Una autopartista local, de capital familiar, acaba de concretar una inversión de 15 millones de dólares en una nueva línea de producción de radiadores, en la zona sur de la Provincia. Se trata del grupo Cromosol, una empresa que tiene su negocio repartido en la importación y venta de autopartes, con una pata industrial que viene desde 1942, cuando comenzaron con la sustitución de importaciones. Ahora sumaron a un socio de Taiwán para incorporar tecnología de punta en la fabricación de radiadores más modernos, adaptados para los motores comprimidos.
Cromosol Autopartes comenzó en 1936 como la primera distribuidora de autopartes de la Argentina. Pero a su actividad principal, el comercio y la logística, le añadió una planta de cromado y, a partir de 1942, en plena Segunda Guerra, una fábrica donde se dedicaron a la producción de espejos retrovisores (los primeros de origen local), paragolpes y molduras.
«Nos especializamos en el segmento crahs parts, que son las que se rompen en los choques y se venden en el mercado de reposición», explicó Martín Ramírez, gerente general de la empresa. En los años ’50 se hizo cargo de la empresa Jorge Ruiz, padre del actual dueño, Diego Ruiz, quien comenzó a trabajar en 1985 y se hizo cargo de la dirección a partir de 1992.
Hoy la empresa tiene un centro de distribución en Tortuguitas que ocupa cuatro manzanas, con 250 empleados y sucursales en dos provincias y el Conurbano. Además tiene su pata productiva, con una fábrica de Avellaneda, donde fabrica unos 3.000 radiadores «expandidos» por mes y otro tipo de piezas. Este tipo de radiador clásico llega hasta modelos populares como el discontinuado Gol Trend. De allí en adelante, explicó Ramírez, «las fábricas ya usan radiadores braceados, que son más chicos y adaptados para los motores comprimidos».
La nueva inversión tiene más de un año y comenzó con la compra de un predio sobre la autopista Ezeiza-Cañuelas en la localidad de Spegazzini (frente a la fábrica de Sinteplast), donde montó dos naves de producción y ahora está instalando un horno para fabricación de radiadores. El equipo, de origen alemán, demandó un 10% de la inversión: el resto fue destinado en la compra del terreno (US$ millones), las dos naves de produccción (US$ 6,250.000), equipamiento, capital de trabajo y previsiones para la mudanza de la planta (US$ 4,5 millones).
El anuncio de la nueva inversión, el jueves, formó parte de la presentación de Automechanika, la feria de autopartismo que se realizará la semana próxima en el predio de La Rural, entre el 10 y 13 de abril.
La presentación fue un almuerzo encabezado por el representante de Messe Frankfurt Argentina (organizadora de la exposición), Fernando Gorbarán, y el titular de la Asociación de Fabricantes de Autocomponentes (AFAC), Norberto Taranto. Y dio pie a un diálogo público entre el reconocido empresario, fabricante de juntas para motores que llevan su nombre como marca, y Ramírez, el gerente de Cromosol.
Taranto: «En los últimos años tuvimos que hacer malabares para poder traer insumos y conseguir que nuestros proveedores externos nos siguieran vendiendo. Imagino que para ustedes poder comprar el horno a los alemanes no les habrá resultado sencillo, hoy hay que pagar 70% por anticipado y el saldo contra el desembarco en puerto».
Ramírez: «Nosotros vendimos unos bonos argentinos nominados en dólares y con eso completamos el anticipo para encargar el equipo».
La fabricación de radiadores la iniciaron en 2010, a través de su subsidiaria BBA, con componentes importados desde China, que en 2016 fueron frenados por una medida antidumping. En vez de cerrar la producción, salieron a buscar un socio para incrementar la nacionalización de esas piezas en Avellaneda: cerraron trato con la empresa TyC, de Taiwán, que se incorportó como proveedora de tecnología. Con esos mismos socios ahora están encarando el proyecto para fabricar radiadores «braceados».
«Vamos a pasar de un ritmo de producción de 3.000 piezas por mes a 30.000. Nosotros contamos con la ventaja de nuestra propia logística, que usamos para distribuir millones de autopartes al año. Y estas piezas pueden llegar al cliente en muy pocos días, a diferencia de los competidores asiáticos que pueden demorar meses», agregó el ejecutivo.