Volvió al Teatro Colón la ópera El Cónsul del compositor ítalo-americano Gian Carlo Menotti, que subió en 2022 con producción propia y la puesta en escena de Rubén Szuchmacher. Es lógico que en tiempos de crisis las instituciones amorticen sus producciones, pero en este caso convergieron otras razones. Fue una picardía en su momento que una realización artística de primer nivel hubiese contado con apenas cuatro funciones. Este año se programaron cuatro y, dada la demanda, se tuvo que agregar una función más.
Algo decantó aún más en el talentoso equipo que le volvió a dar vida a la ópera de Menotti, y en el contexto de la coyuntura política actual, la obra volvió a proyectarse con potencia. El elenco puso todo de su parte para dar vida a sus personajes y el equipo artístico volvió a demostrar su solidez, con puesta en escena de Rubén Szuchmacher, escenografía y vestuarios de Jorge Ferrari e iluminación de Gonzalo Córdova y dirección musical Marcelo Ayub.
El compositor italonorteamericano, autor además del libreto, desarrolla la trama sobre prisioneros políticos disidentes, cuando en muchos países del mundo era peligroso estar en contra del gobierno. En El Cónsul, la figura de un representante siempre mencionado y nunca presente, el gran villano es la burocracia, con la crueldad de sus mecanismos administrativos, su violencia sorda e impasible. La obra, escrita en los años cincuenta en el contexto de la Guerra Fría, es una tragedia moderna que sigue renovando su interés.
La puesta de Szuchmacher mantiene las coordenadas «Este europeo-años cincuenta» de la idea original. El trabajo de la dirección es atrapante, acierta en el modo de mantener y liberar muy bien la tensión en una atmósfera de peligro permanente, apenas suspendida con la intervención del personaje del mago y las escenas oníricas. Desde lo musical, los pasajes de «comedia musical» también alivian la tensión y la angustia del relato. La marcación actoral sobria y detallada alcanzó gran potencia expresiva.
El trabajo de la dirección es atrapante.Se volvió a apreciar la lograda iluminación de Gonzalo Córdova y la escenografía creada por Jorge Ferrari para la trama que se despliega en dos únicos escenarios: la casa de los Sorel y la sala de espera del Consulado, ambos se montaron sobre un disco giratorio.
La partitura ecléctica, donde se combinan la tradición europea, el teatro musical de Broadway y banda sonora de films, estuvo muy bien ejecutada de manera orgánica por la Orquesta Estable con la dirección de Marcelo Ayub. Consiguieron llevar el nerviosismo y el sentido del peligro constante que atraviesa la obra de manera visceral y con inmediatez.
Actuaciones sobresalientes
La soprano argentina Carla Filipcic Holm volvió a descollar en su interpretación de Magda Sorel, aprovechó al máximo la gran aria de la ópera célebre Papers! Papers!, clímax de la obra, y fue largamente ovacionada por el público. Adriana Mastrangelo sobresalió en su composición precisa del personaje de la Secretaria.
La soprano argentina Carla Filipcic Holm volvió a descollar en su interpretación de Magda Sorel.En esta oportunidad el rol de John Sorel fue interpretado por Sebastián Angulegui, en su breve intervención brindó la sustancia dramática necesaria del personaje y cumplió ampliamente con las exigencias vocales.
Virginia Correa Dupuy como La Madre entregó una gran interpretación, aunque su volumen no alcance por momentos a proyectarse con fuerza, cantó la canción de cuna con una expresión inquietantemente hermosa. Pablo Urban (Nika Magadoff), Rocío Arbizu (Vera Boronel), Alejandro Spies (Mr. Kofner), Marisu Pavón (Mujer Extranjera) y Marina Silva (Anna Gómez) aportaron su entrega fundamental al avance de la trama, también Héctor Guedes como el Agente Secreto y Sebastián Sorarrain como Assan.
«El cónsul»
Excelente
Autor: Gian Carlo Menotti. Dirección musical: Marcelo Ayub. Dirección de escena: Rubén Szuchmacher. Sala:Teatro Colón, martes 6 de agosto. Repite el viernes 9, domingo 11, martes 13 y jueves 15.
POS