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Resistencia
26 noviembre, 2024

El mal no existe, pero el buen cine, sí

Evil Does Not Exist (El mal no existe) es la nueva realización de Ryusuke Hamaguchi, el director que ganó de todo con Drive My Car. Aquella película, que fue nominada a cuatro premios Oscar y resultó ganadora del correspondiente a la mejor película internacional, lanzó a Hamaguchi al escenario internacional. Y El mal no existe ganó el Gran Premio del Jurado y el que otorga FIPRESCI, la federación de la crítica internacional, en el Festival de Cine de Venecia del 2023.

Su nueva película se centra en los habitantes de un pueblito japonés, donde todo es sencillo, que viven apaciblemente cerca de un bosque. Allí, una empresa de Tokio quiere construir un glamping (como un camping, pero para gente con dinero). En la reunión que tienen con dos enviados, queda claro que todo será perjudicial para el pueblo, ya que el suministro de agua se vería afectado.

Los protagonistas son Takumi (Hitoshi Omika) y su hijita Hana (Ryô Nishikawa, que en varios momentos se ganará el corazón del espectador), y vaya que los acontecimientos que siguen van a alterar sus vidas.

El viudo vive básicamente del cultivo de la tierra y hace alguna changuita ocasional para algunos miembros de la comunidad. Takumi puede caminar tranquilo por el bosque, talar árboles, cortar la leña, juntar agua limpia del arroyo para un restaurante local. Y si el protagonista, a veces, se olvida de pasar a recoger a su hija por la escuela, nadie parece contrariado. Todo es lo suficientemente tranquilo.

Hana es Ryô Nishikawa, que en varios momentos se ganará el corazón del espectador. Fotos CDI FilmsHana es Ryô Nishikawa, que en varios momentos se ganará el corazón del espectador. Fotos CDI FilmsY cuando llegan dos representantes de la compañía -que quiere aprovechar algunos subsidios que les quedaron de la época de la pandemia-, interpretados por Ryûji Kosaka y Ayaka Shibutani, las cosas empezarán a tornarse difusas. La reunión con los habitantes del pueblo es desconcertante para todos. Así que los recién llegados arman una estrategia: acompañan a Takumi en sus ocasionales trabajos, tratando de llevarlo para beneficio de su proyecto, y así también hacer un 2 x 1: ganarse la confianza del resto de los habitantes.

Hablando se entiende (o no ) la gente

O sea, que es curioso ver a los representantes tan abiertos a adaptarse al estilo de vida que su empresa parece decidida a destruir. Pero es allí también donde tienen lugar las escenas prolongadas de discusión e intercambio, en las que Hamaguchi siempre ha sabido sobresaltar.

Hay mucho clima poético, no solo desde los tempos, sino también en los encuadres (más de una vez los personajes aparecen ocultos detrás de los árboles mientras recorren el lugar).

La naturaleza, tanto la humana como la otra, son protagonistas.La naturaleza, tanto la humana como la otra, son protagonistas.El mal no existe, con sus tiempos y sus pausas, es una parábola ecológica, pero con certeza triste, un retrato lleno de sutilezas para retratar el comportamiento humano. Porque, en definitiva, no ofrece una mirada demasiado esperanzadora acerca de lo que se denomina “el progreso”. Es un filme donde la naturaleza, y no solo la humana, tiene cabida.

“El mal no existe”

Muy buena

Drama Japón, 2023. Título original: “Aku wa sonzai shinai”. 106’, SAM 13. De: Ryûsuke Hamaguchi. Con: Hitoshi Omika, Ryô Nishikawa, Ryûji Kosaka, Ayaka Shibutani. Salas: Cinépolis Recoleta, Showcase Norcenter, Atlas Patio Bullrich, Belgrano Multiplex, Lorca y Cacodelphia.

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