mí me parecía muy atractiva. Nos llevábamos muy bien, pero ella tenía su familia y yo, la mía. La conocí cuando era muy chiquita: 25 años tenía. Era soltera, después me fui enterando del embarazo de su primer hijo, de su segundo hijo… Ahora tiene 52.

-Debe haber sido como un sueño para ella, ¿no?

-Bueno, pero estamos más allá de eso porque si no, imaginate, sería algo muy superficial. Y esto es una relación solida. Te cuento: un día nos encontramos por un asunto y yo le quise dar la mano para que saltara una calle un poco inundada. Cuando le dí la mano, sentí una corriente eléctrica…

Jairo estuvo casado casi 50 años y cuidó amorosamente a su mujer hasta su último respiro. Foto: Maxi Failla Jairo estuvo casado casi 50 años y cuidó amorosamente a su mujer hasta su último respiro. Foto: Maxi Failla -No entiendo.

-Una electricidad, ¿nunca te pasó? Es cierto eso, no es joda. Le di la mano y ¡chifff! Después me quedé pensando en eso. Nos quedamos pensando en eso. Ella también lo había sentido. Lo hablamos y a partir de ahí empezamos a pensarnos un poco más y las circunstancias se fueron dando. Ahora estamos como inseparables aunque vivimos separados. Ella en Villa María, Córdoba. Llevamos juntos un poco menos de dos años.

La reacción de sus hijos

-¿Tus hijos cómo lo tomaron?

-Fantástico, ya son grandes. Tenemos una relación de lo más transparente. No hay secretos, hablamos de todo. Me despertaba curiosidad la reacción de la más chica. Lucía es la menor de los cuatro hermanos, pero todo bien. Vive en Italia. Todos viven en Europa menos Yaco, que es productor de lo que yo haga mientras siga haciendo música…

-¿Pensás retirarte?

-No, yo no me pongo fecha.

-Muchos músicos mayorcitos siguen tocando en vivo. Eso nunca había ocurrido de forma tan evidente, ¿no?

-Eso prueba que la música, el rock sobre todo, necesitaba que pasara el tiempo para probar su madurez. Antes, los viejos tangueros era el tema. Pugliese, etcétera.

-Pero el rock tiene gente que ya vivió más que Troilo y Goyeneche.

-El rock creció y es una música genuina. Sobre el rock gira todo. Es increíble pensar que haya gente de 80 años que ha podido vivir del rock toda su vida. Ahora la juventud se va hacia otros lugares, a la llamada música urbana porque la juventud es así y siempre necesita diferenciarse. Es algo muy normal, siempre pasó. El tema es que la música urbana tiene como base el rap que, claro, es algo que existe hace muchos años.

Jairo escucha música y le gusta el rock. Grabó Jairo escucha música y le gusta el rock. Grabó «Milonga del trovador» con Eruca Sativa y Abel Pintos. Foto: Maxi Failla -¿Escuchaste a Nicki Nicole?

-Sí, sí, canta muy bien.

-¿Lo decís porque entre colegas hay ser solidarios unos con otros?

-No, a mí no me gusta toda la música. Tengo favoritos y todavía siento ansiedad por escuchar lo que salga de músicos como James Taylor o Cat Stevens.

-Hablás bastante de rock, pero vos no te acercaste hasta ahí, ¿o me equivoco?

-No, pero yo puedo interpretar rock, puedo cantarte una balada rockera. No tengo problema, pero no lo siento. No sé, no me conmueve cantar rock. Sí escucharlo. Milonga del trovador la grabé con Abel Pintos y Eruca Sativa, y es una versión que está hecha con arreglos a su manera.

Cerrar el año cantando

Jairo festejará sus cincuenta años con la música con un show en el Teatro Ópera este 1 de diciembre. Foto: Maxi FaillaJairo festejará sus cincuenta años con la música con un show en el Teatro Ópera este 1 de diciembre. Foto: Maxi FaillaJairo cierra el año en el Teatro Opera. Un recital para seguir festejando sus “Cincuenta años de Música”. Esto será el sábado 2 de diciembre a las 21 y, según dice, habrá “grandes sorpresas”.

Su carrera maneja números avasallantes: más de 800 canciones compuestas, 48 discos editados, distinguido y premiado por su trayectoria. El sábado promete estrenar temas del volumen 2 de un álbum donde reversiona y actualiza su obra, en este caso acompañado por artistas de distintas generaciones y géneros.

-¿Cuándo estuviste de moda vos?

No sé si estuve de moda alguna vez. De haber estado de moda no hubiera trascendido en el tiempo, ni podría haber hecho una carrera tan prolongada. Las modas pasan muy rápido. Son fugaces. Conocemos miles de casos de gente que estuvo de moda y desapareció porque tal vez no ha tenido la capacidad para mantenerse.

-Elegí la canción más linda del mundo.

-¿La más linda del mundo para mí? Tienes un amigo, de Carole King. Y como artista siempre me llamó la atención Joan Baez. Tenía fotos de ella, la escuchaba todo el día, la dibujaba…

Dice “dibujada” porque -seguramente tarde- venimos a enterarnos de que Jairo pinta. En el living de su casa hay varios cuadros firmados por él. “Esta es mi hija”, explica mostrando el óleo de un mar tan perfecto que parece fotografiado. Abajo se lee “Jairo 1992”.

-¿Seguís siendo radical?

-Sigo siéndolo. Los que somos radicales, somos radicales para siempre. Si cambiás, no sos radical. El radicalismo tiene su propia historia, tiene valores, es muy republicano. Yo me hice radical porque estaba en Cruz del Eje y era un chico cuando eligieron a Arturo Illia como presidente. Pasábamos con amigos por la puerta de su casa y el tipo estaba ahí. Yo pensaba: «¡El tipo vive acá y es presidente de la República!». Ese detalle, para mí, resultó esperanzador.

Jairo sigue siendo orgullosamente radical. Y si bien votó en el balotaje, tenía reparos con ambos candidatos. Foto: Maxi FaillaJairo sigue siendo orgullosamente radical. Y si bien votó en el balotaje, tenía reparos con ambos candidatos. Foto: Maxi Failla-¿Y cómo te cae Javier Milei?

-Es un poco díscolo, extravagante. No me gusta la gente demasiado extravagante, y menos cuando se trata de un terreno como la política, donde las cosas deben ser serias y transparentes. Y otra cosa: no me gustan los gritos. No me gusta escuchar gente gritando ni que me griten. Por otro lado, la elección creo que resultó bastante lógica por como estamos. La situación se hacía muy difícil para el candidato del partido que está en el poder.

-Me cuesta adivinar a quién votaste…

-No lo voy a decir. No pensaba ir a votar. Mantuve esa idea hasta ultimo momento porque no me gustaba ninguno de los dos candidatos por distintas razones: uno por conocerlo demasiado, y otro por no conocerlo. Pero voté porque era en un colegio de acá nomás y me iba a sentir culpable si no iba.

-¿En que gastás la plata?

-En tonterías, no soy un gran consumidor. Equipos de música, cosas por el estilo. Yo tuve el primer walkman que salió a la venta. Pero el primero en serio, eh. Marca Sony. ¡No sabés lo que fue en ese momento!

-Mostrámelo.

-Lo regalé. Estoy muy arrepentido. Era uno de los primeros siete walkman que hubo en el mundo. Hoy suena raro decirlo, en ese momento fue una revolución. Me acuerdo como si fuera hoy: cerré los ojos y cuando empezó a sonar era glorioso. Te trasportaba, era una película. La primera vez que lo usé fue sentado en Champs Elysées. Llegué a casa y se lo mostré a mi mujer. Le puse un casete de Jacques Brel y me dijo: «Es como si estuviera cantando adentro mío”.

-Viviste más de 20 años en Europa. ¿Sos más conocido allá o acá?

-Acá, acá estoy hace muchos años y hemos logrado un nivel de reconocimiento muy muy alto, cosa que era lo que yo había venido a buscar. Me radiqué definitivamente en el país en el noventipico. Siendo local uno maneja códigos comunes. Puedo decirte que soy profeta en mi tierra. Me siento querido, seguido, la gente conmigo es extremadamente amable. En la Argentina siempre pasa lo mismo: antes de cantar ya estoy aprobado.

Jairo dice no saber si alguna vez estuvo de moda. Y le gusta que haya sido así. Foto: Maxi FaillaJairo dice no saber si alguna vez estuvo de moda. Y le gusta que haya sido así. Foto: Maxi Failla-Sos de interpretar el Himno Nacional. ¿Jurarías con gloria morir?

-Me gustaría morir de una forma digna. No sé si con gloria. Ahora que me ha tocado vivir la muerte de mi esposa, yo no imaginaba como sería. Siempre he tenido, no sé si temor, pero sí algo que me alejaba de la muerte. Soy bastante cobarde para ciertas cosas. Ahora me tocó de cerca, y más de cerca imposible con lo que fue la internación domiciliaria.

Yo estaba en la cocina tomando un té. Mi hijo había ido a la farmacia a comprar un medicamento. El enfermero que estaba con ella bajó corriendo y me avisó que algo pasaba. Subí y empecé hablarle. Le hablé mucho, mucho, mucho. ¿Viste que te dije que no me gusta gritar? Bueno, ni en ese momento grité. Murió tomada de mi mano.

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