En medio de las excelentes reseñas que recibe su último proyecto y la incertidumbre que ronda la normativa legal, el legendario “señor de los teatros” analizó la situación actual de la industria.
03 de febrero 2024, 05:47hs
En una oportunidad, el reconocido crítico teatral Alejandro Cruz se refirió a Carlos Rottemberg como “el señor de los teatros”. En 2018, el Congreso reconoció su dilatada trayectoria y continuo aporte a la cultura nacional, y ciertamente, en el gremio teatral y artístico, el empresario es dimensionado como todo un icono.
No es para menos, cuando se habla de una carrera que alcanza el medio siglo entre dictaduras, vida en democracia, gobiernos con distintos matices políticos, debacles económicas y pandemias. El común denominador entre cada escenario adverso que Rottemberg debió sortear fue su convicción y su amor por las puestas en escena sobre las tablas.
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Tiene una marca registrada, Multiteatro, abrió un buen número de salas desde su propia iniciativa y contabiliza más de mil estrenos en su haber: no hay género de ficción adaptado al teatro que Carlos Rottemberg no haya conquistado durante sus 50 años al frente de las mejores producciones del ambiente teatral argentino. Como el país en sí mismo, el productor no se detuvo nunca y tampoco planea hacerlo pronto.
Actualmente, Rottemberg se encuentra al frente de la producción de Matilda, el Musical. Con una increíble escenografía y tres elencos rotativos con niños incorporados para los papeles principales, se convirtió en la obra mas exitosa de 2023 y la superproducción mas grande que tuvo la Argentina en los últimos años.
Pero en la actualidad hay una coyuntura que repercute en la realidad bajo forma de herramienta legal. La Ley Ómnibus, impulsada desde el gobierno actual, abarca diversos ámbitos de la vida nacional, y la cultura es una de ellas. En su entramado interno, esta norma plantea ajustes, prohibiciones y restricciones que han generado un profundo rechazo desde los distintos sectores inherentes, artistas, administrativos y organizaciones afines.
Ante la expectativa generalizada y frente a un marco político inédito en la historia nacional, TN Show consultó a Carlos Rottemberg sobre su visión de la temporada 2024, y su posición frente a esta regulación jurídica que podría replantear al mundo del teatro tal como se conoce (y él conoce) hasta ahora.
Carlos Rottemberg: el presente y el futuro del teatro desde su visión periférica
-Sin duda alguna, Matilda ha sido un gran éxito en esta temporada teatral, siendo un musical. ¿Creés que el público argentino se acerca cada vez más a este género o la preferencia sigue marcada por otras producciones?
-Un musical súper exitoso como “Matilda” llamó más la atención en 2023, contradiciendo un verano 2024 que no tiene correlato en convocatoria con aquello. Una vez más, el teatro demuestra que no tiene palabra de honor.
Al teatro musical en nuestro país le cuesta equilibrar su balance económico desde siempre. Sobró pericia empresarial en la mayoría de los intentos privados, pero que haya cerrado la caja fue solo espasmódico en contados casos.
Demasiados pocos ante nuestra potente trayectoria teatral, pero favorecidos por un talento humano excepcional y una pasión encomiable. Tenemos muy pocos musicales de producción genuina, los cuales serían, en escala, los que les permitiría vivir de la profesión a artistas, creativos y técnicos.
– El anuncio del Multiteatro Comafi sobre dejar congelados los precios del 2023 para esta temporada fue una gran estrategia ¿Todavía es sostenible tomando en cuenta tantos cambios económicos en la actualidad?
-En 2023 se me ocurrió anunciar “precios amigables” en nuestros teatros para la temporada estival de Mar del Plata, que coincide con su cumpleaños 150° que se celebrará el próximo 10 de febrero. El concepto de precios amigables daría certeza al espectador al publicar con anticipación el rango de los valores de las entradas.
La iniciativa tuvo mucha difusión y la venta de boletos al teatro, que es una especie de termómetro de la clase media, este año se desmarca: el teatro creció contra el verano pasado, con menos gente y consumo en general en la ciudad.
-En tu visión como productor teatral, ¿cuál sería tu balance con respecto a las ventas de taquilla en Buenos Aires, Mar del Plata y Carlos Paz en comparación al año anterior?
-La temporada en Carlos Paz está un poquito abajo este verano contra el año pasado en venta globales de boletos, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires está notoriamente más baja que el verano pasado. Mar del Plata se distinguió en esta crecida con una promoción distinta, a la cual se sumaron todos los colegas.
-¿Qué opinás sobre el alcance de la Ley Ómnibus en lo cultural?
-Para responder sobre los alcances de cómo la posible ley afecte a la Cultura, debo antes aclarar que soy empresario privado al 100%, con máximas que alguna vez repetí, como que no soy capitalista en el éxito para convertirme en socialista en el fracaso, o que entiendo que el riesgo es la justificación moral del empresario. A finales de este año festejaré 50 años de profesión sin haberle vendido nunca una entrada al Estado, nunca una entrada a ningún Gobierno, ni siquiera a un sindicato.
Me parece que sería un error no tomar en cuenta instituciones que ya a esta altura tienen décadas, como por ejemplo el Fondo Nacional de las Artes, o ese Instituto Nacional de Teatro que tiene como 25 años ya y que logró que la Ciudad de Buenos Aires sea la capital del mundo que tenga más teatros independientes. La inversión en Cultura la entiendo tan necesaria como la inversión en salud pública o en educación.