Películas como Una jirafa en el balcón no son tan comunes por estos días, como sí lo eran en la llamada primavera alfonsinista, los años posteriores a que terminara la dictadura militar.
Son filmes en los que los protagonistas tuvieron que ver con la detención y desaparición de personas, hayan sido víctimas o secuestradores.
Lo que pocas veces se ha visto, en el cine argentino de los ’80 en particular, y en general desde entonces, es que la protagonista sea una guerrillera que se ha exiliado en los años oscuros, pero que tal vez guarde un sentimiento de culpa por algunas cosas que, quizás, hizo.
Es el caso de Lidia, que le ofrece a Andrea Frigerio su primer papel realmente protagónico, encabezando un elenco, no como en El ciudadano ilustre o La extorsión, para dar un ejemplo más reciente, en el que sus personajes acompañaban a los que sí tenían primacía.
Andrea Frigerio encabeza este drama que dará que hablar. Fotos Star DistributionLidia vive en Barcelona y ha preferido dejar en el olvido todo lo que vivió en aquella época de militancia, secuestros de ambos lados y muerte. Pero le llega una notificación de un juzgado desde Buenos Aires que le hará replantear muchas cosas. Entre ellas, regresar a su país, enfrentar rencores e historias y, más que todo, averiguar a ciencia cierta qué sucedió con su pareja, a quien cree fue un detenido desaparecido.
Lidia escapó a tiempo.
Saber la verdad
La película transcurre entonces en Barcelona, de la que se irá, dejando a su hija Valeria (Diana Gómez), que está a punto de hacerla abuela, hacia Buenos Aires, adonde debe dirigirse para declarar en la causa sobre la desaparición de su pareja, Oscar, y también en La Rioja, hacia donde viajará Lidia para reencontrarse con un par de antiguos compañeros de la militancia, con los que intentará saber la verdad.
Juan Leyrado y Mirta Busnelli, que componen dos viejos amigos de la protagonista, comparten con ella un asado.El tema de la traición siempre resulta atractivo en el cine, por cómo los personajes actúan o, mejor dicho, responden a lo que les ha sucedido.
Los fantasmas del pasado se hacen carne propia, y entre la culpa y la búsqueda de la verdad se recorre el drama de Lidia.
El director Diego Yaker elige por momentos una puesta que es más común ver en un escenario teatral. Ocurre cuando va al pasado, e incluye en una misma escena a la Lidia actual, y en otro plano a la Lidia de los ’70 (Fini Bocchino, hija de Frigerio en la vida real, y con quien ya había actuado en dos películas anteriores).
Frigerio es Lidia, una ex guerrillera exiliada en Barcelona, que regresa a nuestro país.Y que Lidia se gane la vida, siendo jubilada, haciendo empanadas para distintos bares catalanes es una muestra de las raíces que no quiso abandonar ni perder, lo mismo que las vueltas de mate y el asado que comparte ya en la Argentina con los personajes de Juan Leyrado y Mirta Busnelli, antes de viajar a La Rioja.
Correcta en todos sus aspectos fílmicos, la película tiene a Andrea Frigerio en casi la totalidad de las tomas, y bien que sabe sobrellevar el relato sobre sus espaldas.
«Una jirafa en el balcón»
Buena
Argentina, 2024. 92’, SAM 13. De: Diego Yaker. Con: Andrea Frigerio, Fini Bocchino, Juan Leyrado, Diana Gómez, Mimí Ardú. Salas: Hoyts Abasto y Unicenter, Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta y Houssay, Showcase Belgrano, Norcenter y Haedo.