En los últimos meses, el incremento en las operaciones de compra venta de inmuebles motorizó indirectamente otro mercado vinculado a la actividad de las inmobiliarias: el alquiler de cajas de seguridad y salas de reuniones para concretar las operaciones de bienes raíces.
Las empresas vinculadas a la prestación de este servicio explican que la mayor actividad en este sector se debe a la escasez de salas de reuniones y operaciones de real state en los bancos, así como también a la limitación de días y horarios. Entonces, las salas de empresas privadas y de cajas de seguridad tienen un atractivo diferencial para los clientes.
En una de las compañías que ofrecen el servicio explican que, “las salas tienen una mayor privacidad que un banco, dado que no suelen estar en la vía pública, sino dentro de edificios o centros comerciales”. Y que, además, “se suman servicios adicionales como la amplitud y la privacidad de la sala, así como la máquina para contar, cafetería, seguridad y espacio de resguardo”.
Según la experiencia de INGOT, una de las empresas locales dedicada a ofrecer este tipo de servicio, en los últimos meses la firma registró un incremento de más del 30% en el alquiler de salas de reuniones para operaciones en todas las sedes del país. “Lo que muestra el mayor movimiento del mercado inmobiliario”, explicaron en la compañía.
Juan Piantoni, CEO de INGOT y presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Servicio de Alquiler de Cajas de Seguridad, dice: “vemos un aumento del uso de las salas y el alquiler de cajas de seguridad por 24/48hs, dada la seguridad que ofrecen empresas como la nuestra y que permiten resolver toda la operación en un solo lugar, sobre todo en situaciones de mucho stress como suele ser una compra-venta de una propiedad”, dice
Esta empresa hizo además, un acuerdo con la red internacional RE/MAX y también con otras importantes inmobiliarias locales, para que los brokers puedan utilizar sin costo las salas de reuniones. Además, como parte del servicio, les ofrecen beneficios y descuentos para firmas de escrituras.
Las bóvedas automatizadas que ofrece la compañía, tienen nueve anillos de seguridad durante el proceso que realiza el cliente, que incluye puertas blindadas con sistema de esclusas – cerrojo, molinete de alta seguridad, detector de metales, puertas corredizas y reconocimiento biométrico de huella, rostro e iris, junto a ID y PIN personal. No obstante, «el proceso demora unos minutos, agilizado con un sistema de turnos que permite que ningún cliente tenga demora para operar o se cruce con otras personas, cuidando así la privacidad y confidencialidad”, dice Piantoni.
Las cajas de seguridad “no bancarias” son una tendencia internacional que se fueron consolidando con el correr de los años y con la virtualización, la incorporación de tecnología y sobre todo por la pandemia.
Se encuentran tanto en países desarrollados como Europa, Asia y EE.UU. hasta en países en desarrollo y aún en los limítrofes (Uruguay y Brasil). En EE.UU. por ejemplo, el 50% de las cajas de seguridad está fuera del circuito bancario. Hay más de 2.300 bóvedas robotizadas en el Mundo y 44 de estas empresas solamente en Reino Unido.
En la Argentina empezaron a aparecer empresas en el 2014 y se estima que hay unas 800.000 cajas de seguridad sólo en bancos y más de 50.000 en empresas de resguardo que hay más de 16 en el mercado. Dada la demanda actual, es una cifra que crece anualmente a razón de un 35%. Mientras en el país, se estima que el 70% de los clientes aún guarda dinero entre otros valores, en el mundo el porcentaje mayor está destinado al guardado de materiales como joyas, escrituras y obras de arte, entre otros valores.
SN